Los bebés no pueden comer sal durante su primer año de vida, ya que sus riñones no están lo suficientemente desarrollados. La presencia de sal en esta etapa podría aumentar el riesgo de presión arterial alta y otros problemas de salud futuros. La leche materna y la alimentación complementaria ya aportan el sodio que el bebé necesita.
Sin embargo, todavía a día de hoy nos preguntamos si podemos darle sal a los niños, o si es bueno incluirla en sus comidas. Cuando preparas una papilla o potito de bebé, estas suelen estar insípidas, y pensamos que puede no gustarle al peque. Pero nada más lejos de la realidad.
A través de esta completa guía para padres te contamos por qué no pueden comer sal los bebés, qué peligros tiene la sal para ellos, y qué pasa si le doy sal en alguna ocasión puntual.
Descubre por qué los niños no necesitan sal en sus comidas, y cómo educarles el paladar desde que son pequeños para que aprecien los verdaderos sabores de los alimentos. ¡Los adultos podemos aprender igualmente!
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¿Puedo dar sal a un bebé?
No, no se recomienda dar sal a un bebé. Al menos durante el primer año de vida, permitir a los niños comer sal es contraproducente, y durante la infancia temprana es preferible evitarla en la medida de lo posible.
Hasta los 5 o 6 meses de edad, el principal alimento del bebé es la leche materna o leche de fórmula. Esta contiene exactamente la cantidad de nutrientes que el bebé necesita para crecer sano y fuerte.
A partir de los 6 meses la alimentación se diversifica. El peque puede comenzar a tomar sus primeras papillas de cereales, de frutas, y más tarde de carne, pescado, verduras y legumbres, que no necesitan sal añadida, porque ya contienen sodio.
Cuando el bebé cumple 1 año se puede añadir una pequeña cantidad de sal a la comida, siempre con moderación. Pero si a tu bebé le gusta el sabor, ¿por qué cambiarlo? Cuanta menos sal coma, mucho mejor pasa su salud. ¡Los alimentos tienen un sabor igualmente delicioso!
Por qué lo bebés no pueden comer sal
Antes de dar sal a un bebé, es imprescindible saber los motivos por los que los pediatras, según las recomendaciones de la OMS, insisten en no incluirla en la alimentación de los niños. La sal en bebés podría ser perjudicial por múltiples motivos, que son diferentes para los adultos.
¿Por qué no puede comer sal un bebé? Porque no debe y no la necesita debido a estas causas:
Riñones inmaduros en bebés
En el primer año de vida, los riñones en bebé todavía están terminando de desarrollarse. Al ser inmaduros, no pueden eliminar el exceso de sodio como lo hacemos los adultos.
El incluir más sodio del adecuado en la dieta de los niños, hace que los riñones se sobrecarguen. Con el tiempo se dan problemas de salud a nivel renal, y también en otros órganos que participan en la eliminación del exceso de minerales.
Riesgo de presión arterial alta en bebés
El sodio que no es eliminado por los riñones se acumula a nivel de la sangre. Como bien sabes, la sal está relacionada con la hipertensión arterial, que afecta a los niños como a los adultos.
Si desde pequeño, un niño o una niña tiene presión arterial elevada, el peligro de que la tenga para el resto de su vida es mayor. Esto se traduce como enfermedades cardiovasculares en la adultez que condicionarán su salud general.
Necesidades de sodio en bebés
Los requerimientos de sodio en niños son mucho menores que para los adultos. La leche materna ya tiene la cantidad justa que el bebé necesita para cubrirlos, así como las fórmulas infantiles que contienen minerales y vitaminas.
El sodio es un mineral que se encuentra de forma natural en los alimentos. Cuando los niños empiezan a probar otras comidas, no es necesario añadir sal extra, porque los propios alimentos ya la aportan.
Desarrollo del sentido del gusto
Comer sal en las comidas es una forma de añadir sabor a los platos. La sal es un potenciador del sabor que si se usa de manera temprana, influye negativamente en el desarrollo del sentido del gusto en los bebés.
Un niño tiene que aprender a saborear los verdaderos sabores de los alimentos. Ellos todavía no saben lo que es un plato salado o soso, y hay que dejarles que tengan sus preferencias. Ya tendrán tiempo cuando sean mayores de añadir un poquito más de sal si lo desean. ¡Aunque no hay que abusar de ello a ninguna edad!
¿A partir de qué edad se puede introducir sal en la alimentación?
A partir del año de edad ya se puede empezar a dar a un bebé. ¿Esto quiere decir que tengas que añadirla inmediatamente? ¡Por supuesto que no!
Los pediatras y educadores recomiendan que tardes el máximo tiempo posible en permitir a los niños comer sal, al menos hasta los 2 o 3 años. Déjalos que disfruten de los sabores naturales de los alimentos, y aprovecha tú también para poner menos sal a tus comidas.
¿Qué pasa si le doy sal a mi bebé cuando ya tiene un año? No pasa nada. Posiblemente los alimentos le sepan raros al principio, con un sabor muy fuerte. Todavía tienen que acostumbrar el paladar.
Pero si se acostumbra a tomar alimentos salados desde edades tempranas, cada vez querrá más y más sal, recurriendo a sabores fuertes y comidas menos saludables. ¡Pasa lo mismo que con el azúcar!
Consejos sobre el consumo de sal en bebés
Comer sal en la infancia no tiene por qué ser peligroso si se consume de manera moderada. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para que hagas un uso responsable de la sal en la alimentación de bebés y niños pequeños.
Bebés menores de 1 año
- Evita añadir sal a sus comidas, sus riñones aún no pueden procesarla.
- No utilices cubitos de caldo, sopas instantáneas y alimentos procesados que contienen sal oculta.
- Cocina platos lo más naturales posibles. Utiliza verduras, cereales, frutas, carne y pescado fresco y natural.
- Fíjate en las etiquetas y revisa el contenido en sal. Algunos alimentos tienen un alto contenido de sodio sin que lo sepas.
Niños a partir de 1 año
- Introduce la sal con mucha moderación si lo deseas; con una pizca es suficiente.
- En lugar de sal, recurre a hierbas y especias suaves para dar sabor a los platos.
- Prueba con otros sabores para cocinar tus comidas más sabrosas, como limón, ajo o cebolla, que están deliciosos.
- Evita el consumo de procesados en la medida de lo posible.
- Sé un buen ejemplo para tus peques y limita tú también el consumo de sal.
Tener cuidado desde pequeños en el simple acto de comer sal en las comidas es esencial para prevenir enfermedades futuras como la hipertensión. Procura que tus hijos se alimenten desde el principio de la manera más saludable, creando buenos hábitos para toda su vida.
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Durante el primer año de vida, los bebés no pueden comer sal en ninguna cantidad. No la necesitan y no es buena para su salud. Asegurando una alimentación sana y equilibrada, tendrán cubiertos los requerimientos nutricionales que precisan para crecer y desarrollarse.