Chuparse el dedo es un hábito bastante común en los bebés. En la mayoría surge como apoyo a la hora de dormir, o como estímulo para relajarse cuando el bebé presenta cierto estrés.
No es un hábito peligroso en sí, pero es preferible que a cierta edad, el niño que tiende a chupar su dedo, deje de hacerlo para no producir daños en sus manos o fallos en el desarrollo de la dentición.
Este acto reflejo comienza desde antes del nacimiento del bebé. En el vientre de la madre, el pequeño ya empieza a meterse el dedo en la boca, y es parte del desarrollo de la capacidad de succión que le ayudará a alimentarse en sus primeros meses de vida.
¿Tú bebé también se chupa el dedo y te preocupa que de mayor siga haciéndolo? Hay algunos tips que poner en práctica para que tu peque deje de chuparse el dedo.
Los padres somos los responsables de conseguir que nuestros hijos dejen los malos hábitos antes de que lleguen a causar algún problema, y hacerlo de buena forma, con refuerzo positivo y nunca regañando al niño.
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¿Cuándo empieza el bebé a chuparse el dedo?
Como ya hemos comentado, el acto de chuparse el dedo comienza en la mayoría de bebés antes de su nacimiento. Los niños lo hacen desde bien pequeñitos, introduciendo el dedo en la boca para succionarlo, ya que les aporta seguridad y es parte de su aprendizaje.
Aunque al principio es un acto reflejo con el que nace el bebé para poder alimentarse correctamente, a partir de los 5 o 6 meses de edad ya lo hará de manera consciente.
El acto de succión le sirve para alimentarse, pero también para explorar todo lo que le rodea, utilizando la boca como herramienta para investigar más a fondo.
Es por este motivo por el que el bebé tiende a llevarse todo a la boca. El sentido del tacto no solo está en las manos, también en el paladar del niño.
Los niños pequeños sienten una necesidad irrefrenable de meterse todo en la boca, y es normal ver a un bebe chupando todo lo que tiene a su alcance.
Esta actividad no entraña ningún peligro para el bebé siempre que tengamos cuidado de que no introduzca en la boca algún objeto que no deba, o que tenga las manos sucias. Con el tiempo, el niño entre los 2 y 4 años de edad dejará de hacerlo por sí mismo.
¿Debo dejar que mi bebé se chupe el dedo?
Si es algo tan natural que forma parte de su aprendizaje, ¿debo dejar que mi hijo se chupe el dedo?
Aproximadamente el 80% de los niños se chupan el dedo durante sus primeros años de vida. La gran mayoría comienza desde los primeros días, introduciendo el dedo pulgar en la boca para dormir o como hábito de relajación.
Es algo muy normal desde el recién nacido hasta los 4 años de edad, y no habría que preocuparse por ello siempre que no exista algún tipo de contraindicación.
En niños mayores sí que puede convertirse en un mal hábito cuando tienen por costumbre chuparse el dedo. Entre el 5 y el 6% de los niños y niñas con 9 y 10 años siguen chupándose los dedos en algún momento del día.
En ellos pueden aparecer diferentes problemas como la alteración en la colocación de los dientes, y algún tipo de deformación facial debido a la repetición constante del mismo gesto.
¿Cuándo evitar que un niño se chupe el dedo?
Según los expertos en pediatría y odontología pediátrica, cuando el hábito de chuparse el dedo se prolonga demasiado y empiezan a aparecer determinados problemas físicos, es necesario intervenir. ¿Cuándo hay que hacerlo? Cuanto antes, mejor.
Desde el momento en que empiezan a salir los dientes del niño, es necesario controlar que el acto de chuparse el dedo no afecte negativamente al paladar y a la alineación de los dientes de leche.
Cuanta mayor sea la frecuencia y el nivel de succión que ejerce el niño al chuparse el dedo, mayores serán los problemas desarrollados.
A partir de los 3 años de edad los padres pueden comenzar a ayudar al niño a dejar este hábito, siendo mucho más importante actuar en el caso de que el pequeño siga con él después de cumplir los 5 años.
Problemas derivados de chuparse el dedo
En cada niño, chuparse el dedo durante un tiempo prolongado puede tener consecuencias muy variadas. Entre ellas destacan los siguientes problemas cuando el niño no deja de chuparse los dedos a medida que crece:
- Mal alineación de los dientes
- Problemas en la masticación
- Daños en el paladar y los labios
- Problemas de habla y pronunciación
- Daños en los dedos
Estos problemas en el desarrollo del niño son reversibles cuando se abandona el hábito.
Cuanto antes se consiga corregir al pequeño, más fácil será tratar las alteraciones, que en odontología se conocen como ‘mordida abierta anterior’ (dientes delanteros hacia delante), y ‘mordida cruzada posterior’ (dientes superiores posteriores más estrechos que los inferiores).
¿Chuparse el dedo o usar chupete?
Hay padres que no ven bien que sus hijos se chupen el dedo, y sin embargo ven normal que sigan usando chupete a edades más avanzadas. Los efectos de chuparse el dedo y usar el chupete son similares, con problemas dentales que pueden ser muy perjudiciales en la correcta formación de la mandíbula y los arcos dentales.
No obstante, el uso del chupete puede ser más beneficioso en el bebé, ya que el esfuerzo de succión es menor al tener una consistencia más blanda que el dedo.
Si notas que tu bebé se chupa el dedo muy fuerte y de manera frecuente, es posible introducirle el chupete. Puede que al principio lo rechace, pero ofreciéndoselo constantemente, con el tiempo lo acabará aceptando, y será más fácil controlar que lo deje cuando vaya creciendo.
¿Cómo hacer que un niño deje de chuparse el dedo?
En el caso de que el bebé no padezca ningún problema físico ni psicológicos, y siga recurriendo a este hábito a medida que va creciendo, hay formas de controlar el hábito de meterse los dedos en la boca.
La más efectiva es siempre sustituir el hábito por otra costumbre más beneficiosas.
Mantén sus manos ocupadas
Por ejemplo, si el bebé tiende a chuparse los deditos a la hora de ir a la cama, podemos conseguir que se relaje de otra forma teniendo sus manos ocupadas con algún muñeco que le guste mucho, y conseguir que se relaje acariciándole el pelo o masajeándole las manitas.
Actividades entretenidas
Durante el día, mantener al niño haciendo juegos y actividades en los que tenga que usar las manos evitará que se lleve los dedos a la boca.
Pon a tu hijo a dibujar, a jugar con la plastilina, a cocinar contigo, o hacer diferentes manualidades que le gusten con las que estar entretenido sin chuparse los dedos.
Cubre el dedo
La gran mayoría de los niños de corta edad no saben controlar por sí mismos este acto reflejo. Una forma muy útil de recordarles que no deben chuparse el dedo es colocar una tirita en el dedo, o ponerle un guante por la noche para evitar que lo haga.
Usa refuerzos positivos
Nunca debemos recurrir al castigo o las prohibiciones para cambiar este tipo de hábitos en los niños, porque el bebé no entenderá el motivo, y no será la forma de conseguir que cambie su costumbre.
En lugar de reñirle, regálale elogios cuando no esté chupándose el dedo en situaciones en las que suele hacerlo. Fija metas junto a él, y prémiale con pequeños detalles al conseguirlas. Así se sentirá más motivado para dejar de chuparse el dedo.
Acudir a un especialista
Después de los cuatro años, este hábito mantenido puede ser muy negativo en los niños. La posición de los dientes en los niños mayores de cuatro años aún siguen chupándose los deditos, o llevando chupete para dormir se vuelve incorrecta; los dientes delanteros quedan hacia delante, y puede ser muy negativo en su salud.
En caso de que no puedas conseguir en casa corregir este mal hábito, la ayuda de un odontopediatra puede ser imprescindible. No solo para corregir los primeros efectos de las futuras malas oclusiones, si no también para darte las mejores pautas a la hora de ayudar a tu peque a dejar de chuparse el dedo.
Chuparse el dedo es muy beneficioso, e incluso necesario en los bebés, pero hay una edad en la que estos hábitos se van abandonando solos. Controla el desarrollo de tus peques y actúa cuando sea necesario haciendo uso de las mejores herramientas y consejos profesionales.