¿Estás en la recta final y se acerca el momento de hacer la famosa prueba de monitores en el embarazo? ¿Tienes dudas sobre este procedimiento y quieres saber en qué consiste? ¡Estás en el lugar adecuado!
Conocida como monitorización fetal no estresante, esta es una de las pruebas modernas más comunes en el embarazo. Se trata de un método diagnóstico que aporta información de relevancia sobre el feto, cuál es su estado de salud, y cómo se encontraría a la hora de afrontar el momento del parto.
Es normal que no tengas mucha información sobre esta prueba. Es relativamente nueva, aunque ahora todo el mundo habla de ella. Cuanto mejor la conozcas, más preparada irás.
Te contamos qué es, por qué se hacen los monitores fetales en el embarazo y en el parto, cómo es la prueba, cuánto dura, y cómo se miden los valores correctamente. Descubre todos los detalles para que no te pille desprevenida.
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¿Qué son los monitores en el embarazo?
Como ya hemos avanzado, los monitores en el embarazo son un método de diagnóstico que se emplea para conocer el estado del bebé. A través del proceso de monitorización fetal es posible conocer diferentes factores como el pulso y la saturación del oxígeno del pequeño, incluso antes del momento del parto.
Otra función que tienen los monitores en el embarazo es conocer si el momento el parto ha llegado, ya sea por el comienzo de las contracciones, o si se está produciendo un parto prematuro. Esto se averigua controlando la presión del útero, que aumenta cuando empiezan las labores de parto.
Con la monitorización fetal el especialista puede saber cómo se encuentra el bebé al final del embarazo, e incluso sospechar si hay falta de oxígeno y si es necesario actuar enseguida. También comprueba si las contracciones uterinas son regulares e intensas para que el parto de desarrolle bien.
Es un prueba no invasiva que no afecta en ningún sentido ni a la mamá ni al bebé. Realizada por la matrona o el médico ginecólogo, forma parte de las pruebas rutinarias del periodo final de embarazo.
¿A partir de qué semana se hace la monitorización fetal?
De manera general, y siempre que el doctor no indique lo contrario, la primera prueba de monitores fetales se suele realizar cuando se ha cumplido la semana 37 de embarazo. A partir de este momento, y hasta llegar a la semana 40, se citará a la futura mamá semanalmente.
Una vez que se llega a la semana 40, y la mujer aún no se ha puesto de parto, es común que la cita se repita cada 2-3 días para hacer un seguimiento.
En casos excepcionales, y sobre todo en embarazos de alto riesgo, es posible empezar mucho antes con la monitorización. Esta prueba sirve para conocer el estado de salud del bebé y cómo va evolucionando a lo largo de la gestación.
Además, hoy en día se recurre al uso de los monitores durante el parto, justo cuando comienzan las contracciones y antes de que se dé el borrado del cuello del útero. Como veremos más adelante, hay dos tipos de pruebas, y una de ellas es específica para controlar el nacimiento del bebé.
¿Cuántas veces se va a monitores antes del parto?
Esta es una pregunta que se hacen muchas madres, pero no tiene una respuesta directa. La prueba de monitores en el embarazo se realizará tantas veces como el doctor vea conveniente.
En algunos casos, basta con hacer una prueba a la semana, determinando que el embarazo marcha correctamente.
Si fuera necesario, la frecuencia aumentará, indicándose dos o incluso tres pruebas semanales, sobre todo al sobrepasar la semana 40 de embarazo sin que haya señal de contracciones.
¿Qué te hacen en la consulta de monitores?
La prueba de monitores en el embarazo consiste en la colocación de un monitor fetal electrónico, que va directamente sobre la tripa de la mamá. Para que quede bien ajustado se ponen unas tiras regulables que pueden apretar un poquito, pero nunca hacer daño.
El monitor fetal tiene dos cabezales, y cada uno va ajustado con una cinta. Uno de ellos genera ultrasonidos Doppler, que inciden directamente sobre el corazón del bebé o la musculatura del útero, determinando la frecuencia cardiaca o la presión.
El otro cabezal consiste en un sensor, que recibe las ondas emitidas por el primero, registrando la intensidad del pulso del bebé o de las contracciones uterinas, así como la frecuencia con la que se emiten.
Todos estos datos obtenidos se ven reflejados en un monitor o una tablet, que serán analizados por el especialista. De todas formas, tanto la mamá como su acompañante podrá ver en todo momento los valores emitidos durante la prueba.
Tipos de monitorización fetal
Existen dos tipos de monitores que se pueden usar en la embarazada. La forma de usarlos variará según el dispositivo empleado:
Monitorización fetal externa
Por un lado están los monitores externos, que son los que se emplean preferentemente en el último mes de gestación. Miden la frecuencia cardiaca fetal y la presión uterina sobre el abdomen, a través de estos dispositivos que se colocan sobre la tripa.
Monitorización fetal interna
También están los monitores fetales internos, que se utilizan durante el parto para conocer en todo momento el latido del bebé. Son necesarios en situaciones concretas, por ejemplo si la futura mamá padece de obesidad, si el latido del bebé no te puede captar correctamente, o en situaciones de riesgo durante el nacimiento.
En estos casos se coloca un electrodo interno sobre la cabeza del bebé, pegado a su cuero cabelludo, introduciéndolo cuando comienza la dilatación del cuello del útero con una enganche metálico muy fino. Gracias a este se puede saber a tiempo real el bienestar o sufrimiento fetal durante el parto.
¿Cuánto dura la consulta de monitores embarazo?
De media, la consulta de monitores en el embarazo suele durar unos 20 o 30 minutos. En este tiempo es posible colocar los electrodos rápidamente, hacer una medición rápida, y retirarlos antes de que la futura mamá pueda irse a casa.
Sin embargo, cada caso es un mundo, y una consulta puede durar más que otras. Para una valoración positiva se necesita de al menos 12 minutos de medición, pero a veces la posición del bebé en el interior del útero no ayuda.
Hay consultas que pueden prolongarse hasta 40 y 60 minutos aproximadamente. Con el fin de agilizar la prueba, es recomendable que la mujer acuda por la mañana a primera hora, después de desayunar, para favorecer que el bebé esté más activo.
Si el bebé no se mueve, la prueba podría alargarse más de la cuenta. Pero no te estreses, es algo que puede ocurrir. Cuanto más relajada estés, menos tiempo tendrás que permanecer en la consulta hasta obtener los resultados deseados.
¿Tiene algún riesgo o molestia para la madre o el feto?
Los monitores en el embarazo son considerados como una prueba no estresante, y totalmente inocua para la madre y el feto. Concretamente en el caso del bebé, no hay ninguna evidencia de que produzca efectos negativos.
Para la mamá, enfrentarse a una prueba que no había realizado anteriormente, sí que puede suponer un poco de estrés o nervios. Con el fin de evitar que esto ocurra, es recomendable acudir acompañada de alguien de confianza.
La prueba se realiza con la mujer tumbada bocarriba o de lado. Es posible elegir una postura que resulte cómoda, cambiando en caso de que sienta molestias o tensión muscular si esta se prolonga más minutos de la cuenta.
¿Cómo se leen las contracciones en el monitor?
El monitor fetal envía los datos medidos por los dispositivos que se han colocado en la tripa a una pantalla. Los resultados son traducidos por un cardiotocógrafo (RCTG), que es el aparato en el que se leen los valores.
Hay dos medidas principales que podemos ver en este aparato:
Frecuencia cardiaca del bebé
El primer valor, y el más importante, son las pulsaciones del bebé, que se suelen situar entre las 120 y 160 pulsaciones/minuto. Estos valores son generales, y pueden presentar una variabilidad de entre 5 y 25 unidades, considerándose dentro de la normalidad.
Contracciones uterinas
Por otro lado vemos las contracciones del útero, que son mostradas en una escala según la durabilidad e intensidad. En las pruebas rutinarias no aparecen, pero sí se miden durante el parto. Gracias a este aparato es posible controlar el tiempo entre contracciones para ver si el ritmo es adecuado para que se de un buen parto.
En todo caso, estos valores son analizados por el doctor o la matrona, que determinarán si los resultados de monitores son o no buenos.
Aunque no es una prueba diagnóstica 100% fiable, permite detectar problemas de hipoxia o falta de oxígeno en el bebé, taquicardias, bradicardias, desaceleraciones del latido del bebé, u otros problemas, actuando en consecuencia para poder intervenir.
Otras recomendaciones en el parto
Descubre mucho más sobre la preparación al parto en El Blog de tu Bebé. Echa un vistazo a estas publicaciones que te serán de gran utilidad para enfrentarte a ese momento mucho más tranquila:
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- ¿Cómo saber la posición del bebé en la barriga?
- Ecografía 5D; Características y cuándo se hace
- Arterias uterinas en el embarazo; Estudio y complicaciones
Ahora que ya sabes para qué sirven los monitores en el embarazo, cómo funcionan, y cómo se hace la lectura, seguro que afrontarás mucho más cómodamente esta particular prueba diagnóstica. El uso de monitores es algo rutinario hoy en día, que no te debe preocupar en absoluto.
Muy buena información para una etapa maravillosa del embarazo!
Gracias,
Besos!
A. Moreno