Los niños pequeños tienen una mayor probabilidad de contraer determinadas enfermedades víricas. Una de las que se contagia a través de la vía mano-boca es la herpangina en niños.
Cuanto más jóvenes son los peques, mayor riesgo de contraer este virus que se transmite sin que nos demos cuenta.
La herpangina no es una enfermedad grave en los bebés y niños pequeños, pero sí puede ser muy molesta. Saber detectarla es crucial para aplicar el tratamiento más adecuado, aliviando los síntomas que suelen desarrollar los niños.
¿Habías oído hablar alguna vez de la herpangina infantil? Con esta completa guía te contamos cuál es la sintomatología habitual, qué tratamientos son los más recomendados, y de qué manera se puede prevenir en los niños pequeños. ¡Toma nota!
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¿Qué es la herpangina?
La herpangina en bebés y niños pequeños es una de las infecciones más frecuentes que se da en edades tempranas. Se trata de un tipo de faringoamigdalitis, o angina de garganta, producida por el virus Coxsackie A.
Este virus es altamente contagioso, sobre todo entre los niños que asisten a la guardería, a las escuelas infantiles, o a campamentos, que no siguen unas pautas de higiene adecuadas. El virus se transmite fácilmente a través de su inhalación o por contacto directo con un portador.
La mayoría de los casos de herpangina viral se resuelven por sí solos. No es necesario seguir un tratamiento específico para acabar con el virus. Pero sí que puede desarrollar síntomas bastante preocupantes entre los padres, como la aparición de herpes o llagas en boca y garganta, que hacen saltar la alarma rápidamente.
Principales causas de la herpangina en niños
Seguramente nunca antes habías oído hablar del virus Coxsackie A, aunque este es muy habitual en niños. Se disipa más rápidamente en la época de otoño e invierno, aunque los niños se pueden contagiar en cualquier época del año.
Este virus se desarrolla en las vías respiratorias de las personas afectadas, y se contagia fácilmente a través de la saliva o las secreciones respiratorias. Esto hace que sea altamente contagioso entre los niños de 3 a 5 años, que tienen tendencia a llevarse todo a la boca.
Al igual que otros virus de similar contagio, provoca un tipo de enfermedad vírica que se conoce como enfermedad manos pies y boca. Basta con que un solo niño en la clase tenga el virus para que los demás corran el riesgo de contagiarse.
El virus se va disipando a través del aire y las superficies, que los niños después tocan y se llevan las manos a la boca. Altamente contagioso, se propaga rápidamente, y es común que todos los pequeños que hayan estado en contacto estrecho con el infectado acaben por desarrollar la enfermedad.
Síntomas de la herpangina en bebés y menores
La enfermedad tiene una incubación de entre 2 y 7 días en los que la persona infectada no presenta síntomas evidentes. En esta etapa el virus se desarrolla en la garganta de los niños, multiplicándose a pasos agigantados.
Una vez que el virus se ha desarrollado, lleva consigo la aparición de lesiones en forma de úlcera. Estas suelen estar en la garganta, aunque también se diseminan en el interior de la cavidad bucal.
El nombre de la herpangina es la combinación de ‘herpes‘ y ‘anginas‘, ya que es una enfermedad que cursa con síntomas similares a estas dos dolencias. Entre ellos destacan los siguientes:
- Fiebre no demasiado alta, fácil de bajar con medicamentos antiheméticos.
- Úlceras y llagas en la boca y la garganta, en forma de puntos rojos con los bordes blancos delimitados.
- Ganglios inflamados alrededor del cuello.
- Babeo constante.
- Dificultad para tragar debido al dolor que producen las heridas.
- Pérdida de apetito.
- Malestar general.
- Dolor de estómago, cabeza y cuello.
Para la detección de la herpangina en niños es posible fijarse en el tipo de heridas. Las úlceras aparecen alrededor del segundo día después de la infección, situadas sobre todo en la parte posterior de la boca y la garganta.
Comienzan como un puntito rojo, que al cabo de unos días se transforman en vesículas blancas y al estallar, se abren formando una herida muy dolorosa. Los niños se niegan a comer o beber porque les duele mucho al tragar.
Cómo curar la herpangina en niños
Esta enfermedad infecciosa es muy habitual en las consultas de pediatría, y el tratamiento a seguir es siempre el mismo. A tratarse de un virus, no existe ningún medicamento que consiga acabar con él. Los antibióticos solo están recetados para el tratamiento de infecciones bacterianas, así que nunca hay que automedicar a un niño.
Vamos a ver cómo tratar la herpangina en niños según las recomendaciones de los pediatras:
Medicación para la herpangina
Con el fin de paliar los efectos de la infección, como es la fiebre y el dolor, el médico puede recetar la toma de medicamentos como el ibuprofeno o acetaminofén (paracetamol) para bebés. Estos medicamentos alivian las molestias en los niños, siempre que sean recomendados por el doctor después de un correcto diagnóstico.
El uso de antipiréticos para bajar la fiebre es habitual en este tipo de enfermedades. Los analgésicos atópicos como la lidocaína también puede aliviar el dolor de garganta tan frecuente en esta enfermedad infecciosa.
Aumento de la ingesta de líquidos
La aparición de llagas en la garganta hace que al niño le duele mucho más al tragar. Puede que durante unos días se niegue a comer, pero sí necesita hidratarse tomando mucho líquido.
Evita que tu bebé tome bebidas calientes como sopas o leche, ya que podría empeorar el dolor. En lugar de ello, ofrécele mucha agua, leche fría y zumos, para mantenerlo hidratado.
Alimentos fríos
En el pico de la infección el niño puede seguir una dieta blanda, basada sobre todo en alimentos fríos. El frío ayuda a aliviar el dolor de las llagas en la garganta y la boca de manera efectiva.
Uno de los mejores remedios caseros para la herpangina en niños es tomar helados o yogures. Si tu pequeño no quiere comer, dale un pequeño capricho ofreciéndole su helado favorito para que poco a poco recupere energía.
Tratamiento en lactantes
Si el contagio de la herpangina se da en un bebé lactante, simplemente sigue con su dieta habitual ofreciéndole el pecho o el biberón para que se mantenga hidratado.
Prevención de la herpangina en niños
Ya hemos visto cómo se contagia esta enfermedad, fácil de propagar entre los niños de una misma clase e incluso dentro de la familia. Si tu bebé tiene esta enfermedad, es muy importante tomar precauciones en casa.
Ten en cuenta que el contagio se hace a través de la saliva y las secreciones, y que el virus puede contaminar cualquier superficie. Mantén una limpieza adecuada de manos y cualquier otro objeto que el bebé se lleve a la boca, para evitar la diseminación del virus.
Cuando tu pequeño tenga la enfermedad, es recomendable que se quede en casa y que no acuda a la guardería o al colegio hasta estar recuperado del todo. La mejor alternativa es que repose en casa, ya que podría contagiar a otros compañeros, y volver a sufrir un nuevo contagio más adelante.
No es una enfermedad peligrosa, pero la herpangina en niños puede llegar a ser muy incómoda. Lo más importante es mantener al niño hidratado y evitar que las llagas se sobre infecten, para que se recupere cuanto antes por sí mismo.
¡Ya verás qué facilidad tienen los niños se sobreponerse a este tipo de enfermedades víricas! Si te gustó el artículo de la herpangina en niños, no te pierdas estos otros artículos del blog:
Muy buena información, entre los bebés es muy común sobre todo si van a la guardería como bien dices, la mía la pasó!