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Una vez pasada la semana 1 de embarazo, en la que el embrión ha logrado colocarse correctamente en su lugar dentro del útero para empezar su desarrollo, entramos en la segunda semana de embarazo, para seguir viviendo muchísimos cambios importantes en el crecimiento del futuro bebé.
Estos cambios que ocurren cuando solo llevas dos semanas de embarazo, pueden ser determinantes para que el bebé crezca sano, así que es muy importante saber qué es lo que está pasando, y cómo podemos actuar para beneficiar al máximo al pequeño.
También se producen cambios en la madre durante el embarazo de dos semanas, algunos más molestos, y otros que te harán sentir de forma maravillosa.
Si quieres conocer todo lo que ocurre a las 2 semanas de embarazo, te lo contamos en detalle. Sigue leyendo y descúbrelo; pero lo más maravilloso siempre es poder vivirlo.
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Segunda semana de embarazo
Qué ocurre en la madre
El cuerpo de la embarazada de 2 semanas por fin empieza a darse cuenta de este nuevo estado. De hecho, el organismo no es consciente del embarazo hasta que no está seguro de que el embrión se ha implantado bien, y es en la segunda semana de embarazo cuando se produce mayor cantidad de estrógeno, la hormona que anuncia al útero de que tiene que ir preparándose para albergar al feto.
En el embarazo de 2 semanas, el útero comienza formando un forro dónde quedará implantado el embrión. Este forro se desarrolla poco a poco hasta pasar a ser la placenta, un órgano muy importante en la nutrición y protección del pequeño.
La embarazada de dos semanas podrá empezar a notar los primeros síntomas derivados de ésto, como pequeñas punzadas en los laterales de la tripa, así como los pechos más hinchados y turgentes, que en ocasiones puede resultar incluso molesto.
Entre los síntomas de embarazo en la segunda semana, también se pueden empezar a notar otras molestias, igual que en la primera semana de embarazo que ya vimos; pero éstas no durarán mucho, y en poco tiempo dejarán de sentirse y la madre podrá disfrutar mejor de otras sensaciones maravillosas que trae consigo el embarazo.
Qué ocurre en el feto
El feto de 2 semanas aún no es un bebé propiamente dicho, más bien es un pequeño embrión que cuenta tan sólo con una cabecita minúscula, un tronco y una colita rizada que se transformará en su columna vertebral.
En estas primeras semanas de embarazo, empiezan a formarse los órganos del embrión de 2 semanas en su estado inicial, las células se empiezan a diferenciar en células cardiaca, hepáticas, nerviosas, y todas las células con diferentes funciones de cada órgano del cuerpo humano.
En esta semana también se forman las pequeñas cavidades oculares dónde se alojarán los ojitos del bebé, también un primer boceto de las orejas y sobre todo lo más importante: el tubo neuronal dónde se formará el cerebro y la médula espinal.
La placenta también crece al mismo ritmo que el bebé, este órgano es muy importante para el desarrollo del pequeño, porque es a través del cuál la madre pasa los nutrientes y el oxígeno que necesita para mantenerse vivo.
El volumen de sangre en la madre aumenta un 50%, ya que tiene que compartirla con el feto y la placenta, y dentro de la madre se forma un pequeño mundo a parte dónde el bebé va a crecer muy seguro en las próximas semanas hasta que finalmente salga al exterior.
¿Será niña o niño?
Es en la semana 2 de embarazo cuando se determina cuál será el sexo del bebé, en el momento en que el espermatozoide ha entrado en contacto con el óvulo, y se han unido la información genética de ambos.
Todos los óvulos femeninos tienen un cromosoma X, y es la información genética del hombre la que determina si será niño o niña. Si el espermatozoide que ha penetrado dentro del óvulo tenía un cromosoma X, el bebé será una niña, pero si tenía un cromoso Y, será un bebé varón.
Todavía es muy complicado poder ver el sexo del bebé a través de una ecografía, pero en la segunda semana de embarazo el sexo de tu bebé ya está decidido, y pronto podrás saberlo con la ayuda del médico, sólo tendrás que esperar algunas semanas más para que tu médico pueda distinguir si se trata de una nena o un nene. ¡Qué emoción!
