El desprendimiento de placenta es un problema que puede aparecer durante el embarazo, poniendo en grave riesgo la vida del feto y de la madre. Aunque los casos más graves no son nada comunes, sí que son peligrosos cuando se presentan, y necesitan ser tratados con urgencia.
Hoy vamos a ver qué es el desprendimiento de la placenta, y por qué puede aparecer en la futura madre. También veremos cuáles son los síntomas que lo acompañan y que nos pueden ayudar a detectar para actuar lo antes posible y ponerle solución.
Es muy importante estar preparada ante este tipo de problemas, porque nunca se sabe cuándo puede ocurrir, y actuar rápido y de forma consciente es decisivo para salvar la vida del futuro bebé, y mantener intacto el estado de salud de la mujer. Toma nota de todos los detalles, ¡te lo contamos todo!
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- 1 ¿Qué es la placenta?
- 2 ¿Qué es el desprendimiento de placenta?
- 3 Grados del desprendimiento de placenta
- 4 ¿Por qué se produce el desprendimiento de placenta?
- 5 Síntomas que acompañan al desprendimiento de la placenta
- 6 Diagnóstico del desprendimiento placentario
- 7 Tratamiento para el desprendimiento de placenta
¿Qué es la placenta?
La placenta es un órgano de gran importancia en el embarazo, que actúa como conexión directa entre la madre y el feto. Este órgano comienza a formarse en el mismo momento en que el embrión se implanta en la pared del útero, de forma que siempre está activa hasta el momento del nacimiento del bebé.
La misión de la placenta es la de aportar los nutrientes que el feto necesita para su desarrollo, a través de un flujo constante de sangre. Al mismo tiempo también retira las sustancias de desecho, y actúa como filtro para evitar que al bebé lleguen sustancias nocivas.
No te pierdas tampoco los riesgos que conlleva una placenta previa oclusiva durante el embarazo.
¿Qué es el desprendimiento de placenta?
La placenta está unida directamente a la pared del útero, conectándose con ella a través de muchos vasos sanguíneos. Si en un momento dado la placenta se desprende de la pared de útero, de forma total o parcial, antes de que la madre de a luz, se puede dar una hemorragia al romperse los vasos saguíneos que unen ambas partes.
El desprendimiento de placenta es más frecuente de lo que pensamos, y se da en uno de cada 120 embarazos de todo el mundo, aunque en ocasiones la madre ni si quiera se da cuenta de que ha ocurrido, porque se puede presentar de diferentes formas y en grados distintos.
Grados del desprendimiento de placenta
Grado 1
Es un desprendimiento de matriz en el que el sangrado es muy leve, apenas perceptible, sin que el feto se vea afectado apenas.
Grado 2
En desprendimiento de placenta tipo 2 es un poco más serio, con hemorragia moderada y en el que se pueden dar contracciones uterinas.
Grado 3
En el desprendimiento prematuro de la placenta grado 3, la separación de la placenta y las paredes del útero es total. Aunque no suele ocurrir en muchas mujeres, si que necesita un tratamiento urgente, ya que podría ser grave y tener consecuencias para el bebé y la madre muy negativas.
¿Por qué se produce el desprendimiento de placenta?
La única causa demostrada por la que puede darse un caso de placenta despegada es un traumatismo directo, como puede ser un accidente de coche o cualquier impacto en que la mujer se vea envuelta. Además de esta razón, se cree que puede haber otros motivos asociados que provoquen el desprendimiento placentario:
- Problemas de hipertensión no tratados
- Diabetes gestacional
- Embarazo múltiple
- Anomalías en el útero
- Infecciones uterinas graves no tratadas
- Edad avanzada
- Tabaquismo
¿Qué pasa cuando se desprende la placenta durante el embarazo?
Al despegarse la placenta de la pared uterina, el flujo sanguíneo que llega al bebé puede disminuir, siempre según el grado de desprendimiento y el número de vasos sanguíneos afectados.
El riesgo puede ser muy elevado para el bebé, produciéndose sufrimiento fetal al no llegar suficiente oxígeno ni nutrientes, con la aparición de contracciones uterinas causadas por el sangrado intenso. Hay que tener en cuenta que después del desprendimiento, la placenta no podrá volver a colocarse en su sitio, por lo que habría que tener mucho cuidado de que el proceso no continúe, y el problema no se agrave.
Cuando se produce el desprendimiento durante el primer trimestre, lo más seguro es que se produzca un aborto espontáneo. Pero si se produce durante el segundo o el tercer trimestre, siempre se puede recurrir a una cesárea de urgencia para intentar salvar al bebé.
Síntomas que acompañan al desprendimiento de la placenta
El desplazamiento de placenta suele ir siempre acompañado de sangrado, dolor y malestar, de grado variable según el tipo de desprendimiento y el lugar en que se haya producido. Entre los síntomas más destacables suele aparecer:
- Sangrado vaginal
- Dolor en el bajovientre
- Contracciones del útero en mayor o menor nivel
- Malestar general y nauseas
- Sufrimiento fetal y disminución de los movimientos del feto
¿Qué hacer en caso de desprendimiento de placenta?
Si notas estos síntomas y crees que puedes estar pasando por un desprendimiento placentario, es necesario mantener la calma, y acudir lo antes posible al médico para descartar cualquier problema.
Sobre todo si has sufrido un traumatismo que haya podido afectar directamente al estado de la placenta o del feto, es muy importante no demorar la visita al médico, y explicar al personal médico todo lo ocurrido y por qué sospechas que podrías estar pasando por un desprendimiento de placenta.
Diagnóstico del desprendimiento placentario
En el hospital, harán las pruebas pertinentes para determinar si realmente se trata de un desprendimiento de la placenta o de cualquier otro problema uterino que se pueda dar en el embarazo, y cuál es el grado.
Para ello, se hace un primer examen físico, además de controlar las contracciones uterinas y hacer una ecografía por ultrasonido para ver el estado del bebé. De esta forma se puede determinar si hay sufrimiento fetal y si es necesario hacer algún tratamiento de urgencia.
Si se trata de un desprendimiento leve, el médico recetará reposo durante algunos días, para volver a hacer vida normal cuando el sangrado haya cesado. Pero si es una separación de grado 2 ó 3, puede que la futura madre tenga que permanecer en el hospital algunos días para vigilar la evolución del bebé.
Tratamiento para el desprendimiento de placenta
En un caso de desprendimiento de placenta grave, como situación de emergencia se procederá a la inducción del parto prematuro para evitar que el feto siga sufriendo por no recibir flujo sanguíneo normal.
En un primer momento se puede hacer una inducción al parto por vía vaginal, pero si no se puede, se recurrirá a una cesárea. En los casos más graves, y en fetos con poco desarrollo, es probable que el bebé nazca muerto, pero es muy importante inducir el parto, ya que la hemorragia podría provocar también la muerte de la mujer, y necesitar una transfusión de sangre urgente.
Caso real con opiniones sobre desprendimiento de placenta
Cómo prevenir el desprendimiento placentario
Para evitar que este problema aparezca durante el embarazo, hay que cuidar mucho la salud de la madre. Evita en la medida de lo posible tener cualquier tipo de accidente o traumatismo que pueda afectar directamente al útero y al bebé que está en pleno crecimiento.
Si tienes algún problema de salud como presión arterial elevada, diabetes o cualquier otra enfermedad del corazón que pueda afectar a tu embarazo, tenlo siempre bajo control. No consumas tabaco ni alcohol ni sustancias indebidas durante el embarazo si no quieres afectar a la salud de tu bebé ni a la tuya propia.
Y si tu médico te ha indicado que tienes un embarazo de alto riesgo en el que se podría dar desprendimiento de placenta, sigue sus indicaciones en todo momento para evitar que este problema se llegue a a producir, y así eliminar al máximo el riesgo. Ante cualquier duda, ¡no temas informarte y preguntar a tu médico!