¿Has oído hablar alguna vez del relactador como alternativa de suplementación junto con la lactancia materna? ¿Quieres saber cómo funciona esta técnica y en qué casos está aconsejada?
A través de esta completa guía para mamás, analizamos toda la información que existe sobre el dispositivo que te puede ayudar a mantener la lactancia materna, incluso cuando el bebé necesita una suplementación extra con leche de fórmula. Aunque se usa bastante, todavía sigue siendo una técnica bastante desconocida.
Este prácticos sistema es muy útil para realizar la lactancia mixta en bebés. También cuando un bebé prematuro o recién nacido no logra succionar correctamente, o si la mamá no produce bastante leche.
¡Las opciones son infinitas! Y si hay una alternativa para que puedas alimentar a tu peque con lactancia materna cuando parece que esta se complica, nunca está de más conocerla y saber cómo te puede beneficiar. Así que toma nota.
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¿Qué es un relactador?
Empecemos por el principio. Un relactador es un dispositivo muy útil para las mamás que quieren dar el pecho a su bebé. Sirve para que el bebé pueda recibir leche extra mientras succiona la teta, aportando una cantidad extra si la producción de leche materna no es suficiente para las necesidades del peque.
Si bien se podría combinar el pecho de la mamá con darle un biberón para completar la toma, el relactador permite un contacto más íntimo entre ambos, y al mismo tiempo estimula el pecho para que poco a poco produzca más leche.
Este dispositivo conecta el depósito donde está la leche extra a través de una sonda o tubo muy finito. El tubo se introduce en la boca el bebé junto con el pezón de la madre, para que succione ambos al mismo tiempo. El extremo del tubo debe coincidir con la punta del pezón.
En el depósito se puede poner leche de fórmula adecuada para la edad del bebé. Otra alternativa sería extraer leche materna, para después dársela al bebé en el momento de la toma.
¿Cuándo usar los relactadores para alimentar al bebé?
El relactador se conoce también como sistema de nutrición suplementaria para el lactante. Permite que el pecho de la madre se estimule con la succión, para que sigan produciendo leche y la cantidad de esta aumente con el tiempo.
Gracias al dispositivo que se mantiene pegado en el pecho de la mamá, es posible complementar la alimentación del bebé, aportándole los nutrientes y la energía que precisa en cada momento. Otro beneficio es el de fomentar el vínculo madre e hijo de forma más natural, sin tener que recurrir a biberones.
Es un sistema que lleva usándose muchos años, y que resulta muy práctico en situaciones concretas como las siguientes:
- Bebés prematuros que aún no tienen suficiente fuerza de succión.
- Mamás que no producen la suficiente cantidad de leche para cubrir las necesidades del bebé, o pecho hipoplásico.
- Bebés que están tomando el pecho pero no logran una adecuada ganancia de peso.
- Favorecer que los bebé sigan tomando el pecho cuando parece que les cuesta o que son reacios a ello.
- Cuando se desea volver a dar el pecho después de haber dejado la lactancia materna durante un tiempo, conocido como ‘relactación’.
- Para inducir la lactancia materna en bebés adoptados o en una pareja de madres.
En todos los casos es una muy buena alternativa cuando se desea promover la lactancia materna y se encuentran ciertas dificultades que no se puedan solventar de otra manera.
Tipos de relactadores
Debido a la importancia que se le está dando en las últimas décadas a la lactancia materna, cada vez son más las mamás que se deciden a relactar en el caso de tener algún problema con la alimentación del bebé.
Este método se ha usado desde hace mucho tiempo. Y si bien antiguamente se usaba un mecanismo mucho más rudimentario, hoy en día existen relactadores de diferentes marcas de puericultura que están muy bien.
Según el sistema usado, se diferencian dos tipos de relactadores. Vamos a ver en qué consiste cada uno de ellos:
Relactador comercial
El típico relactador comercial es un aparato de funcionamiento sencillo y práctico, que ayuda a la mamá a alimentar a su bebé. Consiste en un recipiente que se cuelga del cuello para que quede justo sobre el pecho, y dos sondas que se pegan con esparadrapo a los pezones para fijarlas en su sitio.
Hay marcas de venta en farmacia como Medela o Haakaa que están muy bien. Pero si estás buscando buenos precios en artículos de primeras marcas, no dejes de echar un vistazo en la plataforma de venta online de Amazon.
Relactador casero
Para un uso ocasional, también puedes hacer tu propio relactador casero. Esta misma técnica es la que se utiliza en hospitales para alimentar a los bebés prematuros, empleando una sonda nasogástrica de calibre muy fino y un biberón normal con tetina.
Si no sabes cómo utilizarlo, siempre podrás consultarlo con tu matrona o asesora de lactancia. No dudes en pedir información sobre este método de alimentación para tu bebé, complementando su alimentación sin dejar de usar la lactancia materna.
Modo de uso del relactador de leche paso a paso
Esta técnica es tan sencilla como darle el pecho a un bebé. Sin embargo, hay que tener en cuenta que al igual que la lactancia materna, requiere de un poquito de paciencia y mucha práctica.
De la misma forma que tenemos que asegurar una buena desinfección de los biberones que usamos con el bebé, todos los objetos empleados en la relactanción deben estar correctamente esterilizados.
En todos los casos, para poder manejar la técnica con soltura, es recomendable que acudas a un profesional especializado que te la muestre. Pero si quieres saber más o menos en qué consiste, estos son los pasos que se dan:
- Prepara la leche materna o leche de fórmula con la que suplementarás la toma de tu bebé.
- Ten a mano los accesorios, tanto el relactador como las sondas.
- Lávate las manos con agua y jabón antes de manipularlos.
- Rellena el depósito con la leche ya preparada. Esta deberá estar a una temperatura de unos 37ºC.
- Coloca el recipiente en tu cuello y fija las sondas junto a los pezones en el lugar adecuado.
- Siéntate cómodamente con tu bebé en brazos para darle el pecho.
- Coloca a tu bebé en la posición correcta y acércalo al pecho.
- Asegúrate de que la sonda está bien colocada en la boca del bebé en uno de los laterales, junto a la comisura, y que la leche empieza a fluir cuando está mamando. La sonda no debe entrar mucho en la boca para evitar lesiones.
- Revisa en todo momento que el agarre y la succión sean correctos.
- Dale ambos pechos al bebé para estimular la producción al mismo tiempo.
- Una vez que haya terminado la toma, retiras las piezas del relactador, lávalas y desinféctalas correctamente.
- Sécalas y guárdalas hasta su próximo uso.
No te pierdas tampoco el artículo de cómo reiniciar la lactancia materna tras una interrupción, ¡toma nota!
Beneficios de la relactación materna
Como puedes ver, es un procedimiento muy sencillo, y que tiene otros muchos beneficios entre los que destacan:
- Favorece el vínculo entre la madre y el bebé al darle el pecho.
- Asegura una toma completa, con el alimento que el bebé necesita para su desarrollo.
- Previene el rechazo del pezón que se produce cuando el bebé prueba la tetina del biberón.
- Evita que el bebé se frustre al succionar si no sale suficiente leche del pecho.
- Aumenta la producción de leche materna.
- Supone un ahorro de tiempo al hacer la suplementación y la lactancia materna al mismo tiempo.
- Evita que se desperdicie alimento, como puede ocurrir con otros métodos de suplementación usando una cucharilla o vasito para alimentar al bebé.
¿Y tú, qué otras ventajas destacarías del uso del relactador para la alimentación del bebé? ¿Conocías ya esta técnica para favorecer la lactancia materna con una suplementación extra?