La lengua es el órgano más importante en la alimentación del bebé, es la encargada de realizar la función de la succión cuando el bebé se alimenta a través del biberón o mediante la lactancia materna en sus primeros meses de vida, y por lo tanto debe estar completamente adaptada para ello, de forma que el pequeño pueda alimentarse bien y crecer sano y fuerte. Sin embargo, hay muchos niños que nacen con un problema: el frenillo lingual corto, que le puede condicionar en la forma de comer nada más nacer.
A pesar de que la lengua de los niños recién nacidos suele ser más pequeña y gordita de los adultos, si el frenillo corto no va variando a medida que el niño crece, puede suponer una gran incomodidad para el pequeño a la hora de comer.
Los frenillos de la boca se pueden ir alargando de forma natural, y por esta razón son muchos los pediatras que no están de acuerdo con la intervención quirúrgica como tratamiento. Pero hay casos en los que el frenillo sublingual no lleva a desarrollarse correctamente, y hay que ponerle un remedio eficaz para que no sea un problema para el niño.
Hoy vamos a ver cómo detectar si nuestro bebé tiene frenillo corto, o anquiloglosia, cómo se puede solucionar este problema, y en qué casos es recomendable recurrir a cortar frenillo para que el niño pueda alimentarse correctamente a medida que va creciendo.
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Frenillo lingual corto en niños
¿Qué es el frenillo lingual?
El frenillo lingual es un frenillo en la lengua, situado en la parte inferior de ésta, que une la parte delantera con el suelo de la boca, manteniéndola en una posición correcta para prevenir ahogos o cualquier otro problema.
Este frenillo suele ser mucho más corto cuando el niño nace, y se va alargando de manera natural mientras va creciendo, a medida que el niño entrena los músculos de la lengua con la succión que hace al comer. Sin embargo, hay casos de frenillo lingual corto en niños que no se supera cuando el niño crece, quedando corto de por vida, y limitando al pequeño en su forma de comer y en su completo desarrollo.
Problemas del frenillo lingual corto
El frenillo lingual corto en niños puede causar ciertos problemas en el niño y la madre a la hora de recurrir a la lactancia materna como fuente de alimentación infantil.
En la madre puede producirse dolor al aparecer grietas, ya que el movimiento de succión que hace un bebé con el frenillo sublingual corto es incorrecto, produciendo una mayor fricción. Esta grietas pueden infectarse con bacterias del ambiente, y al mismo tiempo producirse un mal drenaje de los conductos del pecho, entre otros muchos problemas que causan un dolor anormal a la hora de dar el pecho.
En las madres también se puede cortar de forma natural la producción de leche, al no estar haciendo una correcta succión, impidiendo que pueda darle el pecho al bebé. En otros casos, hay glándulas mamarias que detectan un problema por sí mismas, e intentan compensarlo produciendo una mayor cantidad de leche, con una subida de leche entre tomas cuando no deben producirse.
En el caso del bebé, la succión puede ser poco efectiva, sin que el bebé llegue a tomar la cantidad de alimento que necesita para sentirse saciado. Hay niños que no consiguen aumentar de peso, niños que rechazan el pecho al no conseguir el alimento que necesitan, y otros que se sienten muy molestos a la hora de comer porque no obtienen la leche que desean.
Estos y otros muchos problemas de frenillo en bebés pueden ocasionar que la madre acabe por abandonar la lactancia materna como principal fuente de alimentación del bebé, una alimentación mucho más sana y adecuada para ellos.
¿Cómo detectar el frenillo lingual en niños?
Hay muchos medios sobre cómo saber si mi bebé tiene frenillo lingual corto, tan solo tenemos que mirar en el interior de su boca. Observando el frenillo bucal bajo la lengua, podremos detectar si tiene alguna de estas alteraciones:
- El frenillo está demasiado cerca de la punta de la lengua.
- Le cuesta mucho trabajo sacar la lengua.
- No puede tocar el cielo de la boca con la punta de la lengua.
- No come correctamente, tardando mucho en cada toma, haciendo movimientos raros con la boca, y sofocándose durante la comida porque no logra un ritmo normal en la alimentación de un bebé.
Si detectamos cualquier de estas dificultades o anomalías en la boca del bebé, quizás sea el momento de actuar con la posibilidad de quitar frenillo. En estos casos, es mejor consultarlo directamente con el pediatra, para que sea él quién valore la cirugía u otros métodos para ponerle solución a este contratiempo.
No te pierdas tampoco este artículo de Mi Hijo No Habla donde te indican cómo saber si tu niño tiene frenillo lingual corto. ¡Muy útil!
Tipos de anquiloglosia
- Frenillo anterior tipo 1. El frenillo sublingual es tan corto que se une directamente a la punta de la legua. Cuando el bebé llora, parece que tiene lengua bífida, porque el frenillo tira de la punta hacia el interior. Es uno de los frenillos cortos más incómodos para el bebé.
- Frenillo anterior tipo 2. El frenillo queda unos milímetro más atrás que el del tipo 1, la lengua no se ve bífida, pero cuando llora también tira un poco de ella hacia atrás.
- Frenillo posterior tipo 3. Además de presentar un frenillo visiblemente más corto de lo normal, la lengua del bebé también está anclada al suelo de la boca con una masa submucosa. No se puede apreciar a simple vista, pero se puede notar cuando pasamos el dedo bajo la lengua del bebé, y vemos que no hay el espacio que debería haber bajo ésta. El mayor problema es que el bebé no puede tocar el cielo de la boca con la lengua, limitando demasiado los movimientos de succión.
- Frenillo posterior tipo 4. No existe frenillo como tal, porque queda cubierto por un tejido mucoso que restringe la movilidad normal de la lengua. Los movimientos de la lengua en este caso son los más limitados, y haría falta una revisión pediátrica cuanto antes para ponerle solución al problema.
Tratamiento para el frenillo lingual corto
La cirugía en el frenillo corto se llama frenotomía, que se produce una incisión sin llegar al periostio, y se suele hacer cuando el bebé tiene sobre 12 meses. También se puede realizar la frenectomía, que se realiza cuando hay que eliminar todo el frenillo. La frenotomía dura tan solo unos 20 minutos, y los niños no suelen darse cuenta de lo que está pasando hasta que el cirujano ya ha terminado.
Se hace con anestesia local, es muy rápida, y se utiliza solo unas tijeras estériles, sin que haya que dar puntos ni curar ninguna herida. El niño no siente dolor, y se puede ir a casa nada más terminar.
Una vez en casa, después de la operación del frenillo lingual, tendrá que esperar a que se pase el efecto de la anestesia para poder comer o beber algo, empezando con alimentos que no estén demasiado fríos ni demasiado calientes, y enjuagando bien la boca con una gasa húmeda para evitar que se infecte la herida. Después de una semana, no quedará ni rastro de la herida ni del problema, y el niño podrá comer de una forma mucho más cómoda porque ya no tiene frenillo lingual corto.