¿Tu hijo o hija de repente tiene una actitud evitativa con sus abuelos? ¿Por qué hay niños que de un día para otro rechazan a los abuelos? ¿Es algo normal o hay algún motivo preocupante detrás de este comportamiento?
La relación que tienen los abuelos y los nietos suele ser lo más especial del mundo. Incluso más que con sus propios hijos, los adultos mayores suelen desarrollar un vínculo más estrecho y especial con la siguiente generación: sus nietos.
No obstante, y aunque esto sea habitual, no hay una regla escrita que indique que tenga que pasar siempre. Hay casos en los que la relación no tiene por qué darse como la imaginábamos, al igual que hay niños que pasan por una fase en la que rechazan a los abuelos sin que sepamos el motivo.
Puede ocurrir con la abuela paterna, el abuelo por parte de padre, o los mismos pero por parte materna. No hay distinciones. Te contamos cuáles pueden ser los motivos para que puedas analizarlo por tu cuenta, y qué consejos nos dan los educadores para tratar por ejemplo con un niño que no quiere besar a sus abuelos.
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La relación de los niños con sus abuelos
Después de los padres y los hermanos, la relación que tiene un niño con sus abuelos es uno de los vínculos más importantes que se suele dar en la vida. El abuelo y abuela, por parte de madre y de padre, son figuras que se convertirán en los mejores aliados de los niños.
Sin embargo, no debemos olvidar que cada uno tiene su propia personalidad. Tanto los nietos como los abuelos pueden no conectar entre ellos al 100%. Y si bien en la primera infancia la relación es muy buena, esta variará con el tiempo, mejorando o incluso empeorando por las situaciones que se den entre ellos.
Las relaciones hay que cuidarlas con el paso del tiempo. Los vínculos se pueden reforzar o romperse. A veces ocurren hechos muy extremos que hacen que se tambaleen los cimientos de toda la familia, o pueden aparecer diferentes de opinión entre ellos.
¿Qué pasa si un niño de pronto no quiere a su abuela? ¿Es normal que haya nietos que no quieren ni si quiera ver a sus abuelos? ¿Tengo que obligar a mi hija o hijo que haga algo que no le apetece? Pues todo dependerá de las causas de la ruptura de la relación.
Motivos por los que los nietos rechazan a los abuelos
Como hemos avanzado, cada situación es diferente. Por ello, lo primero que debemos tener claro es que dentro de una familia no siempre tiene por qué darse una estructura que por nuestra cultura consideraríamos ‘normal’.
La función de los abuelos dentro de la familia es parte de la cultura de cada país. Concretamente en occidente tendemos a considerarla de esta forma:
Esto quiere decir que, aunque tú hayas tenido una relación muy bonita con tus abuelos, no significa que tus hijos vayan a tenerla con los suyos. Las circunstancias de la vida son diferentes en cada generación, y por supuesto, cada uno tenemos nuestra propia manera de ser.
Tampoco es lo mismo un niño que no quiere saludar con un beso en un momento concreto, o un peque que no quiere quedarse con sus abuelos porque tiene miedo. Vamos a ver cuáles son las principales causas que pueden llevar a los peques a rechazar a un familiar con el que debería tener buena relación:
Poca o nula relación
Hace algunos años, era muy normal que las familias vivieran más unidas, y que los niños pasaran más tiempo con sus abuelos en casa. Sin embargo, hoy en día hay abuelos que ven muy poco a sus nietos porque viven lejos, y que incluso no suelen tener mucho contacto por vía telefónica.
Si los niños no han mantenido relación estrecha con sus abuelos a lo largo del tiempo, no cabría esperar que viéndose una vez al año vayan a sentirte totalmente cómodos con ellos. Las relaciones hay que trabajarlas, y en el caso de los niños pequeños, es importante que los abuelos estén presentes, siendo crucial el tiempo compartido en sus primeros años de vida.
Ansiedad por separación de los papás
En habitual que los niños pasen tiempo con sus abuelos cuando los papás no pueden ocuparse de ellos por motivos de trabajo. No tendría por qué ser algo traumático para los niños, pero hay algunos peques que tienen una relación tan estrecha con papá o con mamá que sienten ansiedad por separación y lloran con sus abuelos o con quien sea.
La ansiedad por separación es muy común en niños pequeños. Sobre todo ocurre entre los 6 y 12 meses, aunque puede extenderse más tiempo, hasta los 2 y 3 años de edad. Una vez que el niño o niña comprende que los padres no desaparecerán para siempre, y que acabarán volviendo, dejarán de pasarlo tan mal cuando se quedan con los abus.
Etapa de autoafirmación en niños pequeños
También puede ser que el peque esté pasando por una etapa de autoafirmación. Estas se dan en todas las edades, incluida en la adolescencia. Los niños se vuelven más rebeldes, se enfadan con los abuelos, les gritan, son desobedientes, y restan autoridad a todos los adultos.
En estas etapas los niños pasan por momentos en los que no les apetece ser cariñosos, ni saludar con besos, abrazos u otras muestras de cariño. No te preocupes, ni les obligues a hacerlo. Con el tiempo se les pasará. Pero si les impones que hagan ciertas cosas, lo tomarán como algo negativo que será muy difícil de olvidar en el futuro.
Miedo o ansiedad en los niños
Otros motivos por los que los niños rechazan a los abuelos suele ser el miedo o la ansiedad que les producen ciertos aspectos sensoriales. Por ejemplo, que huela mucho a tabaco o a algún olor que les resulte desagradable, que hablen muy alto, suelan chillar o regañarles constantemente, o que sean demasiado besucones y les den abrazos no deseados constantes.
En el caso de los bebés, el miedo puede desarrollarse por la presencia de elementos que les parezcan chocantes, como unas grandes gafas, cabello largo, o abuelos que llevan barba y grandes bigotes. Hay niños que viven una situación de estrés tan acusada sin que nos demos cuenta, que acaben por tener ansiedad ante personas del sexo masculino o femenino, y que esto afecta a la relación con los abuelos.
Abusos por parte de los familiares
Cuando los niños rechazan a los abuelos, el problema no tiene por qué venir siempre de los peques. ¿Qué hay de los mayores? Por supuesto, hay abuelos que no quieren a sus nietos, que les tratan mal o que no consiguen tener una buena relación porque sus personalidades no conectan.
De esta no tienen la culpa los niños. Si ves que hay alguna parte que trata mal a la otra, como padre o madre debes interceder para averiguar si hay abusos psicológicos o físicos. Es un tema muy serio y delicado que no debemos dejar pasar como tutores responsables de los menores.
¿Qué hago si mi hijo rechaza a su abuelo o abuela?
Si tu hijo rechaza a sus abuelos, y no entiendes qué está pasando, no lo ignores sin más. A veces es una etapa que pasa por sí sola, pero en otros casos puede haber un motivo ante el cual debamos interferir. Todo sea por el bienestar de la familia al completo.
Con el fin de que favorecer que haya una relación saludable entre los abuelos y nietos, estos son los pasos que puedes seguir:
- Habla con tu hijo. Pregúntale cómo se siente al estar con los abuelos, intentan comprender su punto de vista y descubre a qué se debe su miedo o inseguridad.
- Pregunta también a los abuelos. Habla con ellos para descubrir cuál puede ser la solución, y cómo mejorar las relaciones, por ejemplo, haciendo visitas más frecuentes o a través de actividades que motiven más al peque.
- Nunca obligues al niño o a la niña a hacer algo que no desea. No insistas en que pase tiempo con los abuelos si no le apetece, ni le obligues a ser cariñoso a través de besos o abrazos si no nace de él mismo.
- Busca ayuda profesional para encontrar la mejor solución si no eres capaz de hacerlo tú mismo. Hay herramientas que ayudan a hacer más fluidas las relaciones, y un terapeuta infantil puede ser la clave para aprender a usarlas.
En la actualidad, algunos de los problemas más frecuentes que nacen entre abuelos y nietos es la creciente solicitud de ayuda que hacemos los padres para la crianza de los niños. Algunos abuelos se ven sobrepasados con la responsabilidad de cuidar a sus nietos, pero no siempre son capaces de decirlo.
Esto podría desembocar cierto rechazo de los abuelos hacia los nietos, que de forma indirecta lo sufren y se dan cuenta de ello. Por ello, antes de llegar al límite en el que los niños rechazan a los abuelos, los padres debemos ser los principales responsables de su cuidado y educación, sin pedir a los abuelos que mantengan la carga física y emocional que ello supone.