Los lunares son pequeñas manchas en la piel con diversas coloraciones, que suelen aparecer de manera natural siendo totalmente benignos. Algunos incluso nos acompañan desde el nacimiento, y sin embargo, los lunares en niños son marcas que nos llaman mucho la atención, ya que a veces encienden las alarmas.
¿Es normal que los niños tengan lunares? Lo cierto es que sí. Todos podemos tener lunares; incluso desde la más temprana infancia. No obstante, a medida que crecemos, estas manchas en la piel van apareciendo y se vuelven más frecuentes, creando un bonito dibujo en el cuerpo y el rostro.
Entonces, ¿no debemos preocuparnos si nuestro bebé o niño pequeño tiene un lunar? Lo cierto es que todos tenemos que cuidarnos los lunares, ya que en algunos casos (muy poquitos) sí que podrían ser malignos.
A través de esta guía para padres, vamos a ver cómo deben ser los lunares en niños, cuál es su forma, color y textura adecuada, y en qué momento habría que acudir al médico. Descubre todo lo que tienes que saber sobre los nevus melanocíticos en niños.
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¿Qué son los lunares?
Los lunares de la piel reciben el nombre de nevus melanocítico, que es como se conoce en medicina, y más concretamente, en dermatología. Se consideran lesiones cutáneas que suelen tener colores variados, entre marrón oscuro, tostado, rosado, azul, gris, o también de un color similar al de la piel.
El color de los nevus se debe a la acumulación de melanocitos en esta zona, que son las células encargadas de producir la melanina. Como bien sabrás, la melanina es la sustancia que da la tonalidad de la piel, favoreciendo el bronceado para protegernos del sol y que no nos quememos.
Algunos lunares en niños ya están desde el nacimiento, pero lo habitual es que aparezcan en la infancia y la adolescencia. De manera general, cada persona suele llegar a la edad adulta con un mínimo de entre 10 y 20 lunares repartidos en la cara y el cuerpo.
¿Y por qué se dice que son lesiones cutáneas? Pues no se sabe exactamente por qué aparecen, pero la acumulación de melanocitos en la zona del lunar se debe a una respuesta cutánea ante un posible daño externo. Este daño puede ser real o una respuesta auto-inmune.
¿Por qué salen los lunares en los niños?
Aunque los lunares en niños y adultos nos han acompañado desde toda la historia de la humanidad, todavía no tenemos claro por qué salen. Se ha visto que hay algunas personas que tienen mayor predisposición genética que otras.
La genética no solo juega un papel en la aparición de lunares y el número de estos. Igualmente vemos en padres e hijos una similitud en la forma, el color, la localización y el tipo de nevus.
Esto influye mucho en los lunares de la infancia, ya que si los papás y familiares directos tienen muchos lunares, los niños y niñas tenderán a desarrollarlos. Hay algunos tipos muy peculiares, como los lunares en la cabeza o el rostro, o en zonas más escondida como los dedos o los pliegues de las orejas, que se heredan en la familia.
A esto hay que añadir, por supuesto, la mayor propensión a tener lunares cuando hay exposición al sol. En la edad adulta sobre todo hay nevus que aparecen como respuesta a los daños que provocan los rayos UV del sol. Estos precisamente tienen el riesgo de ser lunares malignos.
Revisión de los lunares en niños
Los lunares cancerígenos o melanomas son prácticamente inexistentes en la infancia. Es muy poco probable que los niños desarrollen nevus malignos, a no ser que se den unas condiciones muy concretas.
Sin embargo, nunca debemos dejar de revisar los lunares, ni si quiera los de los niños. En la adolescencia podrían aparecer ocasionalmente algunas lesiones en la piel que conlleven la formación de pequeños tumores, convirtiéndose en melanomas más adelante.
¿Cómo se hace la revisión de los lunares en la piel de los niños? Los papás debemos saber en todo momento qué marcas tienen nuestros peques, dónde está localizadas y cómo es su aspecto.
En el momento en que estas crezcan de tamaño, si tienen una forma extraña, cambia el color, o incluso si vemos que aparecen heridas o que la piel de la zona empieza a doler y picar, hay que acudir rápidamente al médico.
Cambios en el aspecto de los lunares
A mi hijo le están saliendo lunares, ¿tengo que ir a que el médico le revise inmediatamente? ¡No, en absoluto! Como ya hemos dicho, los lunares en niños son normales y en el 99% de los casos son benignos.
Posiblemente a tu peque le vayan a salir muchas marcas en el cuerpo, y no hay que ir al médico para controlar cada una de ellas. Lo que sí debes hacer es fijarte en cómo se desarrollan y en los posibles cambios que puedan experimentar, ya que hay detalles muy claros que nos indican que ese lunar podría no ser tan inofensivo como parece:
Forma
Empezamos por la forma, ya que un lugar por lo general será redondo u ovalado. Los bordes tienen que ser redondeados, sin picos ni formas extrañas. Si de pronto notas que tiene una gran asimetría o bordes irregulares, es motivo de sospecha.
Igualmente hay que controlar cualquier nevus abultado o lunares con relieve que crecen mucho y muy rápido. Los lunares abultados ya existentes pueden convertirse en un melanoma, o aparecer de un día para otro en una zona de la piel donde no había ninguna lesión previa.
Color y textura
El color habitual de un lunar normal es marrón más oscuro o claro, negro, rojo, azulado o rosado. Pueden ser totalmente lisos, un poquito arrugado o tener relieve, pero siempre con aspecto saludable. Algunos incluso puede tener pelitos o algo de vello.
¿Cuándo hay que actuar? Si ves que el color no es uniforme y tiene zonas más oscuras que otras, mezclando diferentes colores y zonas irregulares con bordes borrosos, suelen ser lunares preocupantes.
Tamaño
Por último cabe destacar el tamaño, siendo lo normal un máximo de 6 mm de diámetro. Algunos nevus congénitos que están desde el nacimiento pueden ser más grandes, cubriendo parte de la cara, el torso, o estar localizado en las extremidades.
Ya sean lunares en la cara o el cuerpo, sospecharemos si el tamaño es superior a milímetros, creciendo y evolucionando rápidamente, en cuestión de semanas. Los melanomas igualmente pueden ser muy pequeños, así que hay que fijarse en las característica anteriormente descritas para descartar un lunar maligno.
Complicaciones de los lunares en niños
Concretamente en el caso de los niños y jóvenes, es más frecuente que un lunar ya existe evolucione hasta un melanoma en comparación a la aparición de nuevos daños en la piel. Es decir, los nevus congénitos o que han aparecido en la primera infancia, evolucionarían hasta convertirse en un lunar cancerígeno.
Cuanto más grande se el lunar en cuestión, mayor riesgo habrá. Por ello, cualquier bebé con lunares de tamaño considerable tendrá que hacerse chequeos regulares en casa y en el médico.
Entonces, ¿qué cambios en los lunares son los que nos harían sospechar de un nevus peligroso? Recuerda la regla del ABCDE:
- Asimetría
- Bordes irregulares
- Colores mezclados
- Diámetro superior a 6 mm
- Evolución
Si notas que tu peque tiene un lunar con estas características, no te asustes, ya que seguramente no sea maligno. No obstante, es recomendable ir al dermatólogo para que lo revise. Lo mismo tienes que hacer con otros miembros de la familia como adolescentes, adultos y ancianos, ya que los melanomas no entienden de edad.
Protección de los lunares en niños
Los lunares normales en niños hay cuidarlos con sumo cuidado para que siempre se mantengan saludables. De la misma forma que cuidamos la piel del cuerpo y rostro del bebé, los pequeños y grandes lunares deberán ser protegidos.
Es muy importante que los niños siempre usen protección solar, evitando las horas del día y del año de mayor radiación, usando ropa con fotoprotector, y también crema solar. En todo momento hay que evitar las quemaduras solares en la piel, ya que es un factor de riesgo elevado.
Mantén un control de todos los lunares en niños, y sigue las recomendaciones del pediatra o dermatólogo si te indica que lo lleves a revisión. Cuando notes un cambio importante, adelanta la cita si fuera necesario, ya que es mejor prevenir que curar.
Los lunares que crecen mucho, que tienen formas raras, colores extraños, o que cursan con picor, dolor y sangrado, son los más peligrosos. Pero una piel con lunares que esté saludable se verá totalmente bonita a cualquier edad, ya que es un pequeño mapa que nos hace únicos.
Otros consejos para el cuidado de la piel de los niños
¿Sabías que la piel de los niños es totalmente diferente a la de los adultos? Los más peques de la casa necesitan sus propios cuidados, y presentan problemas cutáneos que no se parecen en absoluto a los nuestros.
Descubre más tips para cuidar correctamente la piel de los peques a través de El Blog de tu Bebé, como los que tienes en estas publicaciones y muchas más:
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Ahora que ya sabes cómo deben ser los lunares en niños, de qué manera controlarlos, y cuándo acudir al dermatólogo infantil, no los dejes pasar y presta atención. Cuando antes se detecte y trate cualquier problema con los lunares, mejores serán los resultados.
Hay que estar atentos y que los peques no estén expuestos demasiado al sol en horas puntas del día!
Besos!
A. Moreno