¿Cómo debo actuar si mi bebé tiene reflujo siempre después de comer? ¿Y si vomita parte del alimento o se siente mal? ¿Es esto normal? Aunque no lo parezca, el reflujo en bebés no se considera un síntoma habitual, y hay que prestar atención y actuar de manera adecuada para tratarlo.
Al igual que nos pasa a los adultos, la regurgiración de parte del contenido del estómago tras una comida es un signo de que algo no va del todo bien. En el caso del recién nacido, cuando su sistema digestivo no está del todo desarrollado, hay ocasiones en las que puede ocurrir, pero no debe ser frecuente.
El reflujo en bebés se presenta con una serie de características que nos darían la voz de alarma si debemos preocuparnos por ello. A través de esta completa guía para papás, te contamos todo lo que debes saber si tu bebé tiene reflujo gastroesofágico.
Toma nota de los motivos, causas, sintomatología, cómo evitarlo, y cuál es el mejor tratamiento, para ponerle solución. Altamente efectivas para niños y adultos de todas las edades, estas técnicas te vendrán genial.
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¿Qué es el reflujo en bebés?
Se conoce como reflujo al momento en que el contenido del estómago del bebé asciende por el esófago hacia la garganta. Tras terminar de comer, y sin que le haya dado tiempo a hacer la digestión, la leche o la papilla que haya tomado el peque puede volver a la boca y provocar una especie de vómito.
El reflujo se puede dar igualmente en adultos y niños. Sucede cuando el esfínter, la membrana muscular que separa el esófago del estómago, se distensa y permite que los alimentos vuelvan hacia la cavidad oral. El músculo debería estar tenso y bien cerrado para que esto no ocurra, pero no siempre es así.
En los bebés pequeños, el esfínter aún no está del todo maduro, y puede abrirse con frecuencia. Al pasar mucho tiempo tumbado o en una posición semi-horizontal, el normal que el bebé regurgite algo de leche al terminar de alimentarse.
Cuando un bebé tiene reflujo de vez en cuando, se considera normal. Es un signo habitual en menores de 6 meses, sobre todo en lactantes. Pero más allá de esta franja de edad, los niños deben haber mejorado. Si el pequeño tiene reflujo es por algún motivo concreto.
¿Por qué mi bebé tiene reflujo?
Conocida como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), este es un tipo de reflujo más grave y duradero, que se produce más veces y a edades más tardías. Cuando un bebé tiene reflujo más allá de los 12 o 14 meses, puede tratarse de ERGE.
El esfínter esofágico es una válvula que impide que el contenido del estómago mientras está haciendo la digestión, en el que encontramos ácidos muy fuertes para metabolizar algunos nutrientes, pase al esófago y pueda provocar daños en la mucosa.
El estómago sí que está preparado para protegerse contra estos ácidos, pero no la mucosa del esófago ni de otras partes del tubo digestivo. Por ello, el esfínter solo debe abrirse cuando pasa contenido del esófago al estómago, pero no al contrario.
En el caso de que el esfínter no se haya desarrollado completamente, o si hay algún problema de malformación, el peque podría seguir vomitando o devolviendo parte de la comida. Si el bebé padece de ERGE, el músculo del esfínter está débil, y se relaja cuando no debería, siendo un verdadero riesgo y una gran molestia.
¿Es común el reflujo de los bebés?
El reflujo es bastante común en bebés, ya que se estima que casi la mitad de los niños y niñas menores de 6 meses podrían tener varios episodios de regurgitación a lo largo de este periodo.
Es más común en los 3 primeros meses de vida, disminuyendo poco a poco, y desapareciendo por completo a los 12 meses más o menos. Nunca debería ser habitual ni ocurrir a diario.
En cambio, el ERGE es menos común, pero igualmente probable. En recién nacidos y menores de 4 meses, la maduración de los esfínteres gástricos no se ha producido del todo, y necesitará un periodo para completarse.
Se estima que para el primer año de vida de un bebé que tiene problemas de reflujo, habrá desaparecido del todo, y solo un 10% necesitará un tratamiento o intervención especial a partir de esta edad.
Síntomas de reflujo
Para comprender mejor que es el reflujo en los bebés debemos fijarnos en los síntomas que presenta. Entre las principales señales destacamos las siguientes:
- Arqueo de la espalda estirando la cabeza hacia detrás mientras come o justo al terminar de lactar.
- Problemas para tragar, tanto la leche como la propia saliva.
- Tos molesta.
- Eructos húmedos o hipo.
- Problemas para respirar.
- Cólicos y dolor de tripa.
- Vómitos y regurgitación de leche.
- Irritabilidad después de comer.
- Comer poca cantidad o negarse a lactar.
- Poco aumento de peso o pérdida progresiva.
Es normal ver al bebé muy molesto mientras come o después de alimentarse, ya que le duele mucho la tripa y le molesta la garganta. Si además notas que tu bebé tiene reflujo constante a partir de los 6 meses, y si se mantiene tras cumplir 1 año de edad, no lo dudes y actúa.
¿Cuándo acudir al médico?
Nuestra recomendación es que acudas al pediatra ante cualquier síntoma o signo de reflujo. No es necesario que vayas si tu bebé escupe un poco de leche en un momento puntual. En cambio, si se repite más de 2 o 3 veces, y si notas estos síntomas que hemos descrito, lo mejor sería descartar con ayuda de un profesional.
Tras una primera revisión con el médico, podría determinar si es un reflujo puntual o si se trata de ERGE. En este último caso, se derivaría a un gastroenterólogo pediátrico para hacerle unas pruebas que pueden ser más sencillas o complejas.
Una vez que se sepa qué le pasa al bebé, será más fácil adaptar las pautas a seguir para su tratamiento. Desde cambiar su alimentación, hasta recetarle una medicina para el reflujo en bebé que sea efectiva.
¿Cómo evitar el reflujo en bebés?
¿Qué puede hacer si mi bebé vomita la fórmula o si tiene regurgitación después de tomar el pecho? En caso de que no sea nada grave, hay algunos tips que te pueden venir muy bien para evitar estos pequeños accidentes durante y después de las tomas:
- Controla la cantidad de alimento que le das. Evita excederte para que el bebé no quede tan lleno.
- Dale pequeñas cantidades de alimento con más frecuencia, espaciando las tomas para que pueda hacer bien la digestión.
- No te olvides de sacarle los gases al bebé al terminar.
- Al terminar de comer, no lo tumbes directamente. Mantenlo en una posición semi-recostada.
- Procura que el bebé descanse en una superficie firme y plana, sin almohadas ni nada.
- Haz que el bebé duerma bocarriba, ya que es la mejor posición para que no regurgite.
Si tienes dudas, o si no consigues controlarlo cuando tu bebé tiene reflujo, consulta con el médico la posibilidad de cambiar su alimentación o recurrir a un tratamiento con medicamentos.
Cambios en la alimentación
El tratamiento para el reflujo y para el ERGE requiere de una serie de cambios en la alimentación, que siempre deben ser indicados por el pediatra. No sigas las recomendaciones de otras personas, ni lo hagas tú mismo sin hablar previamente con un profesional. Recuerda que cada caso es diferente y precisa de un diagnóstico previo.
En algunos casos, el médico recomendará espesar un poquito la leche materna o la fórmula del bebé con una cucharadita de avena. Gracias a esto, el alimento no tenderá a subir por el esófago, manteniéndose en el estómago.
Si el pediatra lo cree necesario puedes cambiar la fórmula que toma tu bebé por una fórmula más rica en proteínas. Eliminar la lactosa, el gluten y otros nutrientes, también podría ser recomendable.
Pero nunca lo hagas sin consultarlo previamente. Antes de dejar de darle el pecho a tu bebé, o recurrir a un fórmula especial, debes hablar con un especialista en alimentación infantil para saber cuál es el alimento más indicado.
Medicamentos para el reflujo infantil
En los casos más graves, el pediatra puede incluso recomendar el uso de algún medicamento para tratar el reflujo. Una vez más recalcamos el peligro de la automedicación si no se ha hecho bajo prescripción médica.
Los medicamentos más habituales suelen ser los bloqueadores H2 o inhibidores de la bomba de protones, para controlar la producción de ácido estomacal, evitando así los daños en el esófago al producirse la regurgitación. Su uso en pediatría está bastante restringido, pero adaptando la dosis adecuada se ha visto que son efectivos.
Los medicamentos cuando un bebé tiene reflujo serán el último recurso si ningún otro tratamiento o intervención ha funcionado. Y es que el reflujo gastroesofágico en bebés se suele solucionar por sí mismo en cuestión de meses, y basta con aliviar los síntomas de manera momentánea hasta que ello ocurra.
Otras recomendaciones para problemas de reflujo
Los empachos, las malas digestiones, y otros problemas de estómago en bebés y niños pequeños son más frecuentes de lo que los papás nos podemos imaginar. Encuentra más consejos en El Blog de tu Bebé para tratar estos inconvenientes de manera segura:
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Cuando un bebé tiene reflujo, no debemos sentarnos a esperar a que se le pase. Actúa correctamente y prevén los problemas estomacales a su debido tiempo, y tu peque estará siempre sano y cómodo a la hora de alimentarse.
Muy buenos consejos, para estas situaciones lo mejor tener una muselina a mano!
Besos!
A. Moreno