¿Has notado que tu bebé suele tener las manos frías la mayor parte del tiempo? ¿Por qué también presenta los pies fríos, si en realidad está en un ambiente cálido? Este hecho es más común de lo que puedes imaginar, y tiene sus motivos.
Si bien no pasa en todos los bebés, es habitual que el recién nacido o el bebé pequeño tenga las manitas a una temperatura más baja de lo que consideraríamos normal. Por muchos que lo abrigues, e incluso poniéndole manoplas o manteniendo sus manos tapadas, van a seguir igual.
Debes ser consciente que la temperatura del bebé no se regula de igual forma que la de los mayores. En los primeros meses de vida es cuando terminar de regularse su sistema circulatorio, ya que el corazón y el sistema arterial no ha madurado del todo.
¿Qué podemos hacer los papás y mamás para evitar que esto ocurra? ¿Hay que preocuparse en estos casos? Te contamos todo lo que debes saber sobre los pies y manos frías del bebé, cuándo acudir al médico, y qué remedios son los más efectivos.
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¿Por qué mi bebé tiene las manos frías?
Los bebés suelen tener las manos frías debido a la circulación de la sangre. Lo mismo pasa con los pies, ya que en las extremidades superiores e inferiores cuesta más que la sangre llegue, y que por lo tanto, lleguen a calentarse.
Pero no hay que preocuparse, ya que si el bebé tiene la piel rosadita, incluso teniendo manos y pies fríos, no le pasa nada. Esto es debido a que la circulación periférica aún no funciona bien del todo, y debe terminar de desarrollarse. Cuando el bebé va creciendo, poco a poco mejorará y dejará de tener las manos siempre frías.
Que un bebé pequeño o recién nacido tenga las manitas frías no quiere decir que esté pasando frío o que esté malo. Es un proceso normal por el que pasan todos los niños, hasta que el corazón madura y consigue enviar sangre de forma eficiente hasta las manos y los pies.
El flujo sanguíneo debe ser el normal para órganos más importantes como el corazón, el cerebro, los pulmones o los riñones, que sí están localizados en zonas más cercanas, en el torso. Por ello, la temperatura del torso de un bebé será más alta que la de un adulto, y esto es lo que realmente debemos controlar.
Manos y pies fríos en bebés
Las manos y los pies del bebé suelen estar a una temperatura más cercana a la ambiental. En los adultos, la temperatura del cuerpo se regula mejor, y por ello solemos tener las manos calientes, más o menos al mismo nivel que otras zonas.
Sin embargo, en los niños, el cuerpo estará caliente y los pies y manos fríos. Si hay un cambio externo importante, por ejemplo si hace mucho calor o mucho frío, el cuerpo del bebé lo notará más.
¿Cómo puedo saber entonces que el bebé está bien y no está pasando ni frío ni calor? Es tan sencillo como tocar el cuello o la espalda, que son los mejores indicadores de su temperatura corporal. Si notas que la espalda está frío, entonces sí tendrás que abrigarle.
En cambio, si el bebé está sudando, si tiene la espalda muy caliente, el cuello húmedo, y se siente molesto, a pesar de que las manos y los pies estén frío, quiere decir que tiene calor. Nunca lo abrigues de más si la temperatura ambiental es elevada y el bebé está sudando.
¿Cuándo preocuparse?
Las manos frías en bebés no deben ser objetos de preocupación para los padres, siempre que el pequeño muestre un buen aspecto y estado de ánimo. Si al tocar el torso tiene una buena temperatura, y el resto de su cuerpo está rosadito, es que está totalmente saludable.
Pero hay algunos síntomas de alarma que sí que pueden acompañar a las manos frías. Uno de los más importantes es notar que el bebé tiene la piel azulada, y los labios morados o cianóticos. En este momento hay que acudir rápidamente a urgencias.
¿Por qué ocurre esto? La cianosis es síntoma de una mala oxigenación en el bebé. Puede ser por exceso de frío, un enfriamiento grave, o porque el bebé no esté respirando correctamente y necesite ser tratado.
Además, síntomas como la fiebre, cuando el cuerpo está a una alta temperatura, el bebé está sudando, y en cambio las manos y los pies están fríos, son otra señal de alarma. Sigue tu instinto, y si ves que tu bebé se encuentra mal, no lo dudes y ve rápidamente al pediatra.
¿Qué hacer si tu bebé tiene los pies y las manos frías?
A medida que el bebé crezca, la temperatura de los pies y las manos se irá regulando. Mientras tanto, hay algunos consejos que puedes seguir con el fin de evitar que el bebé pierda calor a través de las extremidades. Prueba con estos tips:
- Comprueba si tu peque tiene el cuerpo frío, tocando la espalda y el cuello. Si están un tanto fríos, ponle una capa de ropa extra.
- Asegúrate de que la temperatura en la habitación en la que se encuentra el bebé es la más cómoda. En el caso de que fuera muy fría, es mejor abrigarle o recurrir a la calefacción.
- Utiliza el termómetro para medir la temperatura corporal, siempre en la axila o la ingle del bebé.
- Comprueba que el color del cuerpo del bebé es el correcto, con un tono rosado saludable. Si su cuerpo está azulado, amarillento, o tiene la piel de un tono extraño, ve al médico para hacerle una analítica.
Y ante todo, mantén la paciencia, ya que, como hemos visto, que el bebé tenga las manos frías es normal, y no tiene por qué significar nada malo. Lo mismo pasa con los pies fríos, que con el paso del tiempo dejarán de estar tan blancos y a una temperatura más baja que las extremidades y el torso. Es cuestión de esperar.
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Ahora que ya sabes por qué el bebé puede tener los pies y las manos frías, no dudes en actuar correctamente para solucionarlo. Poco a poco irás controlando la salud de tu pequeño, sin tener que agobiarte ante cualquier mínimo cambio.
Buenos consejos para mantener al bebé correctamente arropado.
Gracias,
Besos!
A. Moreno