La aparición de parásitos suele ser más frecuente en niños que en adultos. Estos pequeños bichitos oportunistas pueden colonizar el intestino humano aprovechando la falta de higiene, por ejemplo al no lavarse las manos después de haber estado jugando en el exterior, o al beber agua no potable o alimentos contaminados con los huevos.
Según la definición de parásito, los piojos y pulgas son algunos de los más frecuentes en los pequeños. Pero hoy nos vamos a centrar en aquellos parásitos intestinales que encontramos en el interior del cuerpo, los cuáles causan otros tipos de molestias, que pueden llegar a ser peligrosas si no se tratan de manera adecuada.
Si tu hijo ha perdido el apetito, le duele el estómago, o si siente un fuerte picor en el culito sobre todo al llegar la noche, son síntomas muy claros de que tiene parásitos intestinales. Vamos a ver con detenimiento cuáles son estos síntomas, en qué se diferencian según el tipo de parásitos que tiene el niño, y cómo podemos detectarlo claramente para aplicar el tratamiento más adecuado.
Toma nota de todos los detalles y presta atención a los comportamientos en niños que evidencian la presencia de parásitos para que no les afecten en su salud ni en su comodidad.
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¿Qué son los parásitos intestinales?
Los parásitos intestinales son pequeños microorganismos o gusanos que viven en el intestino humano a expensas de su huésped, o la persona que parasitan. De ella obtienen todo lo que necesitan para crecer y reproducirse, hasta poner de nuevo los huevos, que salen del cuerpo humano en la caca y continúan su ciclo infectando a otra persona o animales.
Los parásitos en niños son frecuentes porque los peques tienen mayor tendencia a contaminarse con los huevos de estos pequeños animalitos. Estos huevos suelen encontrarse en la tierra, el agua, e incluso se puede producir una re-contaminación, al estar en contacto con otros niños que tienen parásitos y traspasan los huevos desde su ano hasta la boca, a través de las manos sucias.
Los parásitos intestinales pueden no producir ningún síntoma, pero en su mayoría sí que tienen efectos en los niños, provocando algunas molestias, ya que de alguna forma, se ‘alimentan’ del ser humano y acaban por tener un efecto negativo que se puede traducir en la afección de la salud. Pueden ser de muchos tipos, de diferentes tamaños, y por lo tanto, según qué parásitos, provocan unos u otros síntomas en los niños.
Tipos de parásitos intestinales en niños
Los parásitos intestinales pueden ser de muchos tipos. Sin embargo, todos ellos tienen algo en común, las personas que los tienen se han contaminado por la ingestión accidental de los huevos que han salido de otra persona a través de las heces.
Cuando estos huevos se ingieren en agua o alimentos contaminados, o se transmiten según el ciclo ano-mano-boca, acaban por llegar al estómago y al intestino, dónde se instalan para crecer, reproducirse, y volver a eliminar los parásitos en forma de huevo para infectar a otra persona.
Giardia
La giardiadiasis es una de las parasitosis intestinales más frecuentes en todo el mundo. No es muy común en Europa, pero sí se puede contraer fácilmente cuando viajamos a países de Asia o América del sur.
Este pequeño parásito es un protozoo de tamaño casi microscópico, que se instala en el intestino provocando síntomas muy parecidos a la gastroenteritis. Provoca mucho dolor, barriga hinchada, y múltiples molestias en las personas afectadas.
Amebas
La amebiasis suele estar ocasionada por un pequeño parásito microscópico llamado entamoeba histolytica.
La encontramos en aguas y alimentos contaminados, también común en parasitaciones cuando se viaja fuera. Produce síntomas parecidos a los de Giardia lamblia, como veremos a continuación.
Lombrices
Si mi hijo tiene lombrices, lo puede averiguar fácilmente. Los pequeños gusanos blancos responsables de lo que denominamos oxiuriasis se llaman Enterobius vermicularis, y son fácilmente visibles.
Las lombrices en niños y adultos se suelen reproducir en el intestino, pero por la noche, la hembra se acerca a la zona perianal para poner los huevos, y si estos eclosionan aquí antes de salir con las heces, provocan un picor muy desagradable que causa síntomas muy característicos en el niño cuando tiene gusanos en el ano.
Tricocéfalos
Aunque tampoco son frecuentes en Europa, todavía se pueden ver casos de niños y bebés contaminados con parásitos intestinales de Trichuris trichiura. Son gusanos de mayor tamaño que los oxiuros, que pueden provocar mayores daños en el intestino porque se sujetan a la mucosa durante su desarrollo.
Una gran cantidad de estas lombrices puede causar graves inflamaciones, e incluso colapso intestinal si se han llegado a reproducir en un gran número.
Tenia
Conocida como lombriz solitaria, es un solo parásito que se encuentra en el primer tramo del intestino delgado.
Apenas produce síntomas, pero con el tiempo, y sobre todo en niños que se encuentra en plena etapa de desarrollo, sí que puede tener síntomas muy negativos para su crecimiento.
Cómo saber si tu hijo tiene parásitos
Los síntomas de la parasitación a veces se pueden confundir con una gastroenteritis. Sin embargo, si prestamos atención al comportamiento de los niños, podemos ver algunos detalles que son diferentes, y nos pueden llevar a descubrir el tipo de parásito que está causando la enfermedad.
Sobre todo en bebés y niños más pequeños, que aún no saben expresar qué es lo que les pasa exactamente, es importante que los padres nos fijemos en su forma de actuar, para saber en qué momento acudir al medico, o cuándo podemos poner en marcha los remedios caseros para las lombrices. Vamos a ver cómo saber si tu hijo tiene parásitos con estos síntomas frecuentes:
Dolor abdominal
El crecimiento de los parásitos en el estómago e intestino del niño suele ocasionar dolor abdominal, barriga hinchada y la acumulación de gases. Si tu hijo se queja de dolor de tripa y no hay ningún motivo aparente, presta atención al resto de síntomas, porque podría estar infestado de lombrices.
Diarrea y estreñimiento
La irritación constante del intestino suele provocar episodios frecuentes de diarrea, sobre todo en casos de giardiasis o amebiasis. Estas diarreas son muy fétidas, van acompañadas de gases, y suelen tener gran cantidad de moco en la caca del niño.
Si en cambio el niño tiene problemas de estreñimiento, incluso cuando ha cursado primero con una fuerte diarrea, puede tratarse de una parasitación por gusanos.
Picor de ano
El picor en el culito es muy frecuente, y es una excelente evidencia de que el niño tiene parásitos intestinales. Este picor puede darse durante todo el día, pero es más frecuente por la noche. El niño tiende a rascarse sin encontrar alivio, ya que son los gusanos en el interior los que están provocando esta molestia.
Cansancio
Debido a que el niño tiene este picor constante toda la noche, no descansa bien y por el día está agotado. Si se prolonga demasiado este estado, el niño puede llegar a tener un menor rendimiento escolar, presentar mal humor, e incluso fuertes dolores de cabeza por falta de sueño.
Pérdida de peso
Debido al cansancio, al malestar en el estómago, y también al hecho de que los parásitos se alimentan de la misma fuente que el niño, puede ir perdiendo peso poco a poco. Este síntoma es común cuando el niño tiene una solitaria en el estómago, cuando está infectado por lombrices, y también cuando los protozoos causan muchos episodios de vómitos.
Gusanos en las heces
Si ves que las heces de tu pequeño están llenas de pequeños puntitos blanco o de gusanitos que se mueven, es más que evidente que tiene parásitos en el estómago. Suelen aparecer cuando la infestación ya se ha extendido, pero si los encuentras, no dudes en recurrir a un tratamiento adecuado para acabar con ellos cuanto antes.
Heces oscuras
Si el niño sufre graves daños debido a la colonización del intestino por parte de estos parásitos, pueden aparecer restos de sangre en las heces. Se muestra como heces de color más oscuro, con mucosidad y mal olor. Un síntoma que reviste gravedad y que no debes dejar pasar sin acudir rápidamente al pediatra.
Prevención y tratamiento de los parásitos en niños
La mejor forma de evitar estos molestos síntomas a tus hijos, es prevenir el contagio de parásitos. Es una misión bastante complicada, prácticamente imposible en el caso de las lombrices que se transmiten tan fácilmente en las escuelas. Pero con educación y buenas prácticas, puedes conseguir que tu peque no se contagie.
Anímale a lavarse siempre las manos cuando las tengas sucias, y así cuando se las lleve a la boca no correr el riesgo de tragar huevos de parásitos. También debe aprender que el agua no potable no se debe beber nunca, y que los alimentos crudos hay que lavarlos antes de consumirlos.
Si aún así tus hijos se han contagiado con parásitos intestinales, no te preocupes, es muy común en los niños. Cuando notes algún síntoma o comportamiento extraño, acude al médico para determinar de qué tipo de parásito se trata, ya que hay muchos tratamientos y remedios naturales que podemos usar según el bichito.
Sigue las indicaciones del pediatra y en pocos días los parásitos habrán desaparecido junto con los síntomas tan molestos que conllevan.
Más información sobre parásitos en niños
En el blog ya hemos visto en otros artículos los diferentes remedios para tratar otros tipos de parásitos en niños. Toma nota de cada uno de ellos:
- Picor de cabeza en bebés
- Cómo quitar los piojos y liendres
- Picadura de pulga en niños
- Remedios caseros para las lombrices en niños
¿Y tú, qué remedios caseros conoces para el tratamiento de los diferentes parásitos en niños? ¿Has tenido que enfrentarte alguna vez a alguna parasitación en casa?