Muchos niños mayores y adultos que hoy lucen una sonrisa perfecta han pasado por una cirugía de reconstrucción de lo que se conoce como labio leporino.
Este defecto congénito a veces puede presentarse junto con una hendidura del paladar, precisando un tratamiento diferente según las necesidades de cada bebé.
Aunque llama bastante la atención, en la actualidad estas anomalías de los bebés recién nacidos se pueden tratar fácilmente.
Existen diferentes tipos de afectaciones en el labio, la mayoría de las cuáles también conllevan una fisura palatina o paladar hendido, comúnmente asociadas entre sí.
Si tu bebé ha nacido con labio leporino, o te preocupa tener que enfrentarte a este problema en sus primeros años de vida, no estás solo.
Descubre todo lo que debes saber sobre este, el resto de defectos congénitos y otros síndromes asociados, para estar preparado ante cualquier posibilidad a la hora de ser padre.
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¿Qué es el labio leporino?
El labio leporino es una deformación en el bebé que aparece durante la gestación, uniéndose el tejido del paladar y el labio superior de forma anómala.
De esta forma, se crea una abertura en el labio que puede ser pequeña o ir hasta la nariz. En algunos casos, se crea incluso un hundimiento en el paladar, denominándose paladar hendido o palatosquisis.
Es una malformación que puede causar problemas en el niño, no sólo estéticamente, sino también durante la alimentación y en el habla.
En algunos casos puede incluso dar mayores problemas de infecciones en el oído, sobre todo cuando se presenta el paladar hendido, ya que la abertura que conecta la boca con el oído es mayor.
Este es el principal motivo por el que en los últimos años se ha invertido tanto tiempo y esfuerzo en investigación para el tratamiento del labio hendido. Para que los niños puedan tener una vida normal, los resultados que se obtienen en el paciente operado son increíbles.
A través de esta completa animación puedes ver cómo se produce la malformación genética de labio hendido durante el desarrollo fetal:
¿Por qué aparece el labio leporino en bebés?
Tanto la fisura palatina como el labio leporino es algo más frecuente en bebés varones que en niñas. Esta malformación se suele producir entre la cuarta y la octava semana de gestación, aunque en la mayoría de los casos leves no se detecta hasta el nacimiento del bebé.
Un gran número de bebés afectados de paladar hendido tiene algún familiar que también lo ha padecido. Sin embargo, no solo tiene un factor hereditario. También pueden darse otras causas ambientales entre las que destacan las siguientes:
- Desnutrición durante el embarazo.
- Deficiencia de ingesta de ácido fólico.
- Consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo.
- Exposición de la madre a diferentes químicos o metales pesados en el embarazo.
- Consumo de fármacos para la epilepsia durante el periodo de gestación.
Hay quién asocia esta malformación con el nacimiento de bebés prematuros. Sin embargo, como hemos indicado, esta comienza a desarrollarse a partir de la semana 8 de gestación, y por lo tanto, no afecta el momento en que el bebé nazca, si lo hace de manera precipitada o si el embarazo llega a la fecha de término.
La interacción de estos factores ambientales junto con la presencia de determinados genes en el feto son las principales causas de labio leporino. Aún así, es muy complicado determinar si un bebé nacerá con este defecto congénito, incluso si ha habido causas genéticas ni ambientales que afecten directamente al embarazo.
Descubre más detalles sobre las causas del labio leporino a través de este vídeo:
Síntomas de labio leporino
El labio leporino es la malformación congénita más frecuente en recién nacidos que afecta a la zona de la cabeza y el cuello. Estas se deben a un desarrollo incompleto durante la etapa fetal, afectando a la forma del rostro a diferentes niveles.
Las malformaciones asociadas al labio leporino pueden presentarse en forma de una hendidura en el labio, que puede ser de pequeño tamaño o conectar directamente con las fosas nasales.
La hendidura a veces se prolonga por el hueso maxilar, dividiendo el paladar, y puede llegar hasta la úvula, desarrollando lo que se conoce como paladar fisurado o hendido.
Según la forma que tenga el labio leporino, podrá causar unos u otros síntomas, y éstos ser de mayor o menor intensidad. Entre los síntomas más frecuentes encontramos:
- forma anómala de la nariz
- dientes no alineados
- ganancia de peso menor, y crecimiento retrasado en el bebé
- escapes del flujo de leche por las fosas nasales y por el labio durante la alimentación
- infecciones en el oído que pueden causar problemas auditivos si son repetidas
- dificultades en el habla
Con frecuencia, los bebés que nacen con el labio fisurado también tendrán el paladar dividido. Es normal que paladar hendido y labio leporino vayan siempre de la mano, y que los tratamientos médicos se encaminen a la corrección de ambos defectos.
Complicaciones del labio y paladar hendido
Los bebes con labio leporino precisan de una reconstrucción de las partes del labio afectadas y del paladar para evitar las complicaciones que van asociadas a esta deformación.
Entre las complicaciones que produce el paladar hendido en bebes destacan las siguientes:
- Dificultad para alimentarse. Los bebes no tienen capacidad plena para succionar y alimentarse en sus primeros meses de vida debido a la forma anómala del paladar. Esto puede llevarles a una desnutrición.
- Broncoaspiración. Al estar conectado el paladar directamente con el sistemas respiratorio, puede producirse paso de alimento o saliva al pulmón.
- Problemas auditivos. Es muy frecuente que los bebés con labio leporino y paladar hendido sufran de infecciones de oído constantes. Estas podrían ocasionar alteraciones en las estructuras auditivas, provocando problemas como la sordera.
- Alteraciones del lenguaje. Los niños que sufren de labio leporino tienen cierto retraso en el habla, ya que los músculos del paladar no están correctamente desarrollados, y afecta a la pronunciación. No te pierdas más información sobre los trastornos del lenguaje en niños.
- Afección emocional. El labio leporino puede suponer un problema estética en la infancia y la edad adulta. Un bebé con labio leporino que no pasa por una operación de reconstrucción de su rostro tiene mayor riesgo de desarrollar complejos físicos que le afecten a su autoestima.
Tratamiento y cirugía reconstructora
La mejor opción para tratar el labio leporino y evitar los molestos síntomas en el bebé, es una cirugía para conseguir reestructurar el labio. La primera intervención se suele hacer cuando el bebé es menor de 9 meses para facilitar la cicatrización temprana de la herida.
En la mayoría de ocasiones se debe repetir la operación cuando el niño es más mayor, para reparar otros defectos que pudieran darse en el crecimiento.
El paladar hendido también puede operarse en el primer año de vida del niño, para así favorecer su forma de alimentación y un correcto aprendizaje del habla.
En el tratamiento del labio leporino y paladar hendido entra en juego un amplio equipo de profesionales de la medicina. Entre los expertos destaca la participación del otorrinoloringóloco, el cirujano plástico, el cirujano orofacial, el dentista pediátrico, ortodoncista y el audiólogo.
En niños mayores, la participación de un nutricionista, un logopeda y de un psicólogo también es esencial para ayudar al pequeño durante esta etapa de transición. En todo momento es necesario atender a las necesidades de cada niño, ya que cada caso es diferente.
Reparación del labio leporino
Este minucioso trabajo de cirugía queda en manos de un cirujano plástico especializado. Hoy en día existen muy buenos profesionales, debido al alto porcentaje de pacientes menores de un año que pasan cada año por el quirófano para corregir este y otros defectos congénitos similares.
La operación se denomina queiloplastia, y se hace durmiendo al bebé bajo anestesia general. No supone ningún riesgo para el peque, y la herida es mínima, aunque puede causar ciertas molestias los primeros días.
Durante la intervención se cierra la fisura en el labio y al mismo tiempo se mejora la forma de la nariz, la boca y se busca la simetría en el rostro. En casos en los que la hendidura es muy grande se recurre a la adhesión labial o al moldeado nasoalveolar, cubriendo las zonas descubiertas que quedan en la boca y la nariz.
La mayoría de bebés se curan sin dificultad, y apenas queda cicatriz durante la operación. Sí será necesario que un niño que ha padecido de labio leporino acuda con frecuencia al odontólogo para tener un control del nacimiento de los dientes, y consulte a un especialista en audiometría para comprobar que ninguna infección del oído haya afectado a su audición.
Fuentes
- Asociación Española de Pediatría
- Asociación fisura labial y palatina – AFILAPA
- A los Padres de los Bebés Recién Nacidos con Labio Hendido (Leporino)/Paladar Hendido – Cleft Palate Foundation
- American Cleft Palate – Craniofacial Association
- Cleft palate repair by double opposing Z-plasty
- The genetics of cleft lip and cleft palate