Hay niños que suelen tener una naturaleza impulsiva, la cuál también emerge cuando se enfrenta a un problema o contratiempo, frente al cual puede enfadarse mucho y mostrar una actitud agresiva. Este tipo de conductas se deben empezar a tratar desde que los niños son pequeños, para que en su etapa adulta dispongan de las herramientas para poder canalizar este instinto impulsivo. Para ello, la técnica del semáforo supone una gran ayuda para los padres y educadores.
De forma indiferente, la técnica del semáforo para autocontrol se puede usar en niños de todo tipo, incluso en los que son más tranquilos. Aunque un niño no externalice la agresividad cuando se enfrente a una situación límite, en su interior puede estar sufriendo una lucha para la cuál el semáforo de conducta infantil también puede ser útil.
Hoy vamos a ver en qué consiste exactamente el semáforo de comportamiento, los usos que le podemos dar en educación infantil según la edad del niño, y como hacer un semaforo de conducta para usarlo en casa o en el aula con los niños.
Si tú también quieres aprender a emplear esta técnica con tus hijos, toma nota de todos los detalles, y verás cómo los pequeños aprenden a controlar sus emociones más fácilmente, para tener una adecuada orientación y educación emocional desde sus primeros años y hasta que se hagan mayores.
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¿Qué es la técnica del semáforo de las emociones?
La técnica del semáforo es una actividad que se suele enseñar a los niños para que aprendan a controlar sus emociones de enfado e ira, de forma que puedan apaciguar ese sentimiento impulsivo del momento y canalizarlo para resolver el problema de una forma más adecuada. Es una forma de educar a los niños dentro del autocontrol, dándoles las pautas y herramientas para que puedan seguir trabajando en ello a medida que crecen.
Esta actividad se lleva a cabo desde una edad temprana a través del juego, para poder utilizarla en esos momentos en los que el niño necesita gestionar sus acciones y pensamientos de una forma más flexible y adaptable a cualquier contexto.
Aunque en un principio nos parezca un juego de niños, la técnica del semáforo es también de gran utilidad para los adultos, usándola en determinadas ocasiones en las que nos invade una sensación de enfado en un momento determinado.
¿En qué casos podemos usar la técnica del semáforo?
No importa la edad que tenga el niño, en cualquier momento puede presentar un momento de impulsividad que puede alterar la vida cotidiana de toda la familia y de su propio bienestar. El control de las emociones es especialmente útil trabajarlo en edades tempranas cuando notamos que nuestros hijos puedan presentar conductas impulsivas como las siguientes:
- Rabietas incontroladas que se repiten con frecuencia
- Hacer las cosas sin pensar en las consecuencias
- Intolerancia a la frustración
- Constante molestia a los demás
- No saber controlarse
- No esperar su turno en los juegos y en otras actividades
- Encaja mal la situación cuando pierde en un juego
- Niños desobedientes que saben que lo hacen mal, pero no pueden evitarlo
Si todas estas situaciones se repiten constantemente en un niño, o si llega a tener comportamientos impulsivos en los que recurre a los berrinches y a la agresividad, el niño debe aprender a controlar las emociones, no solo por respeto a las personas que le rodean, sino también como salud mental para sí mismo.
Aprender a controlar las emociones con la técnica del semáforo
La técnica del semáforo es un juego que ayuda al niño a detectar y tomar conciencia de sus propias emociones justo en el momento previo de llegar a un berrinche o un enfado. Estas situaciones son muy duras incluso para ellos mismos, ya que supone una reacción fisiológica inteligente de tensión muscular, sudoración fría y agitación, en la que el propio niño no lo pasa nada bien.
El semáforo es la forma de hacer un control emocional para controlar las emociones negativas, a través de 3 fases que ellos mismos podrán reconocer en su momento, pero que mientras lo aprenden, pueden ir viendo a través de juegos educativos para el control de emociones.
Juego para aprender la técnica del semáforo
¿Cómo aplicar la técnica del semáforo? Hay que entender cuál es el funcionamiento de un semáforo. Primero los niños tendrán que hacer su propio semáforo de la conducta para colorear, y entender los 3 estados por los que deben pasar para gestionar sus comportamientos impulsivos.
Los 3 colores del semáforo
Un semáforo está compuesto por 3 colores para regular el paso de los coches. El color rojo indica que no se puede pasar, el color ámbar es que se está produciendo el cambio, y el verde permite el paso libre.
En la técnica del semáforo, el paso de los coches se extrapola al paso de las emociones del niño que están a punto de brotar en un ataque de impulsividad.
Color rojo
Ante un enfado en el niño en que sabe que va a gritar o adoptar una conducta agresiva, el pequeño deberá detenerse y detectar esas señales primarias antes de que lleguen. El control de su estado de ánimo es el primer paso para evitar sentirse mal.
Color ámbar
En el segundo paso, el niño deberá tomar conciencia de lo que está sintiendo, y analizar qué es lo que está pasando y por qué no debe dejar salir su enfado.
Color verde
Una vez hecho el control de emociones, podemos pensar en alternativas que no sean impulsivas, para solucionar el problema o el conflicto de una forma más saludable, llegando a un estado normal.
Cuando el niño aprende a controlar estas emociones negativas, puede dar una mejor respuesta a las circunstancias de su alrededor, con un comportamiento adecuado y más saludable para él y para todos. Antes de explotar, todos tenemos la capacidad de controlar la energía para dejarla fluir más lentamente y no acabar en una situación más desagradable.
Un ejemplo de la técnica del semáforo aplicada a los niños
Pongamos como ejemplo una situación muy común que se puede dar entre dos niños a cualquier edad. Uno de ellos le quita su juguete a otro, y la reacción normal sería enfadarse, pegarle, y recuperar su juguete a la fuerza, pero las técnicas de control emocional, nos ayudan a controlar esta ira, y hacer las cosas de una mejor forma.
Luz roja: Parar
El niño siente rabia y enfado porque le han quitado su juguete. Debe aprender a identificar le emoción en el momento en que está apareciendo, sin llegar a dejar que le invada.
Luz ámbar: Pensar
El niño debe pensar cuál es el problema que debe resolver, antes de actuar y contando hasta 10 antes de dejar que le invadan los sentimientos negativos.
Luz verde: Actuar
La mejor forma de solucionar un problema es el diálogo, y no la fuerza. El niño, cuando ha controlado sus sentimientos negativos, puede hablar con su compañero y decirle de buena forma que le devuelva su juguete, o que pueden compartirlo para jugar juntos. También puede llegar a un acuerdo de dejarle el juguete un tiempo si su amigo le promete que después se lo devolverá.
Practicando esta dinámica de emociones en casa o en el aula, estamos ofreciéndoles ejemplos a los niños unas herramientas alternativas para confrontar los sentimientos de rabia e ira a lo largo de su infancia, pero también en la etapa adulta.
La técnica del semáforo y otras técnicas de control de impulsos se pueden extrapolar a diferentes situaciones y también para personas de todas las edades, para que controlar emociones se haga de una forma más saludable para todos.