Visitar museos con niños puede ser una auténtica aventura; los peques disfrutan aprendiendo y haciendo actividades en familia muy diferentes, pero también aprende a comportarse en situaciones en las que tienen que estar en silencio, atender, y descubrir nuevos conceptos muy enriquecedores.
Ya sé que para algunos papás con niños más traviesos puede suponer una pesadilla ir a un museo con los peques, pero si tenemos en cuenta ciertos criterios y algunas pautas que debemos inculcar a los niños, verás cómo es una actividad de la que acabarán disfrutando tanto niños como adultos.
Visitar museos con niños y no morir en el intento
En primer lugar, a la hora de visitar museos con niños, debemos tener en cuenta la edad de éstos, y qué tipos de museos les pueden resultar más atractivos y entretenidos. Los padres quizás disfrutamos más en un museo de arte, pero si vas con niños de 5 añitos, lo más seguro es que se aburran y acaben por hacer trastadas.
Para evitar esto, ajusta la edad de los peques al tipo de museo, por ejemplo, un museo de ciencias o de historia natural puede ser mejor para los niños más pequeños, dejando los museos de arte o antropología para los más grandes. En todas las ciudades hay museos y exposiciones en los que podrás encontrar actividades adaptadas a la edad de los niños, así que antes de salir de casa revísalos todos, y escoge el que creas que más va a gustar a tus pequeños.
Y si lo tuyo es el arte, no te preocupes, que cuando sean más mayores podrás visitar tus museos favoritos con tus hijos, cuando tengan una edad más adecuada para poder valorar las obras expuestas.
– En todos los casos, antes de ir al museo, explica a los niños qué se van a encontrar allí. Por ejemplo, si vais a ver una exposición sobre el antiguo Egipto, cuéntales alguna historia o preséntales algún personaje. Así, cuando estén en el museo les hará mucha ilusión encontrarlos allí, y disfrutará mucho más con la visita.
– También puedes planear diferente juegos para que se porten bien, no corran, ni griten, ni monten pataletas en el museo. Nosotros siempre que salimos le entregamos unas fichas a nuestra pequeña, y si se porta mal en algún momento, le quitamos una de ella. Al finalizar, según el número de fichas que conserve, podrá elegir un regalo de la tienda del museo que ella elija, pero que tenga un valor según el número de fichas que todavía tenga. ¡Os aseguro que funciona!
– Para los niños más grandes, me parece una gran idea visitar un museo de arte con una libreta y lápices con el fin de representar su cuadro favorito. Es muy divertido ver las diferentes versiones que hacen los niños de algunos cuadros, sobre todo si se trata de pintura abstracta.
– Para tener entretenidos a los más peques, también se puede jugar a encontrar diferentes objetos en los cuadros, por ejemplo animarles a encontrar una flor amarilla, un cervatillo, un señor con sombrero rojo…
Visitar museos con niños puede ser una actividad muy divertida, y con la excusa de las vacaciones de navidad, estoy segura de que muchos padres nos vamos a animar para empezar a inculcar a nuestro peques la sana costumbre de visitarlos en todas las ciudades. ¡A que sí!