Uno de los principales motivos de las rabietas infantiles es la falta de capacidad que tienen los niños a edades tempranas para la resolución de conflictos.
Ante problemas que los adultos podríamos solucionar de manera pacífica, los niños no saben cómo afrontarlos, y llegan a colapsar en el llanto y las pataletas. Aprender a resolver conflictos es algo que se aprende con la práctica de manera inevitable.
Sin embargo, un aspecto de la educación infantil señala la importancia de enseñar a los peques desde bien temprano a actuar correctamente en determinadas situaciones que les suelen llevar al límite. ¿Sabes cómo lograrlo?
Hoy vamos a ver las mejores técnicas de resolución de conflictos que podemos enseñar a los niños, a través de un sencillo tutorial.
Ideal para enseñar a bebés a partir de 3 años, niños de todas las edades y también adolescentes, con algunos ejemplos de casos habituales para que sepas cómo aplicarlo.
Toma nota y pon en práctica estas estrategias de resolución de conflictos, para educar a tus hijos de una manera más empática. Ganarán habilidades emocionales y sociales para ser mejores adultos y disfrutar de una correcta salud emocional.
¡Haz clic en lo que interese!
¿Qué es un conflicto?
En educación infantil, se entiende como conflicto cualquier disputa en la que pueda participar un niño. En estas situaciones los niños están en desacuerdo con algo, y desplegando todos sus mecanismos de defensa para poder enfrentar el problema que se le presenta.
Hay tantos modos de resolver conflictos como situaciones diferentes por las que pasan los pequeños. Cuanto más mayores se hacen los niños, y mayor madurez presentan, más complejos pueden ser sus problemas
Comenzando por las más sencillas en bebés que se enojan ante una negativa de sus padres, discusiones entre hermanos, hasta la importancia de resolver conflictos en el aula o el patio de la escuela cuando los niños sufren de acoso por parte de sus compañeros.
Son tantas las formas de tratarlo como necesidades y capacidades tenga cada chico o chica. La resolución de conflictos para niños es algo que se va aprendiendo poco a poco.
Nadie nace sabiendo cómo actuar ante un problema importante. Es ahí donde los padres y educadores entran en juego para darle a los pequeños las mejores herramientas para la resolución de conflictos.
Beneficios de enseñar a los niños a solucionar conflictos
Dado que todos alguna vez en la vida nos vamos a enfrentar a todo tipo de conflictos con nosotros mismos, con familiares cercanos, amigos, e incluso con desconocidos, es importante que los niños aprendan a resolverlos por su cuenta cuanto antes.
Estas herramientas de aprendizaje infantil son consideradas de las más valiosas para que los pequeños crezcan con mayor autonomía y con mejor salud mental.
Además de saber resolver problemas por su cuenta, de una manera más tranquila y eficaz, aprender a solucionar conflictos ofrece otras muchas ventajas para los niños y niñas de cualquier edad:
- Aprender desde la empatía
- Desarrollo de habilidades sociales
- Aprender a tomar decisiones más rápidamente y de manera efectiva
- Adquisición de técnicas de negociación, escucha y diálogo
- Control de las emociones ante situaciones límite
Todos los adultos, al llegar a cierta edad, ya deberíamos haber aprendido a manejar correctamente los conflictos a los que nos enfrentamos a diario. Sin embargo, en nuestra infancia no hemos recibido la educación necesaria para ello.
Aún estás a tiempo para solventar este problema con tus hijos. Si quieres que se conviertan en personas más seguras de sí mismas, con una excelente capacidad para salir impunes de cualquier problema, ponte manos a la obra y aprende con ellos cómo resolver conflictos en la escuela, en casa o dónde sea.
Técnica de resolución de conflictos para niños
Como cualquier otra pauta de educación emocional para niños, enseñar la resolución de conflictos también requiere trabajarlo en casa imaginando situaciones determinadas para después ponerlo en práctica cuando sea necesario.
Al principio las dinámicas de resolución de conflictos son más bien aprender teoría y practicar con el juego. Pero cuando se adquieren adecuadamente estas técnicas de mediación de conflictos, son fáciles de aplicar en una pelea o discusión real.
Estos son los pasos que siempre se incluyen en la resolución de conflictos para los niños:
Identificar el conflicto
El primer paso es aprender siempre a analizar la situación en frío. Es normal que los niños se dejen llevar por sus sentimientos en una situación límite. Pero si han practicado bien, sabrán controlarla rápidamente y ver desde fuera qué ha pasado.
Ayuda a tus hijos a verbalizar el problema, que te cuenten qué ha ocurrido para poder trabajar en la mejor manera de solucionarlo. En los bebés y niños pequeños, es importante escucharles para saber qué ha pasado y que aprendan a expresar cómo se sienten por ello.
Reconocer las emociones
Una vez que el niño ha explicado qué ha pasado, es el momento de preguntarle cómo se siente al respecto. Porque no es lo mismo sentirse triste, decepcionado, que muy enfadado o lleno de ira, la solución al problema será muy diferente.
En el aprendizaje de la educación emocional, este tipo de situaciones son las más idóneas para que los chicos comiencen a trabajar en su autocontrol.
Al principio será más complicado, pero a medida que sean capaces de detectar cada emoción o sentimiento, podrás adquirir una mayor capacidad para evitar que le dominen, y convertirse en personas emocionalmente equilibradas.
Controlar las emociones
En el momento de reconocer las emociones, los padres tan solo podemos actuar como guías. Es en este tercer paso cuando llega el momento de reflexionar, de intentar comprender y ponerse en el lugar del otro. El control de las emociones permite reflexionar mejor para encontrar una solución final más efectiva.
Habla con tu pequeño, y explícale que la forma en la que se siente (triste, enfadado) y el llanto no son algo malo. También debe comprender cómo se ha sentido la otra persona, los motivos por los que se ha dado la situación, y analizarla en frío desde el control.
Buscar soluciones
En último lugar llega el momento de buscar una solución. En las dinámicas de resolución de conflictos se suele trabajar en el aula o en casa con diferentes situaciones.
Sin embargo, a la hora de la verdad, estas pueden no ser cómo se hayan practicado, y es aquí dónde los niños empezarán a actuar según las técnicas de resolución de problemas que han aprendido.
Por ejemplo, ante la rabieta de un niño pequeño, que quiere conseguir algo de manera rápida, él mismo comprenderá que un buen acto es lo que le lleva a la recompensa que desea.
En niño mayores, cuando existe un caso de acoso escolar o bullying, las dinámicas de mediación y resolución de conflictos comienzan por animar a los niños a buscar ayuda de un adulto.
Ver actividades para resolver conflictos muy variadas ayudan a los pequeños a ser capaces de enfrentar mejor los problemas futuros.
Piensa en los posibles casos en los que se puede ver inmerso tu hijo o hija, y háblalo con antelación haciendo un taller de resolución de conflictos en tu propia casa.
Juego de resolución de conflictos para niños
En casa tenemos un libro sobre educación infantil que nos gusta mucho, y del cuál hemos sacado un juego para la resolución de conflictos.
El libro es “Tratando la inestabilidad emocional” de Soledad Santiago López, y el juego del que habla en él se llama “la técnica del grano”.
Este juego explica muy bien el paso a paso para resolver un conflicto, de manera que los niños lo puedan comprender y aplicar por su cuenta.
Consiste en imaginar que en un saco de arroz hay un grano estropeado. Debemos buscarlo y sacarlo lo antes posible para que el resto de granos no se estropeen también.
Desarrollo
Comenzamos explicando a los niños la dinámica del juego. Presentamos la situación: cuando hay un conflicto, muchas veces perdemos los nervios y queremos hacer todo rápido sin darnos cuenta de que lo estamos haciendo mal.
Esto es como cuando hay un grano malo en el saco. Tendemos a tirarlo todo al suelo, o bien lo dejamos que se quede dentro del saco, sin ver que en realidad el resto de granitos de arroz también se van estropeando.
Para ponerle remedio, hay que abrir el saco, buscar y sacar el grano. Daremos los siguientes pasos en un orden determinado:
- Buscamos el momento más adecuado para comenzar con esta tarea.
- Abrimos el saco: hablando con la persona correspondiente para solucionar el problema.
- Sacamos el grano: expresando los sentimientos, la causa del enfado y proponiendo posibles soluciones.
- Buscamos otros posibles granos estropeados: junto con la otra persona, buscamos la solución que sea más adecuada para ambos.
- Cerramos el saco y seguimos disfrutando de lo que contiene: intentamos mantener una buena relación con esa persona, siguiendo con otros temas más agradables cuando ya se haya solucionado el problema.
¡Así de sencillo! Sin que nos demos cuenta, la resolución de conflictos es una herramienta muy práctica que permite tanto a niños como a adultos a mejorar la relación con los demás, y a sentirse bien consigo mismos. ¿Por qué no hacer uso de ella para ser más felices? Todo es cuestión de actitud.