Entre los accesorios básicos para la llegada de un recién nacido, la muselina de bebé es quizás el más práctico y el que ofrece mayor variedad de usos.
Se trata de un clásico que lleva años utilizándose y que sigue siendo imprescindible para los papás. Pero, ¿cuáles son los verdaderos usos de las muselinas y cómo podemos sacarles rendimiento?
Si aún tienes dudas de para qué se utiliza una muselina para bebé, es que eres padre primerizo o que aún no has tenido la experiencia de sostener un bebé entre tus brazos. Esos pañitos de tela muy fina son prácticamente obligatorios para los papás, y es habitual acumular muchos en casa.
Descubre de qué están hechas las muselinas para el bebé, cuál es su procedencia y su sorprendente historia, y cómo usarlas en tu día a día. ¡Nunca antes un trozo de tela había dado tanto juego en el hogar!
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¿Qué es una muselina de bebé?
Se conoce como muselina de bebé a un cuadrado de tela altamente absorbente que ofrece múltiples usos para el cuidado de los más pequeños de la casa. Muselina es realmente el nombre que recibe el tejido; sin embargo, hoy en día pueden estar hechas de muchos tipos de materiales.
También conocida como trapito o gasa de bebé, es un básico entre las prendas para los niños, y es habitual tener muchos recambios en casa. Suele tener forma cuadrada o rectangular, con diferentes tamaños, y algunas incluso con estampados o muselina bordada personalizada con el nombre del niño o la niña.
La muselina bebé está confeccionada con hilos muy finos, retorcidos entre sí, y ligeramente abiertos, para darle una textura muy vaporosa. Con esta técnica de hilado se obtiene un tejido fino, prácticamente transparente, que transpira mucho, pero que ofrece alta absorbencia.
Seguro que cuando tú eras un bebé, tu madre ya usaba muselinas para cuidarte. Y lo mismo pasaba con nuestras abuelas y bisabuelas. Es un paño que lleva siglos usándose, y que todavía hoy en día ofrece mucha utilidad.
¿De qué material está hecha una muselina?
Para obtener las cualidades que caracterizan al tejido de gasa o muselina, el material que se suele utilizar es principalmente el algodón. Lo normal es que las muselinas para bebé sean 100% algodón, o al menos mezcla de materiales naturales.
No obstante, de forma tradicional se han hecho muselinas de otros tejidos como seda, lana, viscosa o materiales sintéticos. Lo importante es que el tejido final sea transpirable y absorbente, y por supuesto, respetuoso con la delicada piel del bebé.
La muselina de algodón es la más adecuada para su uso infantil. Mejor si se trata de algodón 100% orgánico. En la actualidad encontramos en el mercado otro tipo de tela de muselina muy barata y ecológica, hecha con fibras de bambú.
Si estás buscando telas para arrullos de bebé o para limpiarle las babitas, asegúrate de que el tejido sea suave. La composición de la muselina debe resultar fácil de lavar, y que soporte el roce constante y las altas temperaturas para su correcta desinfección.
Historia de la muselina
Ya sabemos que la tela gasa muselina es antigua, pero, ¿sabrías decir cuánto de antigua es? La muselina se usa desde la antigüedad, cuando los primeros egipcios, los griegos y romanos ya empleaban tela de gasa para pañales y para cubrir al bebé.
La tela del arrullo o muselina hecho con algodón viene de Mosul, en Irak, donde se comenzó a realizar esta técnica de tejido. Todavía los arrullos para bebés modernos siguen siendo exactamente igual que los tradicionales.
Gracias a la suavidad que tiene la muselina de algodón, el bebé tiene la mejor seguridad para su piel. Se ha usado desde hace siglos como pañal para cubrir el culito, ya que es muy duradera y se puede lavar en agua hirviendo para quitar las manchas.
Entre los primeros usos de la muselina destaca la practicidad de esta para envolver al recién nacido, ya que es un tejido bastante elástico pero estable. El pequeño queda con las extremidades bien pegaditas, y se siente más tranquilo como si estuviera aún en el vientre materno.
Usos de la muselina para bebé
La muselina de bebé tiene la particularidad de que, si está hecha con un tejido de calidad de algodón, cuanto más se lava más suave se vuelve. Te sorprendería comprobar lo duraderas que son. Si las cuidas con mimo, puedes estar usándolas durante años y décadas sin que se estropeen.
Según el tamaño de las muselinas para bebé, sus utilidades son muy variadas. Vamos a ver algunas de las más interesantes para los papás, aunque seguro que tú también conoces alguna muy sorprendente.
Muselina pequeña
Con un tamaño de aproximadamente 70×70 cm o de 80×80 cm, son las más prácticas para su uso como pañito:
- Para limpiar las babas del bebé.
- Como babero mientras le das de comer al peque.
- Protector para poner en el hombro después de la comida al expulsar los gases del bebé.
- Funda para la cuna, el cochecito o la silla del auto después de comer.
- Protector para cambiar el pañal sobre cualquier superficie.
- Como pañal de tela.
- Si el bebé tiene el culito irritado, como protector entre la piel y el pañal.
- Para limpiar la cara o las manos del bebé durante la comida.
- Como mantita de apego o doudou en verano.
Muselina grande
Una doble gasa de muselina grande puede tener el tamaño de alrededor de 120×120 cm. Estas son más prácticas para utilizar como arrullo:
- Para cubrir el carrito del bebé mientras duerme fuera de casa.
- Como parasol durante un paseo al aire libre, dejando siempre un hueco libre como ventilación.
- Mosquitera para protegerle de los bichos.
- Manta fresca para abrigar ligeramente en verano.
- Doblándolo para hacer una pequeña almohada o reposacuellos.
- Para cubrir la ventana del coche y evitar que le de el sol al bebé.
- Toalla de baño en verano.
- Manta de juego para jugar fuera.
- Como retenedor del calor o el sudor en los días más cálidos.
- Para envolver al recién nacido en sus primeros baños, evitando que se asuste por en contacto directo con el agua.
- Como tela para porteo muy fresquita y cómoda.
- Foular para la mamá cuando hace un poco de frío, o para taparse mientras da el pecho.
Muselina para arrullo
Por supuesto, la muselina para bebé es también el mejor tejido para utilizar como arrullo en verano o en cualquier época del año cuando el clima es ligeramente más cálido.
¿Todavía no sabes cómo envolver a un bebé con un arrullo para que se sienta bien apretado y protegido? Descubre en este post de El Blog de tu Bebé los múltiples beneficios que tienen, algunos ejemplos de arrullos, y cómo se coloca paso a paso.
Dónde comprar muselinas para bebés
Si hay algo que tienen las muselinas para bebés es que no puedes tener solo un par de ellas. Cuantas más tengas a tu alcance, más cómodo será para ti. Es normal que siempre estén sucias, que tengas que cambiarlas constantemente, y por ello vienen siempre en packs de varias unidades.
Las muselinas para bebés están disponibles en cualquier tienda de puericultura, centros comerciales y grandes almacenes. Puedes encontrarlas en la sección para bebés de tiendas como Zara Home, Kiabi, H&M, El Corte Inglés, Primark y otras.
Si estás buscando diseños de muselina originales, de buena calidad y que además sean económicos, tenemos para ti una recomendación: cómpralas online. A través de la plataforma de venta de Amazon la relación calidad precio es inmejorable, y los diseños son absolutamente adorables.
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En Amazon hay disponibles packs de muselinas de pequeño tamaño, y también muselinas grandes para utilizar como mantita de verano o como arrullo para el bebé. Hechas 100% algodón o con materiales ecológicos como el bambú, son respetuosas con la piel de tu peque, y además muy duraderas.
Tienes desde las clásicas gasas blancas para todo uso, hasta gasitas estampadas con diseños de animalitos, flores, estrellas y otros motivos. Elige tus favoritas para tu bebé o para regalar, y será un acierto asegurado.
Consejos para lavar y cuidar las muselinas
Aunque este fino y delicado tejido de algodón parezca indestructible, con el tiempo, la muselina de bebé se puede deteriorar y comenzar a romperse. No hay que olvidar que el algodón también necesita unos cuidados específicos para que las gasitas del bebé se mantengan como el primer día.
Lo más recomendable es lavar las muselinas en la lavadora con un programa para ropa delicada y agua fría. Se pueden secar en secadora a baja-media temperatura, pero es mejor si las dejas secar al aire libre. Al ser tan finas, las tendrás secas en un periquete.
Lava siempre con colores similares. Si las muselinas son blancas o de color claro, procura no mezclarla con colores oscuros o intensos. Las muselinas de colores claros se pueden lavar a 40-60ºC si tienen manchas. Pero evita estas temperaturas si son más oscuras o con estampados para que no destiñan.
A la hora de plancharlas, consulta la etiqueta del fabricante. Las de algodón no tienen ningún problema, pero no todas son de este tejido. De todas formas, la muselina de bebé tiene un tejido arrugado como el lino que no necesita ser planchado, ¡así que no pierdas tiempo ni energía en este paso!