Cada niño aprende a su propio ritmo a medida que va creciendo. Sin embargo, la adquisición de una nueva habilidad no tiene por qué significar que esta permanezca para siempre. Es habitual que en algunas etapas de la vida se den regresiones en niños sin previo aviso, que nos desconciertan a los papás.
Tan normal como el desarrollo de los niños es que se den las regresiones infantiles en niños pequeños. Una regresión infantil suele tener un trasfondo bastante evidente, aunque no siempre sabemos verlo y tratarlo de la manera más adecuada.
Entre las más habituales se encuentran las regresiones del sueño, referentes a la comida, al uso de pañales o chupetes, e incluso los berrinches repentinos. ¿Sabes a qué se debe cada una?
A través de esta completa y sencilla guía para padres vamos a ver que son la regresiones en niños, cuándo aparecen y por qué motivos. También las recomendaciones que nos hacen los expertos en regresión psicológica para tratarlas a tiempo.
¡Haz clic en lo que interese!
¿Qué son las regresiones infantiles?
Se considera como regresión en niños al paso hacia atrás que puede dar el pequeño en su desarrollo a una edad temprana. Hay que tener en cuenta que el aprendizaje no es un proceso lineal, y que cuando parece que un niño ha superado una etapa, en cualquier momento puede volver atrás porque no se siente del todo preparado.
Según los expertos el psicología infantil, las regresiones no son retrocesos. Estas son temporales, ya que los peques vuelven a una etapa anterior a su desarrollo en la que se sienten más seguros, antes de poder asentar las bases para continuar subiendo peldaño tras peldaño.
Una regresión psicológica se puede dar en bebés, niños, adolescentes e incluso en adultos de cualquier edad. No obstante hay algunas etapas críticas como pueden ser los 2 años, 3 años, o las regresiones de los 5 y 7 años, que son comunes en muchos peques.
Por lo general, las regresiones en niños y adolescentes se relacionan con una situación de cambio, crisis o trauma. Estas no tienen por qué ser graves, pero afectan a la rutina del niño o la niña, y les influye de alguna manera.
¿Cómo detectar las regresiones en los niños?
Son muchos los ámbitos de la vida diaria en los que se pueden dar las regresiones en niños. Cada individuo las manifiesta de una manera diferente, pero la gran mayoría están relacionadas con estos aspectos:
- Trastornos del sueño; imposibilidad para dormir, inquietud nocturna o pesadillas.
- Problemas con el control de esfínteres; mojando la cama o la ropa interior cuando ya había superado la etapa del uso de pañales.
- Imposibilidad de vestirse o asearse solos, si ya habían aprendido a hacerlo.
- Problemas con el habla; con la pérdida de destreza en la comunicación o pronunciación.
- Necesidad de usar chupete; o de volver a chuparse el pulgar como si fuera un niño pequeño.
- Uso del biberón o cambios en la alimentación; requiriendo volver a tomar papillas o potitos tras haber superado esta etapa.
Estos son solo algunos ejemplos que manifiestan la mayoría de niños, pero pueden ser muy variados. Algunos peques tienen regresiones de un solo tipo, o les afectan a varios ámbitos de su vida, según el motivo que les lleve a padecerlas.
Causas de las regresiones en niños
Las regresiones en niños no implican ningún problema o retraso del desarrollo de los pequeños. En caso de que así fuera, la sintomatología sería diferente, y el diagnóstico tendría que hacerlo un profesional médico o psicólogo infantil.
Tampoco se debe a caprichos de los niños que de pronto abandonan los hábitos que ya habían adquirido para llamar la atención. Si el niño ya tenía una capacidad física, y poco a poco vemos que la va perdiendo sin motivo aparente, es que hay algún motivo que le está llevando a ello.
No hay que preocuparse, ya que las regresiones en niños son temporales. Como padres o educadores, nuestra responsabilidad es detectar la causa de los problemas psicológicos o emocionales del niño, entre las que destaca las siguientes:
- Llegada de un nuevo hermanito.
- Pérdida de algún familia cercano.
- Discusiones familiares constantes.
- Separación o divorcio de los padres.
- Cambio de domicilio.
- Malos tratos o abusos.
- Comienzo del cole.
- Cambio a una nueva etapa escolar o comienzo de un nuevo curso.
- Situaciones de bullying o problemas de estrés emocional en la escuela.
Cómo gestionar las regresiones en niños; Consejos para padres
Es inevitable que los padres nos preocupemos cuando vemos que nuestros hijos van superando fases de su desarrollo para después dar un pequeño paso atrás. Ten paciencia, es parte de su proceso de aprendizaje. En poco tiempo acabará por superarlas por sí mismo o con un poco de ayuda.
¿Qué podemos hacer los adultos y hermanos mayores para afrontar las regresiones infantiles de los más pequeños de la familia? Actúa con mucha cautela y pon en práctica estas pautas:
Detectar la causa
Lo primero y más importante es encontrar la causa de la regresión de un niño. En la mayoría de las veces se debe a la falta de atención por parte de los padres, o a una llamada de socorro cuando el niño tiene problemas que no sabe expresar.
Analiza su entorno, descubre si tiene problemas en el colegio, con alguna otra persona, o si hay algo que le afecte negativamente. Habla con él y pregúntale qué le preocupa. Una vez que detectes el problema, será más fácil trabajar sobre él.
Actuar positivamente
No dramatices ni des demasiada importancia a esos cambios de comportamiento de tu niño. El problema es mucho más profundo, y la regresión es tan solo un síntoma o señal que el propio niño no puede controlar.
En lugar de decirle frases negativas o de avergonzarle por su comportamiento, intenga corregirle dándole todo tu apoyo de una forma positiva.
No regañar ni enfadarse
Nunca te enfades ni le regañes por dar un paso atrás en su desarrollo. Los niños no se sienten cómodos cuando pierden el control de sus esfínteres o si tienen miedo a dormir solos. Reñirles solo empeorará la situación.
Cambia tu actitud con los niños, mostrándote más amable y cariñoso, porque eso es lo que necesitan en ese momento tan duro. Si estás llamando tu atención de alguna manera es porque realmente la necesitan.
Mostrar más atención a los niños
Intenta pasar más tiempo de calidad con tus hijos, ya que este puede ser el principal motivo por el que tengan una regresión importante. Cuando viene un hermanito, al empezar la escuela, o ante la pérdida de un familiar, pueden sentirse menos queridos y abandonados.
No dejes que se sientan mal por ello. Explícales qué es lo que está pasando, y sobre todo muéstrales que nada va a cambiar en la relación que tienes con tus hijos. Acompáñalos más cerca que nunca, e intenta ponerte en su lugar para saber qué es lo que necesitan y cómo actuar en todo momento.
¿Debemos preocuparnos por las regresiones infantiles?
Cuando las regresiones en los niños se prolongan demasiado tiempo, e incluso si estas se dan en niños mayores de 7 años o en preadolescentes, puede deberse a un problema mucho mayor que necesite tratamiento.
Las regresiones normales son de corta duración, y apenas duran unos días o unas semanas hasta que el niño las supera. Acompañadas de otros síntomas como cambios de conducta negativos, irritabilidad, tristeza o agresividad, se relacionan con trastornos más importantes que requieren el análisis de un profesional cualificado.
Hay que tener en cuenta que algunas regresiones como el insomnio o la pérdida del control de los esfínteres podrían deberse a problemas médicos concretos.
Ante la duda, consulta con tu pediatra o acude a un psicólogo infantil, que pueda determinar las causas y el mejor tratamiento para las regresiones en niños.
Consejos de psicología para bebés y niños pequeños
Encuentra más información sobre psicología infantil a través de El Blog de tu Bebé. Si te interesa el tema de las regresiones en los niños, estos temas también te serán de gran utilidad:
Recuerda que las regresiones en niños son algo muy común por lo que la gran mayoría de padres hemos pasado. No te agobies, y ten mucha paciencia. Los peques se desarrollan a su propio ritmo, y los padres no podemos hacer otra cosa más que darles nuestro apoyo.