La costumbre de comerse las uñas es un acto que está arraigado en muchos jóvenes y adultos. No obstante, aquella persona que se muerde las uñas suele empezar en la infancia, manteniéndolo a lo largo de los años cuando ya es demasiado tarde y mucho más difícil de corregir.
Morderse las uñas no solo es una actitud que está mal vista. Esta conlleva múltiples riesgos para la salud, además de desgastar las piezas dentales y causar infecciones a nivel bucodental y en las manos. Algo extremadamente peligroso en los niños.
Por ello es importante tratarlo a tiempo, evitando que los niños vayan a más en el acto de comerse las uñas. Vamos a ver cuál es la principal causa cuando un niño o niña se muerde las uñas, cómo evitarlo y de qué manera corregirlo.
Descubre con esta completa guía para padres qué es la onicofagia, las causas en niños y adolescentes, sus consecuencias, y qué podemos hacer para que los peques dejen de comerse las uñas y no lo mantengan en la etapa adulta.
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¿Qué es la onicofagia?
La onicofagia infantil es el hábito de morderse las uñas que tienen los niños y menores de edad. Si bien esta costumbre es típica de aproximadamente el 30% de la población infantil y adulta, son los niños los que la adquieren en la infancia.
Esta suele aparecer en los pequeños entre los 3 y 6 años de edad. Suele desaparecer con el tiempo, aunque en situaciones de muchos estrés o ansiedad, los niños mayores e incluso en la etapa adulta, el hábito se retoma.
¿Cuál es el verdadera motivo por el que un niño se muerde las uñas? No se sabe exactamente. Se cree que puede estar relacionado el estrés o algún tipo de trastorno obsesivo compulsivo, aunque cada paciente es totalmente diferente.
Lo que sí se ha podido ver en muchos estudios es que podría tener una cierta predisposición genética o de comportamiento aprendido. Es decir, los niños que se muerden las uñas suelen verlo anteriormente en personas cercanas como padres y hermanos mayores.
¿Por qué se muerde las uñas mi hijo?
Entonces, ¿por qué un niño suele morderse las uñas? Las causas son variadas, y entre las principales podemos destacar las siguientes:
- Estrés y ansiedad infantil. Los pequeños que experimentan ciertos niveles de estrés tienen el hábito de llevarse la mano a la boca. A final, acaban por aliviar parte de la ansiedad mordiéndose las uñas como un acto repetitivo que causa cierto confort.
- Miedo y frustración. Igualmente pueden encontrar cierto confort en este tipo de actos cuando el pequeño tiene miedo, o si está en una situación complicada. Una mudanza, la separación de los padres, la llegada de un hermano, pérdida de algún familiar, son solo algunos ejemplos de situaciones estresantes para los niños.
- Aburrimiento o cansancio. Si un niño está aburrido o cansado, y no sabe cómo canalizar su energía, puede presentar algún tipo de movimiento obsesivo-compulsivo, como puede ser morderse las uñas, o hacer movimientos con el cuerpo.
- Copiar a otros. Como ya hemos adelantado, podría ser un comportamiento adquirido de alguien cercano, cuando los peques ven que un adulto o modelo mayor se muerde las uñas. Al verlo como algo normal, hay mayor probabilidad de que repita y lo mantenga.
Es muy importante saber detectar este comportamiento a tiempo para actuar en consecuencia. Además de darse cuenta de que el niño se muerde las uñas, conocer la posible causa es de gran ayuda para abordar el problema de forma efectiva.
Consecuencias negativas de morderse las uñas
Cuando un peque se muerde las uñas no solo supone un problema estético para sus manos. Este acto que parece tan inocente podría acarrear múltiples problemas a nivel físico y emocional que hay que cortar de raíz cuanto antes.
Desgaste de los dientes
Uno de los mayores problemas es el desgaste dental que supone. Las uñas están compuestas por un tejido de elevada dureza, que con el paso del tiempo provoca una erosión progresiva del esmalte de los dientes. Podrían aparecer fracturas, roturas, grietas y erosiones sobre todo en los incisivos delanteros.
Maloclusión
Como consecuencia de este hábito, durante la infancia que es cuando se produce la salida y el recambio de los dientes de leche para dar paso a la dentición definitiva, el riesgo de sufrir maloclusión es mayor. Afecta de manera directa a la posición de los dientes, provocando un fallo de la mordida que precise de tratamiento de ortodonciao o incluso cirugía en el futuro.
Deformidades
A nivel de las uñas se produce malformaciones importantes, haciendo que las uñas se vuelvan débiles y crezcan de forma irregular. Los dedos se ven igualmente afectados, adquiriendo una posición y forma irregular que se mantienen permanentemente.
Infecciones
Y no hay que olvidar el peligro de sufrir infecciones en las manos por las pequeñas heridas que se dan en las cutículas y la punta de los dedos. Los niños tienen tendencia a ensuciarse mucho las manos, aumentando el riesgo de que los padrastros y heridas se infecten al entrar en contacto con las bacterias del ambiente.
Las manos sucias son una gran fuente de infección a nivel del organismo, ya que los peques se las meten en la boca y pueden adquirir todo tipo de enfermedades. No solo está más expuestos a bacterias y virus, si no que también pueden sufrir de infecciones parasitarias frecuentes como por ejemplo las lombrices intestinales, cuyos huevos se encuentran en la tierra.
Tratamientos para que los niños dejen de morderse las uñas
Lograr que los peques abandonen el hábito de morderse las uñas es una tarea harto complicada ya que lo hacen de manera inconsciente. Cuando un niño o una niña se lleva la mano a la boca no se da cuenta realmente, y por ello necesitan ayuda de los demás para corregirlo.
Hay muchas técnicas que se han usado desde hace décadas para combatir la onicofagia. Si bien estas funcionan en adultos, en niños son más efectivas, y cuanto antes empieces a utilizarlas, mejores resultados obtendrás.
Vamos a ver cuáles son las recomendaciones de los expertos para dejar de morderse los dedos, los pellejos y las uñas:
Refuerzo positivo
Intenta hacer partícipe al niño o la niña durante todo el proceso. Explícale por qué es importante que deje de morderse las uñas, los riesgos, y haz una lluvia de ideas en familia con las mejores técnicas que podéis probar para dejarlo.
En lugar de recurrir a castigos o regañarle si se muerde las uñas, haz todo lo contrario, utiliza el refuerzo positivo. Premia su esfuerzo, haz un seguimiento de sus logros, y celébralos juntos hasta que por fin desaparezca del todo.
Terapia
Muchas veces es necesario que los peques acudan a terapia para manejar el nivel elevado de estrés por el que están pasando. Esto se sale de las propias capacidades que tenemos los padres y madres, y por ello es más recomendable buscar ayuda profesional.
Los expertos en psicología infantil son capaces de detectar cuál es la raíz del problema, además de dar a los peques mejores herramientas para gestionar la ansiedad en lugar de recurrir a la onicofagia.
Actividades entretenidas
Cuando un niño se muerde las uñas por aburrimiento o exceso de energía contenida, la mejor forma de evitarlo es mantenerlo entretenido. ¿Y qué mejor forma de evitar que un niño se lleve las manos a la boca? Efectivamente: manteniendo sus manos ocupadas.
El ejercicio físico, los juegos de pelota, las manualidades, los juegos de construcción, o cualquier otro entretenimiento que requiera el uso de las manos, evitará que se muerda las uñas. Evita los ratos muertos en los que los peques están sin hacer nada y se aburren tanto que al final recurren a su movimiento repetitivo que le reconforta.
Uso de esmaltes amargos
Hace algunas décadas, nuestras abuelas nos ponían guantes para que así no sucumbiéramos a llevarnos las manos a la boca sin darnos cuenta. Hoy en día hay algunos métodos más modernos y efectivos, como son los esmaltes con sabor amargo, que nos avisan de que estamos mordiéndonos las uñas.
Es muy importante que este esmalte sirva como recordatorio para que el peque ejerza control sobre esta hábito. Si al final el niño no quiere dejar de morderse las uñas, se acostumbrará al sabor y simplemente lo seguirá haciendo.
Cada familia encuentra la técnica que mejor se adapta a la edad, la capacidad y los requerimientos de un peque que se muerde las uñas. Con algo de esfuerzo y mucha paciencia, incluso contando con más de una recaída, finalmente lo lograréis.
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Ahora que ya sabes qué es la onicofagia, y cómo puedes actuar cuando un niño se muerde la uñas para corregirlo y evitarlo, no dudes en ponerte manos a la obra. Evita síntomas graves que podrían afectar a la salud de tus peques.
Buena información, otro vicio adquirido que tanto cuestan quitar.
Besos!
Anabel Moreno