Existen múltiples formas de educar a los niños para que consigan un determinado comportamiento que desean los padres y educadores. La economía de fichas es uno de ellos, altamente efectivo, y sin embargo, poco conocido y empleado en el hogar.
¿Sabes en qué consiste esta técnica para trabajar el refuerzo positivo con tus peques? Los niños van consiguiendo fichas por cada hito alcanzado, y estas se pueden intercambiar por diferentes recompensas. ¡A que suena bien!
Seguro que tú también estás deseando descubrir cómo utilizar la economía de fichas para niños de una manera efectiva. Hacemos un análisis de las recomendaciones de los expertos en educación infantil para que te resulte más sencillo y tus hijos se involucren al máximo.
Te contamos que es la economía de fichas, cómo usarla en casa o en el aula, en qué tipo de enseñanzas puedes utilizarla, y mucho más detalles y recomendaciones. Deja a un lado los castigos y céntrate en el refuerzo de las conductas positivas para tener un mejor resultado.
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¿Qué es la economía de fichas?
La economía de fichas es un método de enseñanza o de modificación de conductas que se puede utilizar tanto en niños como en adultos. A través de esta es posible provocar un cambio en el comportamiento del sujeto, ya sea implementando o eliminando una conducta concreta.
Esta herramienta viene del condicionamiento operante, un concepto muy empleado en psicología infantil. Consiste en reforzar la conducta del niño a través de puntos o fichas que se consiguen al realizar una actividad establecida previamente.
Vamos a verlo con un ejemplo para que lo entiendas mejor. Si quieres que tu hijo o hija se acostumbre a hacer la cama y mantener ordenada su habitación, cada vez que lo haga, ganará una ficha que podrá intercambiar más adelante. Estas fichas actúan como si fueran puntos canjeables.
¿Y en qué pueden canjear estas fichas? Pues en algo que le guste, como por ejemplo una salida familiar, ir al cine, ir a cenar, comprar un juguete que le guste mucho, o una chuche que le apetezca. Cada uno de estos propósitos tiene un valor, el cual debéis acordar en familia al comenzar a poner en práctica esta técnica.
¿Por qué utilizar la economía de fichas?
Efectivamente, el niño o la niña está ‘trabajando’ una nueva conducta para conseguir unas fichas que utilizará como si fuera dinero. Sin embargo, al no tener edad para obtener dinero, sus ahorros se centrarán en lograr estos puntos a intercambiar más adelante.
Esta técnica es muy útil cuando queremos que los niños muestren motivación e interés en aprender. Se puede emplear en muchos tipos de actividades, como ayudar en casa, mejorar las notas de la escuela, o portarse mejor en determinadas ocasiones.
Pueden ser muy útiles en estos casos:
- Para que los niños no se salten las normas.
- Eliminar malos hábitos como morderse las uñas o discutir con los hermanos.
- Con el fin de aprender las labores del hogar adecuadas para su edad.
- Para que aprendan a vestirse, asearse, lavarse los dientes, etcétera.
- En la mejora de las calificaciones escolares u otras actividades.
Este es un tipo de refuerzo positivo que no solo tiene el beneficio de la satisfacción personal. Para conseguir una conducta deseable o eliminar otras conductas que no son del todo buenas, obtener una recompensa con este plan de premios y castigos tendrá mejores resultados.
¿Cómo trabajar en casa la economía con fichas?
Para que la economía de fichas en niños funcione correctamente, el plan deberá ser establecido y evaluado tanto por parte del menor como de los educadores. ¿Qué es lo que queremos conseguir? ¿Cuál es el beneficio que obtendrá el peque?
Conseguir fichas es el principal objetivo para el niño o la niña. Estas se lograrán cuando logre mantener la conducta deseada. Si no lo hace, es posible perder las fichas u obtener un pequeño ‘castigo’. Todo esto tiene que quedar claro antes de empezar.
Vamos a ver un ejemplo del uso de la economía con fichas en casa, aunque se puede aplicar a otros muchos ámbitos. En nuestro caso, queremos que nuestra hija se haga responsable del orden en su habitación, haciendo la cama y organizando sus juguetes a diario. Así haremos el plan:
Determinar la conducta a lograr o modificar
El primer paso es identificar cuál es la conducta en el niño que se quiere modificar o lograr. En este ejemplo que vamos a ver es la autonomía a la hora de mantener en orden su habitación. Puedes utilizar esta misma técnica para otros muchos objetivos.
Detalla junto al niño o la niña los términos del acuerdo, y qué es lo que quieres que consiga exactamente para que lo tenga claro. Para que no haya errores en el futuro, deja constancia por escrito.
Establecer el plan de fichas
Una vez que sepas cuál será el objetivo, llega el momento de otorgarle un valor a cada tipo de actividad. Por ejemplo, por hacer su cama conseguirá 2 fichas, por ordenar los juguetes 1 ficha, y por limpiar semanalmente el dormitorio, un total de 3 fichas.
Cada vez que realice la actividad correctamente, se llevará los premios pactados. Estas fichas se van acumulando para canjearlas más adelante.
Tipos de fichas a emplear
¿Cuáles son los tipos de fichas a utilizar en este método? Tienes muchas opciones. Escoge algo atractivo para tu peque, de manera que pueda guardarlo y acumularlo más fácilmente.
Algunas fichas a utilizar son las típicas piezas de plástico redondas de colores. Otra alternativa serían monedas de juguete, o las típicas monedas de póker, a las que incluso les puedes dar valores diferentes según el color. Para los más pequeños, las pegatinas son altamente atractivas, y las pueden ir pegando en un cuaderno o cualquier otra superficie para tenerlas siempre presentes.
Premios para canjear
Ahora queda acordar cuáles son los posibles premios a canjear. Según el número de fichas, le otorgaremos un valor diferente al premio. Las fichas se van gastando cada vez que se cambian por un premio, con el objetivo de seguir consiguiendo más.
Un ejemplo puede ser ir al cine en familia o salir a cenar a su restaurante favorito por 10 fichas acumuladas. Ir al zoo o al parque de atracciones puede tener el coste de 15 fichas. Si las quiere canjear antes, puede cambiar 3 fichas por comer un dulce de postre, o ver su programa de TV favorito después de cenar.
Posibles ‘castigos’ por no cumplir el plan
¿Y qué pasa si hay algún día que no se cumple el plan? Si por pereza o por rebeldía no realiza las actividades pactadas, por ejemplo irse a la cama sin recoger la habitación o marchar al cole sin hacer la cama, tendrá una especie de castigo: perderá fichas.
Otra alternativa de castigo, en lugar de restar fichas, sería por ejemplo quedarse sin jugar a la consola o sin ver la televisión durante el día. Esta información tiene que quedar recogida, al igual que todo lo demás, en las reglas acordadas por ambas partes y que quedarán por escrito.
Consejos para reforzar la economía con fichas
Para que el niño se anime a ser partícipe de este método de enseñanza es muy importante mantenerlo motivado. Según la edad de cada peque, y por supuesto también de sus gustos, hay varios puntos a tener en cuenta.
- Asegúrate de establecer los premios y castigos teniendo en cuenta las preferencias del niño o de la niña.
- Haced el pacto de todas las actividades y premios con la participación del interesado. Tanto los padres como los niños deben estar presentes.
- Ayuda mucho tener elementos visuales siempre presentes. No te olvides de poner por escrito todo lo acordado, y mantén el registro de las fichas conseguidas y los premios logrados hasta el momento.
- Pensad en diferentes planes y premios por los que intercambiar las fichas para que la motivación siga a lo largo de las semanas.
- Si fuera necesario, buscad ayuda externa para llevar a cabo correctamente la técnica de la economía de fichas.
A través de este vídeo de Youtube puedes ver muchos más consejos para poner en práctica este sistema, además de diferentes ideas para utilizarlo:
La técnica de la economía de fichas es altamente efectiva para promover el reforzamiento positivo. No solo se trata de conseguir premios y evitar los ‘castigos’, si no de adquirir una nueva conducta que poco a poco será parte de la rutina de cada peque.