En el mismo momento que nace un bebé, también nace una madre; en muchos casos además, una mamá primeriza. Este proceso de aprender poco a poco a ser madre puede ser bastante complicado para muchas, y es ahí cuando aparece lo que se conoce como el síndrome de la impostora en la maternidad. ¿Lo conocías?
Si estás a punto de ser mamá o acabas de serlo, seguramente te estés planteando si lo estás haciendo bien. Todas nos hacemos nuestras propias expectativas de lo que es ser madre, cuidar y educar a los bebés, y al final no suele ser exactamente como lo pensamos.
Hoy en día además tenemos mucha influencia a través de las redes sociales. Familias que muestran su vida idílica junto a sus bebés recién nacidos, figuras perfectas, cuerpos que se recuperan en cuestión de días, peques que no lloran, casas impecables, y un largo etcétera.
Lo peor es cuando nos intentamos comparar con algo que no es real o que no se ajusta a nuestras propias circunstancias. Los sentimientos de no llegar a todo, de estar haciéndolo mal, o de ansiedad, se relacionan con el síndrome del impostor del que tanto se habla en los últimos años.
¡Haz clic en lo que interese!
¿Qué es el síndrome de la impostora?
El síndrome del impostor o de la impostora es una sensación que tiene una persona de no ser suficientemente capaz de desarrollar una determinada tarea, cumplir con un rol o cumplir con cierta responsabilidad. Aunque en general se dice en masculino, las mujeres son las que más lo sufren en diferentes ámbitos.
Puede afectar a chicas y mujeres de todas las edades. En los estudios, en el trabajo, dentro de un grupo de amigos, en la familia, o como parte de la maternidad. La sociedad ha marcado unas pautas que debemos seguir para ser la persona perfecta ante los ojos de los otros.
Si no llegamos al nivel deseado, viene la autocrítica y se pierde la confianza en una misma. Nos preguntamos: ¿estoy en el lugar en el que debo estar?, ¿lo hago lo suficientemente bien?, ¿debería bajar de nivel?, ¿tengo que pedir ayuda porque no puedo yo sola?
Esto no le pasa tanto a los hombres porque a ellos se les educa con mayor confianza. Al mismo tiempo no les exige tanto, y como parte de la cultura, las mujeres son ‘el sexo débil’ que no puede con todo. ¡Y eso no es así! Aunque tampoco tienes que poder con absolutamente todo.
¿Cómo afecta el síndrome del impostor en la maternidad y la crianza?
Se habla mucho del síndrome de la impostora en el ámbito laboral, cuando una mujer tiene que luchar el doble para conseguir su puesto o su reconocimiento. Pero poco a poco se ha ido trasladando a otro sitio en el que también nos afecta mucho, como es la maternidad.
¿Te suena el término de ‘malas madres‘? Esto mismo es lo que nos hemos llamado a nosotras desde hace mucho tiempo. Si no eres la mejor madre del mundo, no eres suficiente para tus hijos o tu familia.
No obstante, ya eres una madre perfecta, hagas lo que hagas. Si crees que tienes que cumplir las expectativas de alguien, solo hay una persona que se lo merece: tu bebé. Y seguro que para él ya lo estás haciendo súper bien.
Pero si te comparas con otras madres, si tienes la presión de la sociedad, de lo que dicen en los libros, en la televisión, o si tienes un enfoque equivocado, vienen esos sentimientos de ansiedad que te impiden valorar lo que haces bien, y solo te dejan ver tus pequeños fallos.
Riesgos del síndrome de la impostora para una madre
El síndrome de la impostora ha existido desde siempre. Las mujeres somos muy exigentes con nosotras mismas, y queremos llevar el trabajo, la casa, la crianza de los niños, el cuidado de la familia, y muchas más cosas que no conseguimos abarcar.
Esto es muy peligroso, ya que justo después de ser madre hay una serie de cambios hormonales, que a veces aumenta el riesgo de sufrir depresión, y que se pueden intensificar si además vivimos una situación de ansiedad auto-impuesta.
Según los expertos en psicología, el síndrome de la impostora en la maternidad tiene un impacto muy negativo en la salud mental de las mujeres. Estos sentimientos afectan a la mamá, pero también a la relación que tiene con su bebé, con su pareja, y con otras personas.
En estos momentos de vulnerabilidad es cuando más necesitamos ser cuidadas y menos queremos el apoyo de los demás. No se trata solo de cuidar a tu recién nacido, si no también de recuperarte poco a poco, tanto a nivel físico como mental.
El mito de la supermamá
La sociedad ha sido muy cruel con las mujeres a lo largo de los siglos. Se les ha exigido ser perfectas, sin ningún tipo de margen para cometer un fallo. ¡Pero todos somos seres humanos y nos equivocamos!
El síndrome de las mamás impostoras tiene una relación directa con el pensamiento de que hay que ser super-mamás. Conciliar la vida profesional lo antes posible y al mismo tiempo el cuidado y la crianza del bebé, son dos conceptos que van ligado a este pensamiento y a la sensación creciente de ansiedad.
Si no te recuperas pronto de tu embarazo y el parto, y en cuestión de semanas vuelves a tu trabajo de antes, no eres lo suficientemente fuerte o válida. Pero claro, la responsabilidad de tener un bebé a tu cargo sigue ahí, y tienes que rendir al mismo nivel en los dos sentidos.
Esta situación se repite durante mucho tiempo. Toda la infancia de tu pequeño, el desarrollo de la familia, tu lucha por seguir subiendo en tu carrera laboral, al final se suma y crea un estrés insoportable que deriva en un síndrome de la impostora que te acompaña las 24h del día.
Cómo saber si tienes el síndrome de la impostora
¿Te suena todo esto que hemos descrito? Posiblemente te estés preguntando si tú también eres una persona impostora, si eres una mamá impostora y si tienes la posibilidad de cambiarlo.
Por suerte, hoy en día el síndrome del impostor está perfectamente descrito, se puede identificar y tratar con su correspondiente tratamiento. Antes de ver cómo superar este problema, el primer paso es saber si lo padeces. Presta atención a estas características:
- Dudas constantes sobre una misma y sobre su maternidad
- Miedo a que otros se den cuenta de que no lo estás haciendo bien
- Cuando algo sale bien, atribuirlo a la suerte o a la ayuda de otros
- No saber reconocer tus propios logros y avances
- Perfeccionismo extremo; nunca es suficiente
- Sentimientos de ansiedad y estrés en todo momento
Los problemas puedes venir de la comparación que haces con otras ‘madres perfectas‘ de internet, por comentarios recibidos, o por ideas que tienes en tu propia mente y que no son realistas. La falta de autoestima es más acusada durante la maternidad, ya que ahora la preocupación mayor se dirige hacia otra personita más vulnerable que está a tu cargo.
Consejos para no sentirte una impostora en la maternidad
Hay muchos tipos de personalidades dentro del síndrome del impostor. Está la mamá perfeccionista, la que cree que tiene que ser una super heroína, la individualista que no quiere pedir ayuda porque tiene que poder sola, y otros muchos caracteres. Cada una tendrá que trabajar su problema de una forma personalizada.
En la mayoría de los casos, lo más recomendable es pedir ayuda. Ya sea de un profesional que te dé las herramientas que necesitas para superarlo, como de alguien de tu confianza que te aporte un punto de vista diferente al tuyo.
Sea como sea, lo importante es dar un primer paso para superarlo, y empezar por estos consejos prácticos:
No te compares
Aunque no se muestran, todas las mamás luchamos nuestras propias batallas. La maternidad no es una etapa fácil para ninguna, y cada una pasa por ciertos inconvenientes que no se deben comparar con nadie.
No lo hagas tú tampoco. Si ver en redes sociales la vida perfecta de otras madres te hace sentir menos válida, no entres en esa dinámica. Céntrate en ti misma, en hacerlo lo mejor que puedas, y valora las cosas positivas que tiene tu recién estrenada maternidad.
Reconoce tu esfuerzo
Date cuenta de todo lo que haces por tu bebé, que es muchísimo. Tú lo has gestado, lo has parido, y ahora estás cuidándolo. Hagas más o hagas menos, eres todo lo que necesita tu pequeño para crecer sano y feliz.
Lo alimentas, lo calmas, cuidas de su salud, cambias sus pañales, le hablas, le acaricias, y le proporcionas la seguridad que todo bebé precisa para estar tranquilo. Un bebé solo necesita a su familia, y para él ya es perfecta.
Habla con otras mamás
Busca el apoyo de otras mamás, cuéntales tus experiencias, y ellas te contarán las suyas. Te darás cuenta de que su maternidad no es tan perfecta como imaginas, e incluso que ellas también sufren el síndrome de la impostora.
Poder compartir estas preocupaciones con mujeres que están en la misma situación es terapéutico para todas. Comprenderás mejor el significado de tu problema, y qué le ha funcionado a otros para combatirlo.
Busca solución
Sentir que no eres suficiente viene de alguna experiencia concreta que estás viviendo. Quizás sea que no descansas bien, que sientes que la casa está muy desordenada, que no puedes llevar la crianza al mismo tiempo que tu trabajo, u otros motivos.
Para ello hay solución. Busca la ayuda de tus seres queridos. Habla con tu pareja, con tu familia, con tus amigos, o contrata a alguien que te pueda ayudar en casa durante el tiempo necesario. También puedes compatibilizar el trabajo y la crianza de los niños de una mejor manera, encontrando el equilibrio que necesitas para sentirte plena y feliz.
Otros consejos para madres
La crianza de los niños no es proceso fácil para nadie. No te sientas sola, ya que todas las mamás y todos los papás están pasando por lo mismo que tú.
A través de El Blog de tu Bebé encontrarás consejos muy útiles para la educación y crianza de los peques, como estos que te dejamos por aquí:
- ¿La ansiedad en el embarazo afecta al bebé?
- Qué es la crianza respetuosa y pautas para conseguirla
- Cómo educar a un niño terco o de carácter fuerte
- Consejos para enseñar a un niño a valorar las cosas
- La regla de los 9 minutos para criar niños felices
Si tienes dudas y quieres saber más sobre cómo evitar y tratar el síndrome de la impostora, consulta a un profesional. Este sentimiento no debe impedir que disfrutes de una etapa tan maravillosa como es la maternidad.
Siempre hay altibajos y momentos que nos superan, pero hay que seguir adelante, seguro que lo harán genial! Eso se olvida con una sonrisa del bebé!
A. Moreno