Aunque hay alimentos que están contraindicados en el embarazo, hoy en día existen consejos para poder tomarlos de manera segura. Esto ocurre con la mayoría de productos, sin embargo, en el caso de los caracoles en el embarazo el riesgo es mucho mayor. Ten cuidado con lo que comes, y no pongas en riesgo la seguridad de tu bebé.
Y es que precisamente los caracoles son animales que se suelen recolectar de manera salvaje para cocinarlos en casa o en diferentes restaurantes que están especializados en estos platos. Esto quiere decir que el riesgo de contaminación con diversos agentes tóxicos, bacterias y parásitos es elevado. Hay muchas limitaciones en cuestión de salud que no siempre se cumplen.
Sin embargo, este plato tan popular en países como España o Francia puede ser un gran antojo en el embarazo. ¿Qué pasa si siento unas ganas incontrolables de tomarlos durante la gestación? ¿Hay alguna forma segura de comerlos estando embarazada?
Te contamos todo lo que debes saber sobre el consumo de caracoles y embarazo. Sus riesgos, contraindicaciones, efectos secundarios y recomendaciones de los expertos en nutrición para la gestante.
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¿Puedo comer caracoles embarazada?
De manera general se considera que los caracoles no son seguros en el embarazo. Es uno de los alimentos restringidos que se recomienda no tomar estando embarazada, ya que es muy complicado evitar el riesgo de transmisión de enfermedades.
Sin embargo, hay algunas excepciones, como en todos los alimentos. Si los caracoles están cocinados, y nos aseguramos de que no están nada crudos, sí que se podrían tomar en el embarazo. Eso sí, siendo consecuente con el peligro que entrañan.
Esto se aplica tanto a los caracoles de tierra como a los caracoles de mar. Son especies diferentes, pero se puede aplicar la misma regla para ambos.
Incluimos tanto los caracoles pequeños, los caracoles grandes o cabrillas, caracoles bígaros, así como especies de caracoles marinos y de río comestibles; burgado, burgaillos, buccinos, abalones, cañaillas y otros muchos.
¿Es seguro tomar caracoles en el embarazo?
En primer lugar debes tener claro que no es recomendable comer caracoles en el embarazo. Es mejor evitar comer caracoles embarazada si no estás segura de la procedencia del producto, incluso si los vas a cocinar tú misma en casa.
Los caracoles se recogen de manera salvaje para cocinarlos, y hay una alta probabilidad de que estén contaminados con diferentes microorganismos. Son potencialmente patógenos para la madre, con un alto riesgo de provocar una intoxicación alimentaria. Pero sobre todo es peligroso para el feto.
Debes tener también mucho cuidado a la hora de comer caracoles embarazada, ya que podrían desencadenar una reacción alérgica. Incluso si nunca antes habías tenido alergia a los caracoles o al marisco, podría aparecer relacionada con el embarazo.
Los caracoles de mar son susceptibles de acumular toxinas procedentes de lo que se conoce como marea roja. Acumulan una gran cantidad de algas microscópicas en su interior, que no son tóxicas para el molusco, pero sí para los humanos.
Riesgos de comer caracoles para la gestante
Tomar caracoles embarazada supone un gran peligro tanto para la gestante como para el feto. Como ya hemos indicado, esta recomendación aplica a los caracoles de mar, de río y de tierra. En todos los casos hay una alta probabilidad de contaminación por diferentes tóxicos y patógenos.
Centrándonos en el caracol terrestre, debido al hábitat donde se recogen, o incluso si son procedentes de una granja de caracoles, estos suelen acumular bacterias y parásitos que son malos para la salud en el embarazo.
Entre las bacterias más comunes destacan coliformes y vibrios. Los caracoles vivos son vectores de enfermedades como la salmonella o la listeria, que provocan fuertes diarreas, vómitos y calambres estomacales en la embarazada.
Del mismo modo hay un alto riesgo de contagio de toxoplasma gondii, el parásito que causa la enfermedad conocida como toxoplasmosis. Los huevos de este parásito se encuentran en la tierra, así como los de otros típicos como ascaris lumbricoides o enterobius vermicularis; los dos tipos de lombrices intestinales más comunes.
Efectos secundarios de comer caracoles durante el embarazo
Tanto si los caracoles en el embarazo que tomamos son portadores de algún microorganismo, como si están totalmente libres de ellos, hay algunos efectos secundarios relacionados con su consumo que debes saber. Señalamos los más típicos:
- Gases e hinchazón intestinal por consumo excesivo
- Estreñimiento
- Toxicidad por metales pesados
- Diarrea, nauseas y vómitos
- Alergias a las proteínas del caracol
- Intoxicaciones alimentarias
- Fiebre
- Deshidratación y desnutrición, relacionados con los síntomas gastrointestinales
En cuanto al feto, hay que destacar algunos riesgos que van de la mano de las intoxicaciones por determinados microorganismos. El bebé puede nacer antes de tiempo, produciéndose un parto prematuro y con riesgo de bajo peso al nacer.
Si el embarazo no está muy avanzado, cabe destacar el peligro de aborto espontáneo, en casos muy graves de infección, o también malformaciones y problemas de desarrollo.
Recomendaciones para comer caracoles
Según estos consejos, los caracoles en el embarazo deben ser evitados a toda costa. Pero, ¿no hay ninguna posibilidad de degustarlos sin peligro? Lo cierto es que sí; siempre y cuando tomes unas extremas precauciones.
Las embarazadas pueden comer caracoles con seguridad siguiendo estos pasos y recomendaciones:
- Si es posible, congela los caracoles durante un mínimo de 3 días a baja temperatura antes de prepararlos
- Lava bien los caracoles antes de consumirlos, eliminando cualquier suciedad y el exceso de moco
- Cocina los caracoles a una temperatura mínima de 70ºC o superior, asegurándote de eliminar todos los microorganismos patógenos
- Es preferible cocinarlos a fuego lento durante unos 40 minutos, de manera que vayan expulsando moco y suciedad y se pueda retirar con una cuchara o espumadera
- Nunca comas caracoles crudos o que estén poco cocinados
- Los caracoles que no se hayan abierto o salido durante la cocción deberán ser desechados
- Cómelos en casa preparándolos tú misma, o asegúrate de que quien los ha cocinado ha seguido las pautas recomendadas
- Tómalos en pequeñas cantidades, sin abusar de su consumo a lo largo de la semana
Cuando los tomes, presta atención siempre a cualquier síntoma gastrointestinal que pueda delatar una intoxicación alimentaria. Si esto pasara, acude rápidamente al hospital de urgencia y explica a los profesionales qué has comido exactamente para que puedan actuar en consecuencia.
¿Qué cantidad de caracoles puedo comer?
¿Qué se considera una cantidad moderada de caracoles? Pues más o menos correspondería a un cacito de caracoles cocidos en salsa o en sopa. Esta cantidad sería el máximo a consumir por semana.
No hay que olvidar que los caracoles son posibles portadores de tóxicos, contaminantes, microorganismos y metales pesados, que al igual que pasa con el marisco y el pescado, debemos controlar o evitar en la medida de lo posible.
Puedes prepararlos en casa o degustarlos en tu restaurante favorito, siempre que estén bien cocinados. Las elaboraciones como guiso de caracoles, caracoles en salsa verde, en salsa de tomate, salsa picante, sopa de caracol, caracoles a la riojana, a la vizcaina, a la madrileña, o incluso fritos o rehogados, aseguran un cocinado completo.
Aunque digan que es bueno comer caracoles porque son ricos en proteínas y bajos en grasas, es mejor no arriesgarse estando embarazada o durante la lactancia si no quieres llevarte un disgusto.
Otras recomendaciones alimentarias durante el embarazo
¿Tienes dudas sobre qué alimentos son los más arriesgados para el embarazo y de qué manera tomarlos? Te lo contamos en El Blog de tu Bebé con todo detalle. Descubre estas guías de alimentación para embarazada que te vendrán fenomenal para seguir aprendiendo a cuidarte:
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