Clamidia en el embarazo; Consecuencias y tratamiento

Durante los 9 meses de gestación, el sistema inmunitario de la futura mamá disminuye su actividad habitual para favorecer el crecimiento del bebé que se desarrolla en su interior. Es por este motivo por el que aumenta el riesgo de sufrir múltiples infecciones, una de las cuales puede ser la clamidia en el embarazo.

Aunque está relacionada directamente con las infecciones de transmisión sexual, la clamidia en la embarazada es más frecuente de lo que imaginas. En algunos casos cursa sin sintomatología, por lo que hay mujeres que ni si quiera se dan cuenta del contagio.

No obstante, es importante controlar esta y otras ITS frecuentes, ya que podrían tener efectos altamente negativos tanto para la mujer como para el feto. ¿Sabes cuáles son los riesgos?

Te contamos todo lo que debes saber sobre clamidia y embarazo, cómo prevenirla y de qué manera se puede curar evitando al máximo las consecuencias negativas para la salud del bebé.

¿Qué es la clamidia?

La clamidia es una infección bacteriana que se transmite a través de los fluidos de las mucosas genitales, anales u orales, principalmente durante las relaciones sexuales. Causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, es una de las ITS más frecuentes en la actualidad.

Los casos de clamidiasis han aumentado en España en los últimos años. Hoy en día se calcula que afecta a una gran parte de la población. Sin embargo, muchas personas no saben que la padecen, por lo que el riesgo de diseminación es elevado.

La bacteria suele afectar a la mucosa genital u oral, provocando una serie de sintomatología típica. Pero no se contagia al tocar, al dar besos, compartir alimentos o bebidas, o incluso estornudar.

El mayor riesgo de contagio es a través de las relaciones sexuales, y afecta tanto a hombres como a mujeres por igual. Si la infección no se trata a tiempo, además de atacar los órganos externos, puede diseminarse hacia la garganta, el cuello uterino o la uretra, provocando problemas de salud mucho más graves.

¿Por qué se produce la clamidia en el embarazo?

La infección por esta bacteria se puede dar en cualquier persona, no solo en embarazadas. Es muy común en la población joven y adulta, siendo una gran fuente de contagio al mantener relaciones sexuales sin protección.

Una mujer puede tener la enfermedad antes de quedarse embarazada sin ni si quiera saberlo. No obstante, si la clamidia está en un estado avanzado, podría interferir de manera negativa a la hora de buscar el embarazo, impidiendo de alguna manera la gestación.

Otra posibilidad es que la mujer una vez embarazada contraiga la infección. Al dejar de usar protección, su pareja sexual podría transmitirle directamente la bacteria, contagiándose más fácilmente ya que su sistema inmune está más comprometido.

Se como sea el contagio, es altamente importante hacer un correcto chequeo del estado de salud de la futura mamá. Las infecciones como la clamidia en el embarazo son muy peligrosas, ya que se podría incluso dar la transmisión al bebé en el parto.

¿Cómo afecta en la embarazada y el feto?

La clamidia en el embarazo es un tema muy serio que no hay que tomarse a la ligera. Si esta enfermedad no es tratada antes del parto, el bebé tiene un alto riesgo de infectarse con la bacteria al pasar por el canal del parto.

Una de las principales infecciones que sufren los bebés que pasan por esto es la conjuntivitis neonatal. Es una infección de los ojos que precisa de tratamiento médico específico.

Del mismo modo, es probable que el bebé sufra una neumonía, que supondría serias complicaciones en el aparato respiratorio.

Otros riesgos derivados de la infección por clamidia en el embarazo son los siguientes:

• Infección del líquido amniótico
• Parto prematuro
• Rotura de las membranas
• Mayor probabilidad de que se den otras infecciones

Síntomas de clamidia en la embarazada

Muchas de las mujeres que padecen de clamidia en el embarazo no presentan ningún tipo de síntoma, o estos son tan leves que no se dan ni cuenta. En estos casos, la única forma de detectarlo es a través de las analíticas.

Pero a veces hay algunos efectos de la clamidia que se manifiestan de manera física y nos pueden ayudar a detectarla a tiempo. ¿Cómo saber si tengo clamidia? Presta atención a estos signos:

• Aumento de la producción de flujo
• Secreciones vaginales anormales, de color amarillento y olor intenso
• Dolor al mantener relaciones sexuales
• Escozor al orinar
• Pérdidas de sangre
• Dolor y presión en la región pélvica

Si sospechas que podrías tener una ITS, no dudes en acudir a tu médico para hacer un diagnóstico lo más preciso posible. Cuanto antes se detecte y comience el tratamiento, menor será el riesgo para el bebé.

Tratamiento de la clamidia estando embarazada

A tratarse de una infección bacteriana, la clamidia se trata en todo momento con antibióticos. Pero no vale cualquier antibiótico. Mucho menos se recomienda la automedicación estando embarazada, ya que el uso de medicamentos no adecuados es un grave riesgo para el bebé.

El primer paso será acudir a un médico para hacer el correspondiente diagnóstico y determinar el estado de salud general de la mamá y el feto. En base a esto se evaluará cuáles son los medicamentos más convenientes y seguros.

Es sumamente importante seguir el tratamiento según las pautas marcadas por el doctor. La duración suele ser de entre 7 y 10 días. Pero incluso si ya te encuentras mejores, tienes que tomarte el tratamiento hasta el final, de manera que la bacteria se elimine por completo.

El doctor recomendará que la pareja se haga pruebas para comprobar si también necesita tratamiento. Durante este tiempo hay que abstenerse de mantener relaciones sexuales para cortar la propagación del contagio. No te pierdas tampoco cuándo hacer la primera revisión ginecológica.

Es altamente recomendable el uso de preservativos antes, durante y después del embarazo para evitar el contagio de las infecciones de transmisión sexual. El condón no es solo un mero control de natalidad, si no también una protección contra múltiples enfermedades; algunas tan peligrosas como la clamidia en el embarazo.