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Conocido popularmente como ‘oro líquido’, el calostro materno es uno de los alimentos más importantes en los primeros días de vida del recién nacido.
Este tipo de leche no es la misma en aspecto ni en composición a la leche materna que produce la madre, pero proporciona todo lo que el bebé necesita justo después del nacimiento.
Existe una popular creencia de que la primera leche que produce la madre ‘no alimenta lo suficiente al bebé’. Puede que esta afirmación tenga algo de verdad, ya que la cantidad de calostro es mínima al principio, para después ir aumentando en volumen.
No obstante, el calostro materno es un concentrado de nutrientes y otras sustancias que tiene gran valor para la salud del bebé. ¿Quieres conocer más sobre este maravilloso alimento? ¡Te lo contamos todo!
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El calostro materno en las primeras semanas del bebé
El calostro son las primeras cantidades de leche que la mamá produce después de dar a luz al bebé, ya sea mediante un sacaleches o dando al pecho. Contiene una gran cantidad de proteínas y minerales, y tiene un aspecto espeso y amarillento.
Este se produce en los primeros 3 o 4 días tras el parto. Su volumen apenas alcanza unos 20 mililitros por toma. Aunque te parezca muy poca cantidad, la verdad es que resulta más que suficiente para cubrir las necesidades del bebé recién nacido.
Composición del calostro
El cuerpo de la mujer es sabio, y gracias a la liberación de hormonas que se produce en los momentos previos y posteriores al parto, las glándulas mamarias se ponen en marcha para cubrir los requerimientos del bebé.
El calostro materno no tiene la misma composición en todas las mujeres. Cada bebé es diferente, y por ello el contenido de la leche se adapta a los nutrientes básicos que precisa el pequeño.
Por lo general, la composición del calostro materno se podría calcular de la siguiente forma por cada 100 ml:
- Energía: 54 kcal
- Grasa: 3 gramos
- Lactosa: 5,5 gramos
- Proteína: 2,5 gramos
Además el calostro es rico en inmunoglobulinas y lactoferrinas, dos proteínas que promueven la maduración del sistema inmune del bebé, el cuál aún no está del todo desarrollado.
El calostro contiene linfocitos y macrófagos, así como una cantidad importante de oligosacáridos para poner en marcha la flora intestinal del pequeño.
¿Te has fijado que el calostro tiene un color amarillo más intenso que el de la leche materna? Esto es debido al contenido en b-carotenos, un precursor de la vitamina A, que junto a otras vitaminas liposolubles rellenan las reservas que el bebé necesita para crecer sano y fuerte.
El calostro tiene un sabor parecido al del líquido amniótico, por lo que le resulta familiar al bebé. Cuando es sistema digestivo del feto está formado, es habitual que trague pequeñas cantidad de líquido amniótico, y el sabor de esta primera leche le trae el mismo recuerdo de cuando aún estaba en el vientre de mamá.
¿Cuánto calostro segrega el pecho de la mujer?
Es una secreción muy poco abundante, de tan solo unos pocos mililitros por toma. Se estima que cada vez que el bebé toma el pecho durante los primeros días, la producción es de entre 1 y 4 cucharadas soperas.
¿Te parece poco? Pues es más que suficiente para alimentar al bebé sin que pase hambre. No te preocupes, ya que la cantidad de leche producida por las glándulas mamarias va aumentando gradualmente.
Desde que el bebé nace, su pequeño cuerpecito tiene reservas de energía para que no les falte de nada. Los recién nacidos vienen preparados para empezar a tomar poca cantidad de leche hasta que su sistema digestivo se adapte.
¿Cuánto tiempo se produce calostro?
El calostro comienza a producirse entre unas horas después del parto y hasta 2 días tras el nacimiento del bebé. No en todos los casos es inmediato.
La duración de la producción de calostro materno es de 2 o 3 días en el post-parto, variando según los requerimientos del bebé y la capacidad del cuerpo de la madre hasta sustituir el calostro por la leche de transición, y después la leche madura.
¿Qué es el precalostro?
Puede que también hayas oído hablar del pre-calostro materno, un tipo de leche que se produce antes de dar a luz. Se trata de una leve segregación como parte de la preparación de los pechos de la mujer ante la llegada del bebé.
No todas las mujeres embarazadas tienen por qué segregar leche durante la gestación, pero es algo común que no debe preocupar.
Esta leche está a medio camino entre el calostro y la leche madura, con una composición diferente y un color blanco muy pálido, como si fuera ‘leche aguada’. Con el precalostro se libera plasma, sodio, inmunoglobulinas, lactoferrina, y una pequeña cantidad de lactosa.
Diferencia entre el calostro y la leche materna
La composición entre el calostro y la leche materna es similar. Tienen más o menos los mismos nutrientes, pero variando el contenido de cada uno de estos.
Una gran diferencia entre el calostro materno y la leche es el color y la consistencia. El calostro es más denso y de color amarillento, siendo la leche más líquida y de color blanca.
En cuanto a contenido nutricional, el calostro tiene menos cantidad de lactosa, grasa y vitaminas, pero casi el doble de proteínas que la leche materna, y es rico en vitamina A, E, carotenos y sodio.
Es muy común encontrar una mayor cantidad de IgA y lactoferrina (Lf) en el calostro, que aunque siguen presente en la leche materna, son más abundantes en la primera leche tras el nacimiento.
Justo después de los primeros días en los que se produce calostro, comienza a fluir la leche de transición, para dar paso a lo que se conoce como leche madura. Este cambio se realiza según las necesidades de cada bebé, ya que la composición varía en cada madre.
¿Por qué el calostro es tan beneficioso para el recién nacido?
Para que el sistema inmunitario del bebé se fortalezca durante sus primeras semanas de vida, es imprescindible que tenga la oportunidad de ingerir el calostro de su madre.
La explicación reside en que el calostro contiene toda la información, en términos de genética, del sistema inmunitario de la madre.
Entre los principales beneficios del calostro materno destacan:
Ayuda al sistema inmune
El calostro contiene cantidades de moléculas inmunológicas, que al entrar en contacto con las células del sistema inmunitario del bebé, ayudarán activar sus defensas. Estas mantendrán al pequeño más protegido frente a posibles amenazas para su salud.
Se podría decir, que la propia naturaleza prepara un primer ‘’cóctel’’ para fortalecer el sistema inmunitario del bebé.
Debemos tener en cuenta que cuando el bebé se encuentra dentro de la barriga de su mamá está totalmente protegido, por lo tanto, su sistema inmunitario no necesita estar alerta frente a posibles amenazas.
Pero tan pronto como el bebé entra en contacto con el exterior, se expone a una gran cantidad de agentes externos que pueden repercutir de forma negativa en su estado de salud.
Ayuda a evitar la ictericia del recién nacido
El calostro actúa como un ligero laxante para ‘limpiar’ el sistema digestivo del bebé. Esto hace que el bebé haga sus primera caquitas, y con ellas, vacíe el intestino del meconio que se ha ido acumulando durante la gestación.
Es habitual que el recién nacido haga caquitas oscuras y pegajosas, entre las que se encuentra una gran cantidad de sustancias de desecho que produce el hígado.
En el caso de no eliminar correctamente estas sustancias de desecho, el bebé puede sufrir de bilirrubina alta, adquiriendo un característico tono anaranjado en la piel.
Por este motivo, entre otros, es tan común oír que la lactancia materna es de suma importancia para la salud del bebé durante sus primeros meses de vida.
Además de los factores que benefician la salud del recién nacido, la lactancia materna ayuda a acercar a la mamá y el bebé mediante el contacto y la atención. Teniendo en cuenta los efectos positivos que tiene la lactancia materna, es más fácil ayudar al bebé a que crezca alegre y fuerte.
Cómo extraer el calostro manualmente
No te pierdas este vídeo de Youtube de Gloria Lapuente, matrona del Hospital Universitario Fundación de Alcorcón, de cómo extraer y almacenar el calostro materno:
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Disfrutar de la experiencia de dar el pecho es decisión particular de cualquier madre. Si es posible, los pediatras recomiendan un mínimo de lactancia de al menos 3 a 6 meses, de manera que el bebé aproveche los beneficios del calostro materno. ¡No dudes en proporcionárselos!
