Cómo educar bien a un hijo único

Los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, y no dudamos en entregarles todos los recursos que tenemos en nuestra manos para que sean felices y puedan desarrollar su propio futuro. Pero la educación de un hijo único no es para nada igual que la de niños que se han criado con otros hermanos. ¿Qué debemos tener en cuenta en estos casos?

Cada vez son más las familias de un solo hijo o hija que se centran en la crianza individual. En torno a estos niños, que no han decidido por ellos mismos no tener hermanos, pululan algunos falsos mitos que nos llevan a caer en diversos errores.

Los hijos únicos no tienen por qué ser egoístas ni consentidos. A la hora de educar a los hijos, hay tips que se aplican en todas las familias, y que con un poco de sentido común, potenciarán los buenos valores que deseamos en los pequeños.

Vamos a ver cómo educar a un hijo único con las consideraciones que nos aconsejan los expertos para no errar en nuestra labor de padres. Descubre las pautas a seguir y adáptalas a las necesidades dentro de tu propia familia.

La educación de un hijo único

Hay muchos motivos por los que una familia tiene un único hijo. Esta oportunidad ofrece múltiples beneficios para todos, como pueden ser los siguientes:

• Más tiempo y recursos para un solo niño o niña.
• Los padres vuelcan todo su cariño en un solo hijo.
• No existen los conflictos entre hermanos.
• Hay una mayor estimulación por parte de los adultos, por lo que los hijos únicos suelen tener un amplio desarrollo madurativo.
• Mayor desarrollo de la autoestima de los peques.
• Son pequeños que tienen más imaginación, ya que aprenden a jugar solos.

Sin embargo, no todo son beneficios para una familia que tiene un hijo único. La educación que los padres damos a este niño o niña tendrá que adaptarse para fomentar ciertas destrezas y actitudes que los peques que no se han criado con hermanos echarán en falta para su desarrollo.

Falsa sensación de madurez

Uno de los mayores fallos que cometemos los padres con hijo único es que pensamos que son más maduros de lo que realmente son. Se trata de niños que desde pequeños han pasado mucho más tiempo con los adultos, y por ello, su lenguaje y comportamiento puede asemejarse más al nuestro que al de otros niños de su edad.

Por ello, desde edades tempranas podemos llegar a considerar que su madurez es mayor, sin que esto sea del todo cierto. Los niños son niños, y hay que tratarlos como tal. Necesitan protección, límites y mucha atención. Todo esto a veces se nos pasa por alto.

No cometas el error de tratar a tu hijo como un adulto o un niño mayor. Si te parece que está adelantado para su edad, puede tratarse de una imagen que nos estamos creando por nosotros mismos.

Analiza qué es lo que necesita tu peque, cuáles son sus verdaderas capacidades, y trabaja aquellas en las que crea que precisa de un poco más de atención. Nunca des por hecho que tu hijo puede aprender y criarse solo, por muy independiente que te parezca.

Cómo educar a los hijos únicos

En la etapa adulta, haber sido hijo único o con hermanos no tiene por qué notarse en el comportamiento o carácter de las personas. Lo más importante para los padres es criar hijos con valores; y esto comienza por adaptar la educación a cada pequeño.

Algunas de las pautas para educar a un niño que es hijo único son estas:

Fomentar su vida social

Al no tener otras figuras infantiles en casa, los niños necesitan entablar relación con personas de su misma edad. Intenta potenciar la relación con los primeros y otros familiares, así como con los compañeros de clase.

Dales su espacio para que socialicen. Puedes apuntarles en clases y talleres extraescolares, así como invitar a los amiguitos a casa para que puedan tener sus momentos de juegos de una manera sana.

Evitar el exceso de atención o sobreprotección

Cuando tenemos un solo hijo, ponemos toda la protección sobre él. Los niños tienen que experimentar, equivocarse y acertar. No siempre tenemos que estar pendientes de ellos para evitar que les ocurra algo malo.

De la misma forma, pensar que los hijos únicos se pueden aburrir, lo único que potenciaría es crearles un estado de dependencia constante. Permite que tu peque juegue solo, que intente conectar con otras personas, y no estés todo el rato encima de él.

No sobrepasarnos con lo material

A menudo, muchos padres intentan compensar que su hijo no tenga hermanos ofreciéndoles cosas materiales. Seguro que no quieres que a tu peque le falte de nada, pero no te pases con demasiadas cosas que realmente no necesita.

No hagas que tu hijo tenga un comportamiento consumista. Enséñale a trabajar por lo que desea, a valorar lo que tiene, y sobre todo, a jugar y aprender con otros recursos que no sean solo juguetes.

Aprender a decir NO

Dicen que los hijos únicos son excesivamente mimados. Está bien consentirle a veces a un niño, pero también tienen que tener límites, porque esto les evitará futuras frustraciones en la vida. ¡Es por su propio bien!

Aprende a ponerle normas, a decirle NO cuando corresponda, e incluso a regañarle si es necesario. Hace algunos años se hablaba de los niños tiranos en las familias. Por suerte, hoy en día tenemos más herramientas para que esto no siga pasando.

Fomenta la comunicación

Interésate por los temas de tu hijo o hija. Intenta mantener una comunicación fluida, creando en el hogar el mejor lugar en el que se sienta seguro para pedir ayuda o consejo en caso necesario.

Intenta mantener una estabilidad en casa, entre los padres y también con el peque. Todos estos detalles le enseñará valores para ser un adulto más sano, y por supuesto, estrechará lazos con sus progenitores de una manera saludable.

No buscar la perfección

Es muy difícil para los padres que solo tienen un hijo no volcar todas las expectativas en él. Sin darnos cuesta, tendemos a presionarles más de lo debido, buscando ese perfeccionismo que deseamos para que sea una persona increíble.

Pero nada en exceso es bueno. El perfeccionismo en los niños tiende a crear muchas inseguridades, y a aumentar los niveles de estrés; algo que se nos escapa de las manos a las nuevas generaciones de padres. No presiones más de la cuenta a tu peque, aunque creas que lo estás haciendo por su bien, y déjale que sea una persona individual y a su manera.

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Si tú también tienes un hijo único y te preocupa darle la educación más correcta, no estás solo. Hay muchos otros papás y mamás que tienen las mismas inquietudes, y todos podemos hacerlo muy bien, buscando siempre el bienestar de los pequeños.