Desde el primer día, la única forma de comunicación que tiene el bebé recién nacido con sus padres es el llanto, a través del cuál nos indica cuándo tiene hambre, cuando necesita que le cambiemos el pañal, o cuando está casando y quiere irse a dormir, entre otras muchas cosas. Pero en ocasiones los signos de hambre no se transmiten solo a través del llanto, sobre todo en el bebé que no llora tan frecuentemente como cabría esperar en un recién nacido.
Existen otros muchos medios de comunicación del bebé que cuando los utiliza también denotan síntomas de hambre, y que a los papás menos experimentados nos cuesta diferenciar. Nuestra hija pasó por varias etapas en las que lloraba por todo, pero también épocas en las que apenas lloraba, y eso ni significaba que no tuviera hambre en todo momento, porque siempre ha sido muy comilona.
Cuando un recién nacido no llora, podemos ver otras señales de hambre en el bebé que nos pueden ayudar a saber cuándo necesitamos alimentarlos. Vamos a analizar estos signos de hambre distintos al llanto que los bebés suelen utilizar, y cómo debemos actuar ante ellos para saciar el apetito del bebé y asegurarnos de que esté bien alimentado y crezca sano y fuerte.
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Signos de hambre en el bebé
La lactancia de un recién nacido es el medio que las mamás tenemos de darle el alimento al bebé, y también la protección que necesita para sus primeros, gracias a la riqueza en sustancias inmunológicas que contiene la leche materna.
Cuando un bebé tiene hambre, el primer signo que podemos detectar en la mayoría es el llanto, ya que no tienen demasiados medios aún para comunicarse con los padres. Pero además de los lloros, hay otros signos de hambre que podemos detectar en el bebé, como pueden ser estos:
- Giros de la cabeza buscando el pecho. Los bebés que no lloran, pero de forma instintiva empiezan a girar la cabeza, algunas veces incluso cuando aún están dormidos, es que tienen hambre y están buscando el pecho de su madre. Es uno de los primeros signos de hambre que muchos niños hacen incluso antes de echarse a llorar cuando no encuentran el pecho de su madre a su alrededor. Así que si quieres evitar el llanto, cuando veas a tu bebé buscando el pecho, no dudes en ofrecérselo, porque empezará a comer de inmediato.
- Chasqueos de la lengua. Antes del llanto, otro de los signos de hambre pueden ser también los chasquitos de la lengua, o sacar la lengua con mucha frecuencia, también buscando el pezón de la mamá. Son sonidos que suelen hacer los bebés que aún están dormidos, sobre todo durante la noche, porque de pronto sienten la necesidad de comer, y lo hacen de forma inconsciente. Cuando los oigas y sea de noche, puedes ofrecerle el pecho antes de que se ponga a llorar.
- Succión sin tener nada en la boca. Hay ocasiones en las que el bebé no llora pero se pone a succionar algo sin tener nada en la boca. Otros bebés se chupan el dedo o el puño, y en ocasiones esto quiere decir que tienen hambre. Puedes probar ofreciéndole el pecho, y si lo acepta, es que efectivamente tenía muchas ganas de comer.
- Movimientos más agitados. Cuando los bebés empiezan a agitarse mucho, es posible que de un momento a otro se pongan a llorar. Esto puede por muchas causas, no solo por hambre, sino también porque se siente incómodo, porque necesite cambiar el pañal o tenga cólicos.
- Sonidos guturales y murmullos. Hay bebés que también mientras duermen producen soniditos como gorgojeos y murmullos. Al igual que si se ponen a chascar la lengua, puede ser que tengan hambre y que estén a punto de despertarse para pedir el pecho. Es una de las señales de hambre más frecuentes durante la noche, así que puedes probar a darle el pecho antes de que se despierte y se eche a llorar.
Cómo saber si el bebé tiene hambre o gases
Hay muchos bebés que no suelen llorar demasiado, y que presentan sus necesidades a través de estos otros signos que hemos visto, pero no siempre tienen que ser por hambre.
Cuando un bebé se muestra inquieto, se mueve mucho o hace ruidos mientras duerme, también puede deberse a que se siente incómodo, porque le duele la tripa a causa de los gases o los típicos cólicos del recién nacido. ¿Pero como podemos saber cuándo estos síntomas de hambre se tratan realmente de gases?
Cuando estos síntomas se producen fuera de la hora de la toma del bebé, justo después de haber comido, o cuando aún falta algún tiempo para que vuelva a tener hambre, lo más posible es que sean signos de cólicos en el niño, o bien por gases y otros problemas que causen incomodidad en el pequeño. En estos casos, podemos analizar las heces en un bebé recién nacido, ya que si están más líquidas de los normal, lo más seguro es que el bebé tenga gases.
Las heces del bebé también nos pueden ayudar a saber si el bebé tiene cólicos, sobre todo cuando no defeca con regularidad o cuando tienen una consistencia fuera de lo normal. Para quedarnos más seguros, podemos preguntar a nuestro pediatra o acudir a su consulta, y así saber realmente si los síntomas de hambre son realmente porque el bebé quiere comer o porque se siente incómodo.