El momento de ir al pediatra supone una auténtica odisea para los niños y para muchos bebés. Es normal que sientan algo de respeto hacia esa persona que les pincha y les da jarabes que no suelen estar demasiado ricos, pero no es necesario llegar al punto de pánico por el que pasan mucho niños que sufren de miedo a ir al pediatra.
Muchas veces somos los propios padres los culpables de este miedo en los niños; lo hacemos sin darnos cuenta, influyendo de forma negativa en la educación de los pequeños. Vamos a ver cuáles son los fallos que solemos cometer los papás, y cómo debemos evitarlos para que los niños no sufran ese terrible miedo a ir al pediatra, y tomen esta práctica como algo necesario para su salud.
Miedo a ir al pediatra; No hay nada que temer
1. Habla siempre bien del pediatra, y llámalo por su nombre
No hables del pediatra como si fuera una persona mala, habla bien de él, y no sólo cuando tenga que ir, sino también cuando estás jugando con tu pequeño a diferentes profesiones. El niño debe ver al médico como un profesional que le ayuda a no sentir dolor cuando está malito, y no precisamente la causa de su malestar.
Si además llamas al pediatra por su nombre, el niño lo verá como un amigo, y no como una persona extraña.
2. Juega a los médicos con tu peque
A los niños les encanta imitar lo que hacen los adultos a su alrededor, juegan a ser mamás, a ser maestros, conductores… ¡y por qué no jugar a hacer de médico! De esta forma el niño puede entender mejor que los médicos curan y no hacen daño, y le encantará visitarlo la próxima vez para ver exactamente lo que hace el médico y poder imitarle luego en casa.
3. No le amenaces con ir al pediatra como forma de castigo
Es un error que solemos cometer los padres sin darnos cuenta, y que aumenta el miedo a ir al pediatra de los niños. No utilices frases como ‘si te portas mal te llevo al pediatra a que te ponga una inyección’ o ‘si no te tomas la comida se lo digo al pediatra para que te dé un jarabe’. Con estas frases sólo conseguiremos que el niño ve a su médico como una figura amenazante que le puede castigar.
4. Cuéntale con detalle dónde vamos a ir y por qué
Es mejor que el niño sepa cuando va a ir al pediatra qué le van a hacer allí para no llevarse ninguna sorpresa desagradable. Cuando los peques ya saben lo que les van a hacer en el médico tienen tiempo de prepararse, y luego podrán comprobar que no era tan malo como podían llegar a pensar.
No le mientas en ningún momento, ni minimices las pruebas, porque si les decimos que no le van a doler, cuando sientan algo de dolor no volverán a confiar en nosotros la próxima vez que vayan al pediatra.
5. Deja que sea el niño quién le explique al médico que le pasa
De esta manera verá que el médico es un amigo con el que puede dialogar, se sentirá más mayor interaccionando con los adultos, y será más valiente durante la consulta.
6. Recompénsale por haber sido valiente y haberse portado bien
Si el niño sale airoso de la consulta médica y ha controlado su miedo a ir al pediatra, se merece un premio muy grande. Explícale siempre antes de entrar al médico que si se porta bien le daremos algo que le guste, y seguro que se porta como un hombrecito o una mujercita. ¡Verás qué bien!