¿Sabías que existe una gran diferencia entre un niño con agresividad y efusividad? ¡Sigue leyendo!
Cuando los bebés son recién nacidos solo se comunican llorando, a partir de los primeros meses de vida van adquiriendo nuevas técnicas de comunicación.
Sin embargo el llanto sigue siendo una de ellas hasta que empiezan a adquirir habilidades lingüísticas, tanto verbales como corporales.
¡Haz clic en lo que interese!
Ayudar a los niños a controlar sus impulsos
Precisamente en estos momentos de edad temprana es cuando hacen ‘’cualquier cosa’’ para conseguir aquello que quieren, desde llorar hasta pegar, arañar o morder.
Este tipo de comportamientos son totalmente normales en el desarrollo de un niño y pueden durar hasta los 5 años de edad en algunos casos.
Esto sucede porque hasta esta edad los niños no son capaces de controlar sus impulsos, por este motivo, a veces demasiada efusividad se puede convertir en agresividad.
Las causas de este tipo de comportamiento pueden ser varias: celos, ansiedad, falta de normas… A pesar de todo esto, lo importante es enseñarles a diario que este tipo de conductas no son las adecuadas y que las tienen que moderar.
Para poner fin a esta mala conducta te recomendamos tomar las siguientes medidas. ¡Toma nota!
Consejos para ayudar a un niño con agresividad
Descubre las mejores recomendaciones para tratar a niños agresivos:
- Actuar lo antes posible y no dejar que el niño se acostumbre, será más difícil de revertir.
- Aplicar consecuencias negativas a los malos comportamientos, por ejemplo castigarlo a un rincón para que reflexione.
- No perder los nervios, actuar con agresividad le enseña que tú también reaccionas igual que él. La mejor manera de responder es con una actitud totalmente calmada para que aprenda que es así como tiene que comportarse.
- Enseñarle que hay que pedir disculpas cuando muestra un mal comportamiento, si se niega, podemos acompañarlo de la mano para que se disculpe ante la persona en cuestión.
- Recompensar su buen comportamiento. Es tan importante que sepa que lo ha hecho mal como que sepa que lo ha hecho bien, por lo tanto será necesario recompensar al niño cuando muestre un buen comportamiento. Se puede hacer mediante pequeños premios (estrellitas, caritas sonrientes, caramelos…), o con algún gesto cariñoso para que sepa que también prestamos atención a sus buenas acciones.
- Comunicación constante con la escuela del pequeño. Es muy importante seguir la evolución del niño en la escuela. La coordinación con los profesores siempre es una buena herramienta para mejorar la educación de nuestros hijos.
- Racionar el tiempo de televisión y videojuegos, para que crezcan sabiendo que hay otras actividades para pasárselo bien, como por ejemplo juegos educativos o deportivos.
Cada una de nuestras acciones tendrá un impacto muy importante en su educación y desarrollo, por este motivo debemos actuar con calma y paciencia, sabiendo en todo momento que estamos actuando por el bien del pequeño.
Y tú, ¿has ayudado alguna vez a un niño con agresividad? ¡Esperamos tus comentarios y opiniones en el artículo! No te pierdas tampoco cómo controlar la ira en los niños pequeños.