¿Crees que tu peque varón podría tener algún problema en el pene? Descubre con esta guía todo lo que debes saber sobre la fimosis en niños. Cuáles son sus causas, y el mejor tipo de tratamiento.
Aunque la gran mayoría de padres no sean conscientes, la fimosis es un problema que afecta a casi toda la totalidad de bebés recién nacidos. A medida que el bebé va madurando, también lo hacen sus órganos genitales. Sin embargo, un pequeño porcentaje de niños necesita ser tratado de manera específica para evitar complicaciones.
Si nunca te has enfrentado a un problema de fimosis en niños, puede que pase totalmente desapercibido para ti. Pero es muy importante prestar atención, ya que cuanto antes sea tratado, más sencillo será el tratamiento y la recuperación.
Descubre todo sobre la fimosis en niños, cuáles son los síntomas que presentan los pequeños, y las mejores opciones para prevenirlo y operarlo en caso necesario.
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¿Qué es la fimosis?
Se conoce como fimosis a la imposibilidad de retraer el prepucio, la pequeña porción de piel que recubre el glande del pene. Es habitual que esto pase en los primeros años de vida del bebé, ya que los niños nacen con el prepucio y el pene adheridos. Poco a poco se irán separando.
Esta condición natural en los niños pequeños se denomina fimosis fisiológica, y se da en más del 95% de los bebés. En torno a los 3 o 4 años de edad el prepucio se va abriendo, y el glande, o cabeza del pene, queda liberado en su forma natural.
Es muy importante que los padres presten atención al cuidado y aseo de los genitales del niño varón durante toda la infancia, favoreciendo que el desarrollo se haga de manera correcta. Si no fuera así, podría desencadenarse una fimosis patológica, que necesitará ser tratada por un profesional, siendo lo más habitual realizar una operación de fimosis.
Durante la adolescencia, si se ha producido una fimosis y no ha sido tratada, podría desembocar en una enfermedad infecciosa por acumulación de restos de piel, esmegma y bacterias. Entre ellas destaca la balanitis o infección del glande, así como una obstrucción e infección urinaria, altamente peligrosa para la salud del niño.
Causas de la fimosis en niños
Cada fimosis es diferente. No hay dos pacientes que pasen por el mismo proceso. Por este motivo no podemos generalizar.
No obstante, de manera general hay algunas condiciones que pueden desembocar en un problema de fimosis en niños, y que son bastante frecuentes:
- El prepucio permanece pegado al glande y no termina de desarrollarse a medida que el bebé crece.
- Incluso si el tejido del prepucio se separa del glande, puede ocurrir que la punta no se abra y el orificio superior sea demasiado estrecho.
- También es frecuente que el frenillo del pene sea demasiado corto, e impida que el prepucio se retraiga por completo, provocando una sensación de tirantez, molestia e incluso dolor.
Todas estas causas de fimosis se pueden presentar tanto en niños a partir de 2 años de edad, en niños pequeños y sobre todo en adolescentes. Por suerte, y debido a que este problema es muy habitual en los chicos, hoy en día hay múltiples alternativas de prevención, cuidado y tratamiento para la fimosis en niños.
Síntomas de fimosis infantil
La fimosis en el bebé ya es fácilmente detectable cuando los padres analizan el estado de sus genitales. Puedes verlo mientras le cambias el pañal a tu peque, y también en la hora del baño.
Si bien es normal que el prepucio del bebé no termine de bajar correctamente, y no hay que forzarlo para evitar desgarros, cuando el niño crece, los genitales tienen que evolucionar con él.
¿Cómo se puede detectar a tiempo un problema de fimosis en niños para actuar en consecuencia? Fíjate en los siguientes síntomas, y alerta a tu hijo para que te avise en el caso de que note alguna molestia:
- Dolor al orinar
- Chorro muy fino al orinar, que además puede salir desviado
- Prepucio abultado y/o enrojecido
- Inflamación frecuente del glande
- Secreciones en el pene con olor fuerte
- Problemas de incontinencia durante la noche
- Sangrado en la zona
También puede ocurrir que el prepucio se retraiga, el glande quede al descubierto, pero que después no pueda volver a cubrirlo. Esto se conoce como parafimosis, e implica que el glande quede aprisionado, provocando una gran presión.
Ante cualquiera de estos síntomas de alarma, lo adecuado es recurrir rápidamente al médico para hacer una revisión. No te arriesgues a intentar solucionar el problema en casa, ya que podrías hacerle mucho daño a tu pequeño en esta zona que es altamente delicada.
Tipos y niveles de fimosis
Según el grado de afectación, la fimosis en niños se puede clasificar en diferentes fases o niveles. Partiendo desde un estado normal, en el que el prepucio del pene puede retraerse por completo dejando el glande al descubierto, pasamos por diferentes tipos hasta una fimosis completa.
Cuando el bebé es aún pequeño, es posible prevenir los problemas de fimosis tratándola en casa con la técnica adecuada. En El Blog de tu Bebé encontrarás algunos consejos que te pueden ser de gran ayuda: Fimosis en el bebé; Qué hacer antes de operar
¿De qué manera puedo saber en qué grado de fimosis se encuentra el pene? Estas son las características normales:
Pene normal
Fácil exposición del glande. Al retraer el prepucio no hay ningún impedimento y el niño no nota ninguna molestia.
Tipo I
El glande queda expuesto solo por encima del surco coronario. En la base que queda cubierta pueden acumularse restos.
Tipo II
El glande queda expuesto solo hasta la mitad. El prepucio no baja del todo y hay tirantez.
Tipo III
Solo queda expuesto el meato uretral, es decir el orificio de la uretra por donde se hace pis. Esta se conoce como fimosis puntiforme.
Tipo IV
El glande no se puede ver, y no es posible hacer ningún tipo de retracción. La fimosis es total. Los síntomas pueden ser más acusados.
Operación de fimosis en niños
La operación de fimosis se conoce de manera coloquial como circuncisión. Esta se realiza principalmente por motivos de salud e higiénicos, ya que es importante que cuando hay fimosis en niños, el prepucio se pueda retirar por completo.
Esta es una de las cirugías más realizadas en niños varones. Es muy sencilla y no entraña ningún tipo de riesgo. Puede hacerse a través de una circuncisión total o parcial, eliminando parte o toda la piel del prepucio, según las necesidades de cada paciente.
Si se recurre a una circuncisión parcial, se dejará parte del prepucio que cubrirá el glande cuando el pene no está erecto. Por el contrario, en la circuncisión total, el glande quedará siempre al descubierto, eliminando toda la piel del prepucio.
Cuidados en el postoperatorio
Al ser una operación rutinaria y sumamente sencilla, la recuperación del paciente será rápida. En el post operatorio hay que tener ciertos cuidados para evitar posibles complicaciones.
Tras la operación de fimosis en niños pueden darse complicaciones como dolor, inflamación, hinchazón del glande, una mayor sensibilidad, aparición de hematomas, e incluso sangrado. Aunque estos son poco habituales si se toman unas medidas básicas.
Es muy importante mantener la herida limpia, usando un jabón suave neutro. Basta con lavarla una vez al día, secándola con sumo cuidado y manteniendo al niño con ropa holgada que no le apriete la zona.
Durante los primeros días es recomendable cubrir la zona con una gasa, y revisar frecuentemente ante la aparición de cualquier síntoma o complicación. Los niños más mayores podrán tomar bajo receta médica un paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor.
Los primeros días serán los más molestos. Pero en un plazo máximo de 2 a 3 semanas tras la operación de fimosis en niños, el paciente estará totalmente recuperado y podrá hacer vida normal.