De manera natural, los seres humanos poseemos unas habilidades que se empiezan a desarrollar desde pequeños para poder moverse correctamente. Estas son conocidas como las habilidades motrices básicas, que poo a poco se van adquiriendo y mejorando a medida que los bebés crecen.
A pesar de que las habilidades motoras aparecen de forma natural, cada niño tiene un proceso de adaptación diferente. Hay algunas actividades que le pueden costar más que otras, y es ahí donde entra en juego la estimulación por parte del medio que les rodea.
Son varias las actividades y juegos que se suelen hacer tanto en casa como en la escuela para favorecer la adquisición de las habilidades motrices básicas.
A través de esta guía para padres y educadores vamos a ver cuáles son las habilidades básicas para el movimiento del niño, y cómo fomentar el desarrollo de las destrezas motrices de una forma sencilla pero eficaz.
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¿Qué son las habilidades motrices básicas?
Las habilidades o capacidades motrices básicas son los movimientos que forman parte de la evolución humana, y que aparecen de manera natural en cada persona.
Son habilidades innatas, con las que nace ya el bebé. Sin embargo, necesitan de cierto trabajo para poder desarrollarlas correctamente y con el mayor potencial. Algunas de ellas son andar, correr, saltar, lanzar objetos, agarrar cosas con los dedos, pero hay muchas más.
Las acciones motrices son parte de la motricidad natural y comienzan a entrenarse desde el nacimiento. También a lo largo de la infancia, se practican en la asignatura de educación física, o a través de la práctica constante de determinados ejercicios.
Pero, ¿cuáles son las habilidades motrices básicas que deben desarrollar los niños? Vamos a verlas con un poco más de detenimiento.
Principales habilidades motrices
Las tareas motrices son las habilidades básicas que todo niño desarrolla poco a poco a medida que crece. ¿Sabrías decir cuáles son?
Según los expertos en actividad física del deporte, las habilidades motrices son todos aquellos patrones de movimiento que realiza el ser humano. Se dividen en los siguiente grupos más generales:
Desplazamientos
Un desplazamiento implica un cambio de posición del cuerpo de un punto a otro del espacio. Para poder desplazarse hay que mantener una completa coordinación de todo el cuerpo, tanto de las extremidades inferiores como del tronco y las extremidades superiores, así como de la percepción espacio-temporal.
Hay varios tipos de desplazamientos: carrera, marcha, deslizamiento, arrastre, reptación o movimiento en cuadrupedia.
Saltos
Otra de las habilidades motrices básicas implica separar ambos pies del suelo al mismo tiempo. Esto se conoce como un salto, que es un movimiento que supera la fuerza de gravedad. Para realizar un buen salto hay que coordinar el equilibrio y la fuerza muscular de las piernas.
También existen varios tipos de saltos: con pies juntos, a la pata coja o cambiando de piernas. Los saltos pueden hacerse en dos líneas espaciales, tanto en altura como en longitud.
Giros
Este movimiento implica hacer una rotación sobre cualquiera de los ejes del cuerpo. Los giros se pueden hacer sobre el eje de los pies, pero también en las articulaciones. Ayuda a mejorar el control de la postura y la coordinación muscular.
Los tipos de giros son variados: longitudinales, transversales o sagitales (haciendo la rueda con el cuerpo).
Lanzamientos
Dentro de las habilidades motrices básicas de educación física, los niños trabajan los lanzamientos, La coordinación, fuerza y estructuración espacio-temporal entran en juego. Los lanzamientos se pueden hacer con una sola mano o con dos.
Según el tipo de lanzamiento, se pueden hacer con varios propósitos: mejorar la precisión, llegar más lejos, o practicar la precisión y velocidad alcanzando un objetivo.
Recepciones
Por último cabe destacar la última de las habilidades motrices básicas, que implicaría coger lo que otra persona ha lanzado: la recepción de un objeto. Los lanzamientos y recepciones se suelen trabajar juntos.
Según el tipo de recepción se puede practicar: parada, desviar un objeto de su trayectoria o mantener la posesión del objeto sin llegar a cogerlo.
Ejercicios para trabajar las habilidades motrices
Desde que el niño nace, va pasando por diferentes fases de desarrollo en las que mejora las habilidades motrices. Aunque sea algo innato, precisa de un esfuerzo y trabajo constante para mejorar la capacidad de cada individuo a través del ejercicio físico.
Si bien el momento más adecuado es trabajar las habilidades motrices durante la secundaria y el bachillerato, cuanto antes empiecen, mucho mejor será el resultado.
Desarrollo de las habilidades perceptivas
Desde el nacimiento hasta la entrada del niño a la educación primaria con 5 o 6 años, se trabajan las habilidades perceptivas con tareas motrices sencillas. A través de ellas, el niño conoce su cuerpo y domina el espacio que le rodea.
Algunas de las actividades para mejorarlas a estas edades son:
- Trepar escaleras y redes.
- Columpiarse.
- Juegos de lanzamiento y recepción de pelotas.
- Circuitos psicomotrices saltando, esquivando obstáculos, trepando, reptando o corriendo.
- Juegos como la gallinita ciega, el escondite o el pañuelo.
- Actividades como patinar, montar en bicicleta, hacer carreras o natación.
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Desarrollo de las habilidades motrices básicas
A partir de los 7 años de edad, durante la educación primaria, los niños y niñas desarrollan sus habilidades genéricas de manera natural. Es una fase de adquisición de control en el movimiento, donde los juegos son más específicos.
Esta es la edad perfecta para comenzar a practicar algún tipo de deporte que implique trabajar las habilidades motrices.
Otro ejemplo de ello sería realiza juegos donde se combinen varias destrezas, como por ejemplo, tener que lanzar o recepcionar un objeto en carrera o lanzando. Un buen ejemplo de ello son los deportes como el béisbol o el baloncesto, pero no son los únicos.
Desarrollo de las habilidades motrices específicas
Una vez llegada a la adolescencia, entre los 14 y 17 años, los niños tienen mayor facilidad para el manejo de su propio cuerpo. Los deportes son más específicos, así como las actividades realizadas. El voleibol, tenis y el bádminton son muy buenos ejemplos, ya que implica mayor capacidad de movimiento.
Para los niños más jóvenes, juegos como ‘balón prisionero’, ‘pies quietos’, saltar a la comba, e incluso las ‘carreras de sacos’, son excelentes actividades para trabajar varias habilidades al mismo tiempo, mejorando la coordinación.
Vídeos con juegos y actividades
No te pierdas tampoco estos vídeos de Youtube con ideas para desarrollar las habilidades motrices básicas:
Diferencia entre habilidad y destreza
Por último cabe mencionar que no debemos confundir dos capacidades que son diferentes entre ellas: la habilidad y la destreza. Si bien ambas se utilizan en la práctica de ejercicio físico y múltiples deportes, no son lo mismo.
La habilidad hace referencia a la capacidad que tiene una persona para relacionarse con su entorno a través de los desplazamientos y movimientos. Es un mecanismo de percepción para poder moverse con total control.
En cambio, la destreza implica la manipulación de objetos, relacionándose con el medio a través de estos. Un ejemplo de ello serían los lanzamientos y recepciones, muy utilizados en ciertos deportes de pelota.
Trabajar las capacidades motoras es de suma importancia durante la infancia, no solo para mejorar el rendimiento físico, si no también para favorecer un correcto desarrollo.
No hay que olvidar que la práctica de ejercicio físico es la clave para que los niños crezcan fuertes y sanos, y tengan un desarrollo completo a lo largo de su infancia.
Esto se consigue trabajando las habilidades motrices básicas y las destrezas, a través del deporte y del juego, tal y como hemos visto con estas actividades.