De manera natural, los peques tienden a ser impulsivos, y es través de la educación como aprenden a controlar sus emociones poco a poco. Tratar la impulsividad en niño es un aspecto muy interesante para los papás y educadores, evitando que esta característica le afecte a su forma de ser y de relacionarse con los demás.
La impulsividad se considera como un rasgo de la personalidad de algunas personas, que viene de manera inherente en su genética. Sin embargo, la educación que recibe ese pequeño, su experiencia vital y el entorno que le rodea, permitirá que esta se active más o menos, y de una forma adecuada.
¿Se puede controlar la impulsividad en niños? ¡Por supuesto que sí! El control de impulsos es una técnica que se ha puesto de moda para personas de todas las edades, incluso adolescentes y adultos.
Vamos a ahondar en el significado de este concepto, descubrir por qué se produce, y cómo controlar la impulsividad en niños y niñas de una forma sencilla y efectiva. ¡Así que toma nota!
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¿Qué es la impulsividad?
La impulsividad se describe como la cualidad de ser impulsivo. Concretamente, es un rasgo de la personalidad con el que la mayoría de nosotros nacemos, que se caracteriza por una reacción rápida, inesperada y desmedida ante una situación determinada.
¿Te suena de algo? Los niños pequeños tienden a ser así, es una manera de ser muy natural en ellos. Aún no saben controlar sus impulsos, y sienten la necesidad de satisfacer cualquier deseo que tengan, lo antes posible, a través de rabietas y portándose mal.
La impulsividad en la niñez no es peligrosa, pero si este tipo de comportamiento no se trata a tiempo, podría tener efectos muy negativos en el futuro. Los chicos y chicas impulsivos en su adolescencia podría tener problemas de agresividad, adiciones, consumo de sustancias nocivas, y malas relaciones con el entorno.
Es aquí donde tenemos que mencionar otro concepto muy importante: el autocontrol. Y es que la mejor forma de controlar la impulsividad es trabajando uno mismo sobre los sentimientos y deseos, con el fin de lograr una vida más equilibrada en la que reine la paz.
Cómo saber si mi hijo es impulsivo
Vale, ya sabemos qué es ser impulsivo, pero, ¿cómo puedo detectar esta característica en un niño o una niña? Cuando lo tenemos cerca y convivimos con ello, no siempre somos capaces de detectarlo fácilmente.
Otros padres no le dan importancia, y piensan que los niños cambiarán cuando maduren. No obstante, algunos no lo conseguirán sin ayuda. Para saber si tu hijo o hija necesita aprender a controlar los impulsos, presta atención a estas señales inequívocas:
- Actúa siempre antes de pensar.
- Tiende a responder antes de que acaben de preguntarle.
- Interrumpe frecuentemente.
- No suele obedecer a los adultos.
- Las rabietas son frecuentes.
- Presenta baja tolerancia a la frustración.
- No tolera un NO por respuesta.
- No sabe perder.
- Tampoco sabe esperar su turno.
- No sabe compartir con los demás.
Si esto se produce de manera aislada, o durante una etapa complicada, no tiene mayor relevancia. Pero la impulsividad emocional mantenida a lo largo de la infancia se va complicando más y más, y al final es insoportable para todos.
Así mismo, se ha visto que algunos niños con problemas de TDAH o de hiperactividad, tienen mayor probabilidad de presentar este tipo de comportamientos.
Gracias a las técnicas de control de impulsos, a día de hoy tenemos diferentes herramientas muy útiles para trabajar con los niños. Son más sencillas de lo que imaginas, aunque, por supuesto, hay que tener paciencia, porque no son mágicas ni tratan el problema de la noche a la mañana.
Estrategias útiles para controlar la impulsividad
El autocontrol es una habilidad que se aprende con el paso de los años y con unas buenas técnicas educativas. Para los niños, los adultos somos los responsables de educarles correctamente, adaptando las estrategias disponibles a la situación personal de cada uno.
Estas son algunas pautas a seguir dentro de la familia o del aula con niños que tienen problemas para controlar impulsos:
- Establecer horarios y rutinas diarias.
- En el caso de que vaya a hacerse un cambio de rutina, avisar con antelación al niño.
- Definir límites claros y coherentes.
- Coordinación entre los padres y tutores acerca de la educación del peque.
- Dar órdenes sencillas, fáciles de comprender y realizar, cuando sea necesario.
- Mantener un ambiente relajado para calmar los sentimientos negativos.
- Detectar y anticiparse ante situaciones de riesgo.
- Aprender a identificar los sentimientos.
- Buscar actividades extraescolares que sean del agrado del peque para tener la mente distraída.
- Mantener un diálogo distendido sobre los comportamientos que no deben tolerarse.
- Evitar los castigos como correctores de conducta, ya que no suelen ser nada efectivos.
- No aplicar correctivos en público. Mejor esperar a estar en un lugar privado para hablar de lo ocurrido.
- Recurrir a otras técnicas como el refuerzo positivo.
- No perder el control ante situaciones límites como rabietas o malos comportamientos.
Controlar la impulsividad no es fácil para los niños más pequeños. Por este motivo, los adultos debemos ser comprensivos y darles el apoyo que necesitan para que con el paso del tiempo, y con mucho esfuerzo, acaben lográndolo.
Estimular una buena conducta
Mucho más efectivo que castigar o reñir cuando aparece en comportamiento no deseado, es promocionar la buena conducta a través del refuerzo positivo. Seguro que has oído hablar de ello, ¿verdad?
Este concepto se ha puesto de moda entre los padres, madres y educadores. Consiste en reforzar las conductas deseables en el momento en que se perciben. Cuando hay una situación de estrés, en la que el niño o la niña se porta súper bien y no se deja llevar por sus sentimientos negativos, es algo que debemos valorar y premiar.
Deja a un lado las conductas malas o los momentos en los que se ha fracasado anteriormente. Al centrarse solo en lo bueno, lo que logramos es fomentar la autoestima del peque y mejorar su confianza.
Basta con premiarle a través de buenas palabras, felicitándole por sus logros. No hace falta pensar en premios materiales. Pero un buen refuerzo continúa podría ser igualmente buscar planes en familia que le guste, como refuerzo para que siga trabajando en su impulsividad.
Actividades de ocio
Ya lo hemos mencionado, pero queremos recalcar lo bien que funciona este tipo de estrategia. Sobre todo en los niños y niñas que tienen mucha energía, y que a veces parece que les sale con una mala conducta y acciones impulsivas, el tenerle entretenidos con actividades de ocio es lo mejor.
Por ejemplo, los deportes y la actividad física les ayuda mucho a controlar el exceso de energía, descansar mejor, tener buen humor, y sentirse realizados. Hay muchas actividades que los niños de cualquier edad pueden hacer.
Desde deportes de equipo en los que aprender sobre compañerismo, actividades en familia como salir a caminar, correr o hacer escalada, o deportes más relajantes como el yoga o el pilates.
Otras actividades relajantes podrían ser escuchar música, tocar un instrumento, pintar, leer, hacer puzzles, y muchas más. Tan solo tienes que encontrar la que más le motive, y seguro que le viene genial.
Terapia infantil para el control de impulsos
El trastorno de control de impulsos a veces es muy difícil de tratar en niños, y por ello, la mejor recomendación es acudir a un profesional que pueda ayudar a la familia. A través de terapia infantil, aprenderás las mejores técnicas personalizadas para tu caso particular.
Un primer paso es siempre hacer el diagnóstico y estudio previo de la situación inicial del peque. Las terapias se hacen de forma individualizada, y no hay dos tratamientos iguales.
Una vez detectadas las causas y los posibles condicionantes, el psicólogo o terapeuta trabajará directamente con el menor para conseguir el objetivo deseado. El tratamiento es multidisciplinar, por lo que también se podrá seguir en casa con otras estrategias diferentes.
Si la impulsividad en niños es un problema que te preocupa, y quieres ayudar a tus peques a controlarla, no dudes en consultar a un especialista. Sé siempre el mejor ejemplo para los niños, y ante todo, utiliza el refuerzo positivo para mantener unos lazos familiares mucho más fuertes.
Otras técnicas de relajación para niños
Aprender a controlar la ira y la impulsividad desde la infancia es muy importante para que los peques disfruten de una mejor salud mental. En El Blog de tu Bebé encontrarás otras muchas técnicas y consejos para conseguirlo, de manera sencilla y efectiva:
- Técnica de la tortuga para niños; ¿Cómo aplicarla?
- 8 Actividades socioemocionales para niños
- 12 Actividades para trabajar las emociones
- Técnica del semáforo para niños; Control de emociones
- Mindfulness para niños; ¡6 Ejercicios para practicarlo!
No dejes que la impulsividad en niños sea un problema que afecte a tu familia o a tus alumnos en el día a día. Ponte manos a la obra y dales a los peques las herramientas que necesitan para tener un mejor equilibrio en sus emociones.